Mi Ilusión Es Estar Contigo - CACHÉ | TERMINADA.

58.- Cannes

—¿Dónde está?— gruñó la castaña estresada buscando en cada lugar posible que su mente podía recordar.

—¿Donde está que?— escuchó que preguntó Poché desde la entrada.

—Mi pasaporte Poché, no lo encuentro en ningún lado— explicó irritada, no pretendía desquitar su frustración con ella pero al momento de fijar su mirada en ella notó su ceño fruncido y sus brazos cruzados, clara señal de que su tono de voz no había sido el adecuado.

—Lo dejaste en la caja de seguridad, venía a decirte eso— mencionó levantando el cuadro que escondía su caja fuerte —Aquí tienes— habló con seriedad mientras le extendía su pasaporte.

Realmente ella no recordaba haberlos guardado en la caja, era la típica persona que siempre lo tenía en el cajón de su ropa, pero desde que aceptó vivir con Poché es como si hubiese olvidado su vida anterior junto con ello sus costumbres.

Antes de que ella saliera de la habitación la detuvo sujetándola de la mano.

—Perdón amor, me estresé— Poché solo observaba a su novia con un semblante de molestia y con un toque ligero de seriedad —¿Me perdonas?— dijo Daniela haciendo un pequeño puchero sabiendo que su novia se moría por sus tiernas expresiones.

—Eso es trampa Calle— dijo la más pequeña tratando de ocultar una sonrisa —Así no puedo estar enojada.

—Del uno al diez, ¿Cuánto me amas?— preguntó la castaña sentándose en la orilla de cama para que Poché se pudiera sentar en sus piernas.

—Tres— respondió.

—¿Ahora?— preguntó besando su mandíbula.

—Seis.

—¿Y ahora?— decidió besar su cuello sabiendo que era el punto más débil de María José, tenía a ceder aunque no quisiera.

—P-perdonada, ahora vámonos— dijo nerviosa levantándose con velocidad del regazo de Daniela causando que se riera de su nerviosismo.

—Ok mi amorcito— las chicas entrelazaron sus dedos y bajaron al lobby donde Martin las esperaba para llevarlas al aeropuerto.

—

—Buenas noches señorita Garzón— saludó Alex posicionándose a un lado de las escaleras del avión—Señorita Calle como siempre es un gusto verla de nuevo— dijo el piloto con su característica carisma.

—Hola Alex, el gusto es mío, hace una vida que no te veía— mencionó Daniela animada antes de sentir un codazo por parte de su novia.

—Cuidadito Alexander, te estoy vigilando— advirtió Poché a su piloto —También va para ti señorita— ahora le advirtió a Calle, sabía que estaba bromeando porque todos se sonrieron mutuamente —¿Todo listo?— preguntó refiriéndose al estado del avión.

—Todo listo, solo esperábamos por ustedes.

El vuelo iba a ser nocturno para que ambas pudieran descansar la mayor parte del tiempo hasta llegar a tierras francesas, la inauguración del hotel en Cannes donde Poché era socia iba a ser en dos días, la más baja tuvo que convencer a su novia por tres días para que aceptara acompañarla al evento, una tarea difícil pero con resultados positivos al final.

—¡Por fin!— vocalizó una voz gruesa apenas entraron al avión —Llevo esperando hace cinco horas— dramatizó Gabriel desde un asiento.

—No seas ridículo— bufó la pequeña llegando hasta donde estaba sentado —Y quítate de ahí que ese es mi asiento— exigió patentado la pierna de el para que bajara los pies del asiento.