veinticinco

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10 de abril, 2021.

Parado en la concurrida calle mira como los cerezos de los árboles danzan con el viento. Está rodeado de gente que está con sus cercanos para admirar la belleza de los cerezos, es el primer año que no viene con John a este lugar asi que no le sorprende verlo unos metros más allá sentado en una banca con la mirada hacia el cielo.

Su corazón se aprieta y sus ojos se humedecen, le mira un par de segundos y guarda su rostro en su mente. Extraña su voz y su tacto contra su piel como el infierno. Cuando comienza a correr choca con una pareja, pero no le importa demasiado, no quiere que John le vea y tengan alguna situación incómoda, no se siente preparado para enfrentar el rostro del otro y quizás nunca lo esté.

– ¿Dónde andabas? – Renjun le escanea rápidamente cuando entra al departamento y se quita los zapatos con una sonrisa en el rostro.

– Caminando. – Se sentó al lado del menor y se acomodó en el cuerpo del otro para recibir los mimos que solo Renjun podía darle. – ¿Cómo han ido tus clases?

– Un demonio, voy a matar al siguiente profesor que me de que papers para leer. – Paso sus manos finas por entre las hebras de cabello de Mark para sentir como ronroneaba contra su pecho. – Tú te ves demasiado feliz hoy, ¿ocurrió algo bueno en la caminata?

– Me han dado el lugar de mi primera práctica.

Renjun detuvo todo movimiento y se separó de su amigo para tomarlo de los hombros y mirarle directamente a los ojos, su rostro estaba serio.

– Estoy orgulloso de ti.

Solo le queda un año para poder terminar y todo el esfuerzo que ha hecho por fin será premiado.

Por la noche, cuando están festejando las prácticas de Jaemin y él, no puede evitar sentir el vació y frío que siente su espalda. Todos sus amigos están ahí disfrutando, pero hoy sobre todo extraña la presencia de John a su lado, en este tipo de situaciones, donde ha dado un gran paso en su vida y él no está ahí para celebrar como en los viejos tiempos.

Se arrepiente de no haberse acercado.

Quiere mandarle un mensaje para contarle, quizás todavía tenga el mismo número, podría ir hasta visitarlo a su departamento si es que sigue viviendo ahí, pero le ha costado tanto desaparecer de la vida del otro para no dañarse, que todo se iría a la basura si se comunica con él solo para presumir su logro y sentir unas palmadas de aprobación.

Lo extraña demasiado, cada día, pero ya ha aprendido a vivir con eso. 

Con John | ʲᵒʰⁿᵐᵃʳᵏWhere stories live. Discover now