36.- From New York to LA

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POCHÉ

Con los nervios a flor de piel recorría las calles de Nueva York dirigiéndome al departamento de Calle para ir a buscarla e ir al aeropuerto donde el jet nos esperaba en el hangar.

No sabía si le había gustado el vestido y las joyas que había dejado en su casa, no quería llamarle al celular por miedo que me cancelara a último momento después de básicamente allanar su casa, pero no era allanamiento si el portero te dejaba subir después de darle una buena remuneración.

Una vez que Martín se estacionó en la entrada del edificio, saqué el teléfono de mi bolso para realizar una llamada.

Hola— salude en cuanto atendió la llamada—Baja, ya estoy acá.

—Voy en camino— informó cortando la llamada sin esperar una respuesta de mi parte.

Guardé mi teléfono, acomodé mi cabello y bajé del auto en cuanto Martín abrió la puerta de mi lado.

—Se ve hermosa, señorita— halagó parándose a mi lado para esperar a Calle.

—Gracias Martín, pero creo que ella se verá más hermosa que yo— respondí viendo como una hermosa castaña salía de la entrada del edificio.

Di unos cuantos pasos para llegar hacia ella y poder apreciar más de cerca lo hermosa que se veía.

—No tengo las palabras para expresar lo hermosa que te ves— expresé lo obvio una vez que la tenía frente mío, la tomé de la cintura y la pegué más a mi.

—Eres una mentirosa profesional, me habías dicho que irías sola— dijo con un pequeño puchero, no soporte más y junté nuestros labios en un beso suave cuidando no dañar nuestro labiales.

—No quería ir a ningún lado si no ibas conmigo— expresé soltando su cintura y tomarla de la mano guiándonos al auto —Sin ti me aburriría— era cierto, solo conocía a unas cuántas personas y solo las saludaba por mero formalismo.

—Hola chimosito— saludó la castaña a Martín causando que me riera de la manera en la que se dirigió a él.

—Un gusto volverla a ver señorita— nos metimos al auto y volví a recalcar lo hermosa que veía notando como sus mejillas se tornaban carmesí.

Martín rodeó el vehículo y se acomodo en su asiento encendiendo el motor, y finalmente emprendiendo camino hacia al aeropuerto.

No pasaban más de las cinco de la tarde por lo que el tráfico atrasaba más nuestra llegada al aeropuerto, por suerte la diferencia de hora estaba a nuestro favor dejándonos una ventana de oportunidad.

—¿Terminando el evento nos regresamos?— desvíe mi vista de unas carpetas que estaba revisando prestándole mi total atención al monumento que tenía a mi lado.

—Estás muy preciosa— fue lo único que formulé antes de besar repetidas veces sus labios.

Sus perfectos labios.

—Tu estás más preciosa, bebé.

El trayecto hasta el aeropuerto se extendió hasta casi una hora ocasionando que me estresara, odiaba el tráfico más que las aceitunas.

El auto se detuvo a un costado del jet dejando ver a las personas encargadas de todo correr hacia nosotras para abrirnos las puertas.

—Su jet ya está listo, señorita— nos hizo saber uno de los en encargados, agradecí por la información y ayudé a Calle a bajar del auto, con cuidado caminamos hacia las escaleras del avión donde visualicé en la parte de la entrada del avión a Alex mi capitán y Alejandra, la azafata.

Mi Ilusión Es Estar Contigo - CACHÉ | TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora