veintiuno.

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Estaba sentado en el sofá con una pierna izquierda sobre la rodilla de la otra, balanceándola suavemente mientras lee un libro que tiene entre sus manos. No se había dado cuenta cuando la ronda de exámenes empezó, ya llevaba un par que había dado, pero le quedaba otros que eran aun más difíciles. Con el trabajo, ir a clases y salir constantemente con Jisung y sus amigos le habían reducido su tiempo de estudio que había tenido desde que ingreso a estudiar en la escuela de comida y nutrición.

No le molestaba para nada que Jisung ocupara esos espacios, le encantaba, pero por su propia falta de organización comenzaba a dormir poco y saltarse ciertas comidas parar avanzar un poco en el repaso de sus estudios.

– Te preparé algo de té. – Le dejo en la mesa pequeña, frente a sus ojos y volvió a sentarse en el taburete para mirar sus papeles.

¿En qué momento había llegado Johnny?

Tomo su celular para distraerse de toda la lectura un momento y se fijo que era pasada las nueve de la noche, llevaba por lo menos tres horas leyendo desde que se sentó en el sofá después de llegar a su departamento. Ni siquiera había sentido abrirse la puerta que estaba cerca de él, ni ningún ruido característico de John que hacia cuando llegaba del trabajo.

Le dio las gracias a su pareja en un suave tono mientras conversaba con Doyoung sobre ciertos puntos que no entendía demasiado.

En cierto momento de la semana comenzó a sentirse fuera de lugar en su propio hogar. Sabía que no le pertenecía en absoluto el lugar, que John había trabajado bastante y con la ayuda de sus padres se había comprado el pequeño departamento donde ambos vivían. Pero han sido años donde los dos han sabido compartir el lugar, las cuentas, la comida y el orden, que Mark también en algún momento considero como propio, su pequeño refugio donde podía sentirse realmente cómodo junto a la persona que ama.

Mirando la espalda de John, se cuestiona como sería tener su propio lugar algún día. Elegir sus propios muebles y tener una cama gigante para él solo para no tener que compartir una cama pequeña que nunca ninguno de los dos ha intentado cambiar.

No se siente en casa después de mucho tiempo, le esta perdiendo cariño al departamento.

Bebió de su té al mismo tiempo que John se gira en el taburete con lágrimas en su rostro que no quiere ocultar. Ninguno habla, solo se miran expectantes porque saben que la conversación ya debe ser establecida.

Mark lo venía pensando hace dos semanas ya, lo conversaba con sus amigos y psicóloga, ¿podría realmente estar sin John? ¿Le extrañaría realmente cuando se separasen? En cambio, el mayor se fue dando cuenta con los días, junto con los cambios repentinos de Mark que se iban haciendo notar con las cosas cotidianas que antes tenían ambos. ¿Cuándo fue el momento exacto donde Mark dejo de besarle y sonreírle?

– Perdóname. – Hablo Mark, dejando su taza en la mesa. – Debimos haber tenido esta conversación hace mucho.

Ahí sentado, aun con las piernas cruzadas, se veía demasiado grande y adulto para los ojos de John. Le conoció entre lágrimas y espasmos, con temores entre sus sueños y pesadillas vividas con que alguien le hiciera algo. Habían recorrido un largo camino para que Mark dejara de culparse sobre muchas cosas, ambos crecieron juntos en un montón de cosas, y eso era lo que les dolía a ambos.

Que ya no iban a estar juntos para seguir avanzando con el otro.

– Mañana tienes un examen, Mark. – Con el dorso de sus muñecas limpio las lágrimas de sus ojos.

– Lo sé. – Dejo a un lado su teléfono y ordeno sus libros y apuntes por el sofá. – Pero esto es más importante. – Se levanto y se acomodó entre las piernas de John, a pesar de disgustare ciertas cercanías últimamente nunca podría negar que el contacto entre sus cuerpos era algo que le calmaba. – Hyung. – Con sus manos acuno el rostro del mayor y pudo ver sus ojos rojos por el llanto silencioso.

Con John | ʲᵒʰⁿᵐᵃʳᵏTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon