veintitres.

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Después de dos semanas ya viviendo en el nuevo departamento, Mark ignoraba a todos sus cercanos para evitar establecer la típica conversación de como se sentía con respecto a John. Había hasta cancelado una sesión con su psicóloga porque no estaba preparado para enfrentar tan luego todos los sentimientos que tenía en su pecho, y aunque seguía tomando sus remedios sagradamente, la sensación de querer desaparecer y esconderse de todo el mundo seguía ahí.

Cada vez que veía como llegaban mensajes de John a su teléfono su corazón comenzaba a latir demasiado rápido, quería volver a sus brazos y comenzar todo de nuevo, pero cada vez que tomaba su celular para llamarle y decirle que fuera por él, se recordaba que tenía que aprender a depender de si mismo y no de otra persona, como lo hizo por años.

Sus compañeros de piso aun no sabían como tratarlo cuando le encontraban golpeando las paredes para llamar su atención por su repentino ataque de pánico que no le dejaba respirar y sentía que se iba a morir. Ren Jun estaba en su primer año de enfermería y había averiguado con gente de años mayores de como poder controlar un ataque de pánico o algún otro tipo de crisis, y así fue como juntos fueron aprendiendo de como poder ayudar a Mark.

Pasado los días y conforme las vacaciones avanzaban, Ji Sung se hizo presente en la cafetería donde trabajaba sin avisarle y fue lo que necesitaba Mark para comenzar a llorar con solo juntar sus miradas.

– Estoy aquí, hyung. – Se sentaron en el suelo de los vestidores y le abrazo a su cuerpo.

Se odiaba por haberse perdido el crecimiento de su hermano, cuando pensó que iba a ser consolado por el pequeño Ji Sung que era feliz con los videojuegos y que saltaba a su alrededor para que le acompañara al parque para ir a jugar a la pelota.

Tocaron dos veces la puerta de su pequeña habitación y el cabello rosado de Jae Min se asomo por el espacio, dejando ver su reluciente sonrisa. Aunque duro muy poco al ver como Mark estaba enrollado en mantas como si fuera un bebé, con lágrimas en sus ojitos rojos y labios agrietados y pálidos.

Le beso la frente y comenzó a acomodar las mantas, dejando libre su cuerpo. Ordeno la habitación en un abrir y cerrar de ojos, abrió la ventana y dejo que el aire limpiara el olor a tristeza que había. Busco algo en su celular y comenzó a hablar con un restaurante para pedir la comida favorita de su amigo, también le pregunto a los compañeros de piso de Mark que querían comer. Limpio las lágrimas secas del rostro del castaño, le tendió papel para que se limpiara la nariz y le acarició el cabello cuando le vio sonreírle tímidamente.

– Gracias. – Susurro.

– Pensé que vendrías a mi departamento. – Se acomodo al lado de su amigo y lo abrazo a su cuerpo, acariciando su nuca y espalda con una de sus manos.

– No quería ser la tercera tuerca, ¿sabes? – Con su cabeza justo en el corazón de Jae Min se relajó. – Los chicos son amables y me han cuidado bien.

Jae Min le contó lo que había estado hecho sus días de vacaciones: dormir y dormir, ni siquiera le importaba mucho la existencia de Je No, y aunque su pareja también estaba hibernando prácticamente. Mark sintió envidia, esos también eran sus planes cuando saliera de clases, pero se pasaba la mayor parte de la noche y día llorando si no estaba trabajando.

Cenaron los cuatro en la pequeña mesa que tenían en el comedor, sentados en el suelo conversando trivialidades, conociéndose un poco más. Su amigo de pelo rosa cuestiono a ambos chinos con un montón de preguntas, desde sus edades hasta porque decidieron venirse a Corea.

Por las noches, se concentraba en el techo y en el sonido de los autos pasando por la avenida que se encontraba cerca. Lloraba en silencio tratando de conciliar el sueño, aunque sea solo para dormir unas escasas horas para levantarse y seguir con su vida.

Su psiquiatra le había aumentado la dosis de sus antidepresivos y los primeros días se encontraba en un limbo de no poder identificar bien lo que sentía y sentir un vacío en su pecho que con nada se iba.

Las llamadas y mensajes de John desaparecieron, y eso le hizo sentir alivio, pero también desesperación. Jae Min y Do Young iban varias veces a la semana a visitarlo y hacer que se distraiga, aunque sea un par de minutos, sus compañeros de departamento también trataban de hacer lo mismo, pero no podían evitar que por las noches recordara como fue la última vez que vio a John, con ojos rojos y rostro lleno de lágrimas. Totalmente destrozado.

¿Cómo vivir con el dolor en el pecho?

Si. Mark podía salir adelante, pero necesitaba a John. 

🌷

Perdón por demorarme tanto en actualizar :'(
¿qué esperan que pase ahora? 👀
ya se vienen los últimos capítulos 🥺

pd. no sé qué pasó con el capítulo 19 que se guardo en borradores por algún motivo 🤔 asique lo volví a subir por si alguien no lo ha leído 🙆🏻‍♀️💓

Con John | ʲᵒʰⁿᵐᵃʳᵏWhere stories live. Discover now