40.- Conspiración

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POCHÉ

El viaje en Aspen había salido tanto como yo esperaba, Calle al fin era mi novia y yo no podía estar más feliz al respecto. Hace tres días regresamos a Nueva York y las miles de obligaciones en el hotel no se hicieron esperar.

—Quiero los detalles, ahora— demandó Gabriel en cuanto abrió la puerta de manera dramática.

—Primero que antes, buenas tardes— sabía que en cuanto nos viéramos iba a querer detalles, por eso no me asusté cuando entró de esa manera —En segunda, ya te habías tardado en venir ¿Dónde te habías metido?— mencioné desde mi escritorio.

Volteó los ojos pasando directo al sofá, acostándose como si fuese el suyo.

—Estuve fuera un par de días— su voz sonaba apagada y eso era raro por parte suya, él era una persona muy animada.

—¿Todo bien?— pronuncié con duda, me levanté de mi silla y me senté a su lado.

—Primero cuéntame como te fue, y te digo lo mío, ¿De acuerdo?— asentí indecisa, no tenía caso llevarle la contraria.

Gabriel había sido una pieza fundamental en mi escapada a Aspen, él había hablado con Laura a la hora que estaban desayunando y así fue como es que entretuvo a Calle horas antes del vuelo a Los Ángeles, también había accedido hacerse cargo del hotel los días que iba a estar de viaje.

Le conté la escena de celos que tuvo Calle cuando me encontré con Aída, nuestras actividades en Aspen, y como le pedí que sea mi novia.

—Entonces, ¿Ya es oficial?— asentí a la vez que emitía un grito agudo dando pequeños brinquitos y aplausos. —Me alegro por ti bebé, no lo sabes lo mucho que extrañaba verte tan feliz— admitió depositando un beso en mi frente.

Desde que Calle llegó a mi vida, sentía una vibra diferente en mí, me sentía feliz todos los días, no tenía necesidad de ir a lugares concurridos que frecuentaba al menos dos veces por semana, ahora mi necesidad era estar con Daniela.

—¿Y bien? Cuéntame que te tiene así— Gabriel se repuso en el sofá girando su cuerpo para verme a los ojos —¿Todo bien con Laura?— cuestioné tomando una de sus manos.

—Sí todo bien con ella, pero antes quiero pedirte un favor— asentí sin entender frunciendo el ceño, qué había pasado para que tomara esta actitud tan rara —Lo que te quiero pedir es que no te exaltes, ¿Ok?— pidió.

—¿Por qué me iba a tener que exaltar?— pregunté con una risa nerviosa.

—No me habías visto estos días porque tuve que viajar a Los Cabos— con la mirada hice un ademán para continuara —Hubo un problema con el hotel de ahí— la noticia me había caído como un balde de agua fría, no todo podía salirme perfecto.

—¿Qué?— quité mi mano de la suya como si su mano de pronto fuese de lava —¿Que pasó?, ¿Por que no me llamaste ese mismo día, Gabriel?— cuestioné con evidente molestia.

—Porque no es tan grave el asunto— explicó no tan convencido —Y tampoco quería interrumpir tus vacaciones con Daniela— sabía que me decía la verdad, sus ojos me aclaraban la culpabilidad por no haberme dicho.

—Debiste decirme en cuanto llegué a la ciudad o mucho antes, tu muy bien sabías mis planes, Gabriel— reclamé entre dientes —Así como nadie más sabe lo importante que son los hoteles para mí— no entendía qué había pasado por su cabeza en no contarme.

—Lo sé, es tu legado y el de Mark, pero no quería interrumpir tu momento— intentó sujetar mis manos, me puse de pie con rapidez evitando cualquier tipo de contacto.

Mi Ilusión Es Estar Contigo - CACHÉ | TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora