19

1.5K 144 10
                                    

-Pensé que nunca volverías a llamarme-ronroneo, acostada en la cama del hotel.

Había pasado más de un mes. Desde que volví a encontrar a Alejandra, no he querido tener nada con nadie, esperando poder estar con ella; pero hoy necesito desahogarme, aunque esto no se trate precisamente por mi amor del pasado.
Una pelirroja estaba cavando dentro de mí sin permiso alguno.

-No vine para hablar-me puse encima de ella y comencé a besarla sin reparo, necesitaba olvidar todo.
Besaba su cuerpo desnudo, mordía su cuello, y comenzaba a estremecerse debajo de mí.

-Me encanta cuando te pones salvaje -gimió. Tape su boca, no quería escucharla, atrape uno de sus senos, succionando su pezón, con su mano retiro la mía y empezó a chupar mis dedos. Ella sabía excitarme
Sin más tardanza baje hasta su centro, pase mi lengua por los costados y soltó un gemido que me hizo alzar la mirada, primer error, ya no vi a Luna... Era Marcela, pero en vez de parar, se me subió el libido.
Comencé a penetrarla con la lengua, mientras se retorcía de placer, sentí como estaba a punto de venirse y pare.

-No, no, sigue, quiero correrme-Volví a ver a Luna, la pelirroja había desaparecido.
Terminé de quitarme la ropa, coloque mi centro encima del de ella, y empecé un vaivén, que aumentaba de velocidad, colocó sus manos en mi cadera para llevar el ritmo, era inútil, yo lo llevaba, después de varias arremetidas sentí como mi cuerpo se tensó y pude liberarme exquisitamente, al igual que ella.
Me acosté a un costado, me había cansado, tanto tiempo sin práctica.
-Uff que delicia volver a tenerte, me encantas Andrea, deberías llamarme seguido-comentaba, mientras su dedo jugaba por mi vientre.

-Lo tendré en cuenta-dije
Su dedo subía y bajaba, pero no llegaba hasta mi zona. Voltee para verla, mordía su labio inferior, sin dejar de ver abajo. Se dio cuenta de mi mirada, y sonrió.
Simplemente asentí, de inmediato se puso de rodilla frente a mi centro.
Coloque mis brazos debajo de mi cabeza dejaría que se divirtiera con mi cuerpo, lo necesito.
Cerré mis ojos, ella sabe como hacerme estremecer, mi pelvis se levantaba buscando más contacto.

-Hazme tuya, Marcela-gemí. ¡Mierda! Abrí mis ojos cuando pronuncie aquel nombre, miré hacia mi amante, pero ella ni se había inmutado, no le importaba.

Pasamos muchas horas teniendo sexo, hasta que mi cuerpo no resistió más. Desperté y ya no encontré a Luna, no tenía ni idea a la hora que se marcharía.
Me levanté, tomé un baño antes de irme de ese lugar, este encuentro calmó un poco mis ganas por la pelirroja, aunque me la haya pasado pensando en ella mientras Luna me comía el coño.

Volví a casa, encontré a Marcela sentada en el mueble viendo tv, y con una porción grande de palomitas de maíz. Sonreí al verla, se veía muy bonita con su pijama de aguacates.

-Hey, hola, no te vi llegar-hablaba la pelirroja. Claro que no lo hizo, su concentración estaba completamente en la película que veía.

-Hola, me di cuenta. Traté de no desconcentrarte. ¿Qué película ves?-me senté a un costado de ella.

-Bloomington, está muy interesante. Pero no creo que sea tan interesante como lo que hayas estado haciendo tú -habló mientras comia sus palomitas. No entendía a que se refería

-¿Por qué lo dices?- pregunté

-Mmm... Creo que estuviste en una excursión y te atacaron murciélagos -señaló mi cuello. ¡Mierda! Luna.

-Ah, ah... no, me golpee con la puerta -mentí.

-Vaya y te diste varios golpes porque tienes varios moretones.

-A veces soy muy torpe- comencé a rascar mi cabeza. Tendría que usar maquillaje para ir al bar.

-Claro, seguro-dejó de prestarme atención y se dedicó a seguir viendo la película.

Me sentía un poco incómoda, quería no pensar en ella, pero tampoco quería que pensara que estoy con otras mujeres. No me entendía.

-¿Te está gustando la película? -habló de repente. No sabía que decir, no estaba prestando atención, mi mente y atención estaban en otra parte.

-Ehmm, sí, la chica rubia es bonita-abostece.

-¿Tienes sueño?-preguntó-te puedes acostar en mis piernas, si deseas-ofreció.

Lo pensé un poco, ¿estará mal si acepto? Solo sería hasta que termine la película.

-¿No te molesta?-Indagué.

-No, para nada. Así disfrutas la película conmigo-su sonrisa hizo que terminara por aceptar.

Con cautelo y recelo, me recoste en sus piernas, se sentía acogedor, pero peligroso a la vez, estaba en una zona muy tentadora.
Sus dedos comenzaron a jugar con mi cabello, podría quedarme una vida entera si fuese necesario, no recuerdo ni una vez en mi puta vida que haya tenido algo parecido a esto.

Sin darme cuenta una lágrima rodó por mi mejilla, no me hacía nada bien recordar mi pasado, no hay nada bueno en ello, tal vez solo Alejandra en cierto modo.

-¿Por qué lloras?-Sentí su mano por mi mejilla, tratando de limpiar mis lágrimas que no me di cuenta que caían en afluencia.

-No, es por la película-mentí.

-Lloras por qué están teniendo sexo-preguntó. Ni para mentir sirvo.

-Bueno, es que hacen bonita pareja, y se complementan- no podía revelar lo que me pasaba.

-Entiendo, me gustaría algo con tanta intensidad como lo de ellas-giré mi cuerpo viendo su rostro directamente.

-Con el sexo incluido-bromee

-Con todo- bajó su mirada, enfocando sus ojos en mis labios al igual que los míos estaban clavados en los suyos.

Me moría por probar sus labios...

Hola, criaturitas, nuevo capítulo, espero les guste.

Andrea por fin se dará una oportunidad con la pelirroja🤔 o seguirá de masoquista.

Tengan cuidado con los murciélagos que andan alborotados 😂

Hasta pronto...





Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora