14

1.7K 168 62
                                    

-Sí, así como oíste es la novia de Marcela, tiene todo el derecho de meterse- escupió con rabia Camila

-Así que ya encontraste reemplazo para mí. Que bajo has caído Marcela, ¿no pudiste encontrar algo mejor después de mí?-siseo aquella tipa, que debía ser la ex prometida.

-Mejor que tú cualquiera, Jimena, eres una perra-volvió a atacar mi amiga.

-Tú no te metas, estúpida, tu tiempo ya pasó no me interesas como mujer-contrataco a Camila

-Por ti solo puedo sentir asco, eres lo peor que pude conocer

-No me decías lo mismo cuando te tenía en cuatro en mi cama.

No vi venir la bofetada que Camila dio contra esa vulgar. Quedamos impávidas ante tal acto.
Sin embargo no duro mucho, al percatarme que esa mujer pretendía devolvérsela.

-Ni te atrevas a tocar a mi amiga o no sales viva de aquí-ataque tomando su muñeca antes que golpeara a una Camila que comenzaba a llorar. Creo que no fue solo un amorío.

-Jimena, haz el favor de abandonar mi local, o me veré obligada a llamar a la policía.

Se soltó de mala manera de mi agarre, e intentó acercarse a la pelirroja pero me interpuso entre ellas, no dejaría que la tocara.

-Esto no se quedara así, Marcela, queda una conversación pendiente. Y tú, cuídate, no sabes con quien te estas metiendo- amenazó a mi amiga antes de irse.

Me gire para estar de frente con Marcela y asegurarme de que no le haya pasado nada.

-Te sientes bien, ¿no te lastimo?-tome sus mejillas y comencé a mirar por sus costados para ver si no tenía algún rasguño

-No me pasó nada, tranquila, estoy bien.

-Oye, también estoy aquí -Lloriqueo, Camila.
Me coloque a su lado, joder me había olvidado de su presencia.

-Perdóname, ¿cómo te sientes?

-Con ira, desprecio a esa mujer. Marcela, yo no sabía que ella estaba comprometida, nunca me enteré-Ahora caía en cuenta, esa imbécil jugó con las dos al mismo tiempo.

-No te preocupes, eso es un asunto superado. Siento que me salve de una vida infeliz si me hubiera casado con ella.

-Sin duda, esa mujer no las merece, valen mucho para rebajarse por alguien así. Y ¿cómo la conociste?- tenía curiosidad por aquello.

-En el bar, sabía ir cada vez y bueno, no se puede negar que es demasiado atractiva, me deje seducir por sus encantos.

-Ahora entiendo por qué a veces llegaba con otros aromas de perfumes que no correspondían a los suyos, pero como es doctora, se justificaba con que pertenecían a pacientes.

-Te juro, Marcela, que de haberlo sabido jamás hubiera aceptado, tengo códigos, y con mujeres casadas no me meto.

-Solo estábamos comprometidas-respondió la pelirroja.

-Bueno, con ellas si me meto-entrecerré mis ojos

-La cuestión es que nunca mencionó su estado civil-se defendió Camila.
Marcela, sonrió ante el comentario.

-Fue lo mejor, me libré de una mala mujer.

Tome la mano de la pelirroja y la apreté un poco.
Necesitaba hacerla sentir bien, que se diera cuenta que no estaba sola.

-Puedes confiar en nosotras, podemos ser amigas las tres-mencione.

Sentí un pequeño golpe en la espalda, regrese mi mirada para ver a mi amiga un poco enojada. No entendía que había pasado.

-Espéranos un momento, Marcela, ya volvemos- me tomó del brazo y me alejo a un costado de la barra.

-Eres tonta o al nacer te golpeaste la cabeza-atacó mi amiga

-¿Qué te pasa?- no entendía su actitud.

-Cómo te atreves a decirle que seremos amigas, no viste cómo sus ojos se apagaron con tu comentario. Esa mujer siente cosas por ti-aseguró. Yo no me percate de nada de lo que decía.

-Deja de imaginar historias, solo trato de reconfortarla por lo sucedido, quiero que sienta nuestro apoyo.

-Sí, pero a ella le gustaría sentir más que eso.

-No haré caso a tus palabras. Volvamos con ella.

Camine hacia Marcela, y al fin pude notar lo que decía Camila era verdad, vi un poco diferente a la pelirroja.

-¿No te encuentras bien?-me preocupé al verla decaída-Siéntate aquí.
Tomé un asiento y le permití que lo ocupara, y yo tome el que estaba al lado.

-Y hasta ahí llegó la cordialidad. No te preocupes, ya voy por mi asiento que está al fondo-farfullo mi amiga.

Volví a tomar las manos de Marcela, odiaba verla de esa manera. Pedí a la meseta que trajera un vaso con agua, sus manos empezaban a temblar.

-Estaré bien, es un ataque de ansiedad, ya se me pasará-justificó su malestar.

Llegó Jennifer con mi pedido. Y se lo entregué a mi nueva amiga.

-Tómalo de a poco, por favor. Te hará bien-así con sus manos temblorosas llevó el vaso hacía sus labios.

Sus ojos estaban algo rojos, se estaba aguantando las ganas de llorar.

-No te reprimas, si necesitas llorar suéltalo, ayudara a que mejores- no había terminado de decirlo, cuando un torrente de lágrimas llenaron aquellos bonitos ojos. Le quite el vaso de sus manos y la envolví en un fuerte abrazo. Su corazón palpitaba con fuerza y yo solo quería que se calmara, que terminara su ataque. Nunca fui alguien cariñosa, pero sentía que no me sentiría bien hasta que Marcela lo estuviera. Empecé a masajear su espalda, esperando que su llanto cesara de a poco.

-No estás sola, me tienes a mí siempre que lo necesites-susurré en su oído.

-Gracias por todo-hipo. Y la abracé con demasía. Cerré mis ojos y un suspiro salió de mí.

¿Qué me estaba pasando con esta mujer?

-Sin duda hacen una pareja hermosa -aplaudió, Alejandra.
¿Alejandra? Alejé bruscamente a Marcela de mí.

-No es lo que parece-hablé rápidamente, levantándome de mi asiento.

Bajé mi mirada y vi a Marcela con una expresión de dolor.
Ay no, ¿qué hice?

Iba a hablar, pero Marcela fue más rápido y salió del local.

-Creo que vine en mal momento-rasco su cabeza, la mujer de mis sueños.

-En el peor-habló, Camila. Dándome un coscorrón en la cabeza-No eres más estúpida porque no eres más grande.

-Alguien me explica ¿qué pasó aquí?-intervino, Alejandra.

-Ven yo te cuento con lujos de detalles. Y tu Andrea, anda busca a Marcela y arregla lo que has hecho-ordenó mi amiga.

-No tengo nada que...-cruzó sus brazos y me dio una mirada inquisidora.

-La llamaré y aclaro todo-respondí

-Nada de llamadas, ve a su casa y arregla las cosas de frente.

-No sé dónde vive-me justifiqué

-Eso no es problema- la vi acercarse a la mesera y ella con una sonrisa le entregó un papel.

-Aquí tienes, ve y soluciona todo- Vi a Alejandra y su mirada me decía que no entendía absolutamente nada.

-Camila te contará todo, yo te llamo después. Nos vemos.

No la dejé ni responder, salí de inmediato en busca de la pelirroja.

Debía aclarar mi comportamiento hace unos momentos, ella me importa como amiga claro está.
Ojala me quiera escuchar...




Hola criaturitas, no me siento muy bien, pero les debía un capítulo.

Espero lo disfruten y me apoyen.

Si me pueden enviar buenas vibras les estaré eternamente agradecida, las necesito💫
Se las quiere mucho.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora