Capítulo 29

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Punto de vista de Lauren:

—Lauren... —murmuró Camila mientras trataba de capturar sus labios. —Tenemos que bajar. —La besé. —Tu mamá puede subir en cualquier momento. —La besé de nuevo.

—No me importa. —Contesté de una manera divertida, sosteniendo su cuerpo debajo del mío mientras buscaba sus labios con los míos y ella intentaba liberarse.

—Pero a mi sí me importa. —Murmuró, luchando mientras sonreía. Estaba preparada para sostenerla, pero un ataque de tos me golpeó sin poder evitarlo.

—Lo siento... —murmuré con mi antebrazo delante de la boca mirando su cuerpo debajo del mío. —Creo que el agua de la cascada no me hizo muy bien, pero aunque me hubieras pegado un resfriado, ya lo habrías hecho.

—Sí, ya que no has podido dejarme sola en tres días. —Su tono de voz era falsamente indignado.

—¡Te equivocas, Cabello! Han pasado nueve años desde que pude dejarte en paz y cuatro años de solo saber que existes es capaz de quitarme la paz, la única diferencia es que ahora puedo besarte cuando quiera. —La besé de nuevo.

—¿Cuánto tiempo seguirás repitiendo esa frase? —Preguntó cediendo a mis besos.

—Lo repetiré hasta que me lo permitas. —respondí con sinceridad. —Sabes, después de la cena podrías darme un masaje. Cargarte también fue mucho para mi cuerpo sedentario y ahora me duele todo.

—¿Soy tu cosa indefinida o soy tu masajista particular? —Respondió ella con una mueca.

—¿Qué tal una masajista privada formando parte del paquete de lo indefinido? —Meneé las cejas con diversión y Camila resopló debajo de mí y ajusté la camisa que había levantado "por accidente" cuando nos estábamos besando.

—Tu madre nos llamó hace mucho tiempo, bajemos. —Se dirigió a la puerta de mi habitación.

—¿Pero me vas a masajear después de la cena? Me duele mucho el cuerpo.

—Creo que me iré, nuestro trabajo de Biología está tardando demasiado, ¿no crees? —Se refirió a la excusa que dimos por su presencia en mi casa.

—¿Qué puedo hacer si me encanta estudiar tu anatomía? —Sonreí sin mostrar los dientes y ella me ignoró dejando la habitación todavía arreglando su cabello. Empecé a seguirla, pero otro ataque de tos me golpeó. No había sido así en un tiempo.

—¿Pudieron adelantar el trabajo? —Preguntó mi madre tan pronto como bajé el último peldaño de las escaleras. Su mirada me pareció demasiado burlona para que sospechara de algo.

—Aún faltan muchas cosas. —sonreí sin mostrar los dientes. —¿Qué hay para cenar?

—Pasta con queso. —Respondió ella mientras se dirigía al horno para sacar la sartén de allí.

—Camila ama la pasta. —Murmuré sentándome frente a la mujer de mi vida. ¿Era demasiado pronto para imaginarme toda mi vida con ella? La respuesta era no, porque hice mucho antes de que Camila sintiera esa cosa indefinida por mí.

—¿Cómo sabes que me encanta la pasta? —Murmuró frunciendo el ceño. Todavía estaba bastante despeinada, pero yo no diría nada, lo descubriría por sí misma.

—Lauren sabe mucho sobre ti. —Mi madre puso la cacerola llena de macarrones con queso sobre la mesa y eso distrajo la atención de Camila de la incómoda frase de mi madre. —¿Tienes novio, Camila? —Me atraganté con el agua que estaba bebiendo y miré a Camila que me miró con los ojos muy abiertos y la vi volverse hacia mi madre con una sonrisa.

You Hate Me While I Love You [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora