dieciseís: 𝖒𝖎𝖗𝖆𝖗

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Mark estaba sentado en las escaleras de su colegio que llevaban al cuarto piso, desde ahí podía ver todo el patio central del establecimiento. Todavía no era la hora de almuerzo por lo que el silencio gobernaba el lugar, solo el sonido de un par de pájaros que revoloteaban en las faldas de los árboles picoteando en busca de comida.

Su profesor de matemáticas no le había dejado entrar porque llegó media hora tarde, no se siente mal por no estar escuchándole hablar cosas que no entendía, prefería estar ahí, sentado mirando como el tiempo pasaba lento frente a sus ojos sin ninguna presión.

– Mark.

La mano ajena que se colocó en su hombro no le sorprendió pero sí fueron las caricias que generaron que todo su cuerpo se descompusiera en menos de un segundo con solo unos dedos gruesos.

– ¿Qué estás haciendo? – Donghyuck era un año menor que él, y fue ese día en que le conoció que su mundo cambió junto con su par de ojos brillantes y labios voluminosos.

– Solo estoy mirando – Con su cuerpo girado hacia atrás, que es donde se encontraba el menor, le respondió. – ¿Y tú? Deberías estar en clases.

– El profesor Song me pidió ir a dejar unos papeles. – Se sentó a su lado agitando la carpeta que tenía en una de sus manos. – ¿Puedo mirar un momento contigo?

Asintió, y pudo sentir cómo el cuerpo de Donghyuck se relajaba apoyando sus codos en las escaleras. El fin de Mark de estar en aquella escalera que nadie ocupaba era de estar solo y tranquilo, no de estar junto con uno de los chicos más populares del lugar en completo silencio. Su plan no era estar con el chico que le estaba volviendo loco solo con su sonrisa.

Fueron solo un par de minutos donde estuvieron compartiendo el silencio para que Donghyuck se levantara y le recordara que tenía que ir a dejar esos papeles. Sabía que su corazón estaba agitándose como si hubiera corrido 20 kilómetros al ver como el menor se despedía con su característica sonrisa. También sabía que no podía dejar que eso ocurriera por el simple hecho que es un hombre.

Hace casi tres meses que cruzó palabra por primera vez con el menor gracias a su amigo Jae Min, quién los presentó en la hora de almuerzo sentados en el comedor, rodeados por el ruido. Nunca se había sentido así a sus dieciséis años, nunca nadie le había provocado todos esas sensaciones solo con una sonrisa. Nunca pensó que la falta de interés sobre las chicas con sus faldas diminutas fuera porque, precisamente, no le atraían sentimental y sexualmnete como lo había hecho aquel chico de tono canela brillante.

Fueran pocas las veces en las que conversaron después de eso, Mark siempre ha sido muy tímido como para acercarse a la gente y establecer una simple conversación, y Donghyuck siempre andaba haciendo cosas por todos lados; talleres, estudiando, centro de alumnos y llamando la atención de Yukhei.

Mark nunca se le acercó para confesarle todos esos sentimientos que su corazón quería expresarle, no fue capaz al ver como Donghyuck le sonreía a otro chico y saltaba a su alrededor feliz. Pero al mismo tiempo le agradece demasiado al menor, si no hubiera llegado a su vida quizás nunca entendería porque las conversaciones de sus compañeros sobre chicas realmente no le importaban.

– Mark sigues aquí. – Apareció quizás una hora después en las escaleras, sin la carpeta en sus manos.

– Sigo mirando, Donghyuck. – No se molestó en mirar al menor, estaba demasiado concentrado en cómo la gente se comenzaba a esparcir por el lugar.

– Algún día me podrías decir qué tanto miras. – Se sentó a su lado pero Mark realmente no quería mirarle al rostro, no cuando ya se estaba olvidando de él. – Jaemin me dice que puedes pasar horas sentado aquí, también te he visto.

– No es que esté buscando algo en especifico, o mirando algo, solo estoy mirando. – Por primera vez después de más de una hora se levantó de la escalera y apoyado en el barandal siguió hablando;– Estoy mirando como el tiempo pasa, no es lo más entretenido del mundo, quizás no es algo que tú harías en tu tiempo libre. Pero me ayuda a tener algunas cosas claras, así no me vuelvo demente.

Hace un par de semanas atrás su padre le esperaba sentado en la silla del escritorio de su habitación, su madre había ido de compras con su pequeño hermano. Al principio no entendía lo que estaba sucediendo, su padre con mirada fría, como si no le conociese, con asco, pero pronto entendió cuando vio un cuaderno abierto con el dibujo que había hecho de Dong Hyuck.

Primero fueron las palabras y los gritos.

– ¡Mi hijo no puede ser un puto homosexual!

Después fueron los golpes que tuvo que aprender a ocultar de su madre y cercanos, golpes que su padre le daba con inteligencia; cuando se encontraba solos y en lugares que sabía que no se verían.

Con solo dieciséis años Mark quería suicidarse.

– Estoy mirando para no volverme loco, Donghyuck.

Por que cuando Mark se sentaba en su escalera favorita del colegio, era para pelear con sus pensamientos que su padre le había colocado en su mente. No quería aceptar que era un fenómeno, como le decía todos los días. No quería sentir el dolor punzante de los golpes recien provocados la noche anterior en sus costillas y abdomen. No quería que su padre tuviera la razón sobre él. Mark no quería volverse loco, por eso, se sentaba a mirar, mientras en su mente tenía una lucha interior.

– Solo estoy mirando.



🦁

¿Sorprendidxs? Yo también. 

No pensaba subir capitulo en un par de días más, pero estar terminando de escribir la historia me está dando algo de nostalgia :( aunque por acá todavía me faltan muchos por subir.

𝖒𝖎𝖗𝖆𝖗 es uno de los de capitulos que más me ha gustado escribir uwu, espero que les guste y así también puedan conocer más de este Mark lleno de temores. 


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Con John | ʲᵒʰⁿᵐᵃʳᵏWo Geschichten leben. Entdecke jetzt