59.- Boda

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El fin de semana transcurrió en un abrir y cerrar de ojos, la pareja se habían dedicado a recorrer una pequeña parte de la ciudad francesa. Un día antes de la boda de sus amigas se trasladaron en helicóptero a una pequeña isla rocosa al noroeste de Francia, ya que sus amigas decidieron casarse en el castillo.

Daniela era la mas fascinada de estar en aquel lugar, se sentía como aquellas princesas que tanto adoraba ver de pequeña.

—Hermoso ¿Cierto?— preguntó Poché abrazando por detrás a Daniela que miraba el paisaje del lugar desde el balcón de su habitación.

—Demasiado— respondió —Amo las bodas, ya quiero que pasen las horas para ir bailar— divertida empezó a dar pequeños saltos del entusiasmo.

—¿Te digo algo y no te molestas?— le preguntó nerviosa mientras veía el semblante de Calle cambiar.

—¿Por qué debería molestarme?— la miró con duda.

—Es que tengo que irme por un par de horas de la isla— le respondió esperando que Calle no se molestarla por dejarla sola en un lugar donde no conoce.

—¿Irás sola?— la pequeña negó con la cabeza.

—Gabriel irá conmigo.

—Con eso me dejas tranquila— Poché la volteó con suavidad quedando frente a frente, se limitó a sonreírle y seguido se supuso en cuclillas para besarla tiernamente, sin que las dos lo pensaran el beso se había tornado intenso al punto de que sus prendas les incomodaban —¿A que hora te tienes que ir?— preguntó Daniela entre jadeos sin cortar el beso.

—En una hora— respondió la pequeña adentrando sus manos debajo de la blusa de Daniela.

—No se diga mas— la tomó de los muslos haciendo que Poché enredara sus piernas en la cadera la castaña, sin dejar de besarse se adentraron a su habitación.

No había nada mas divertido que hacerlo el día de una boda.

Un castaño mexicano se encontraba impaciente por la notable demora de su mejor amiga, cada dos minutos revisaba su reloj checando los minutos de tardanza. Poco después visualizó que un automóvil se acercaba a la pequeña pista donde se encontraba el helicóptero que los llevaría a París, Gabriel suspiró aliviado al ver a la pequeña descender del vehículo.

—No hay cosa que más odie en este mundo que la impuntualidad, Garzón— espetó Gabriel dándole la espalda a Poché y caminar al helicóptero.

—Perdón, se me presentó algo de último momento— mintió ligeramente, en realidad estaba haciendo el amor con su novia.

—Si claro, mínimo maquíllatelo bien— dijo señalando la marca en el cuello de Poché.

La más pequeña maldijo internamente mientras se subía al helicóptero, tenía que pensar una manera de compensar a su mejor amigo. Llevaban hora y media de vuelo en completo silencio, Gabriel con tal de ver a su amiga pedirle perdón no le dirigía la palabra.

—Si no me hablas a la cuenta de tres convenceré a Daniela que duerma hoy con Laura— amenazó sabiendo que si o si su amigo le contestaría.

—No te atreverías.

—Pruébame— dijo dando inicio a una guerra de miradas.

—Agh, me caes mal— mencionó rodando los ojos

—Me amas— se acomodó mejor en su asiento sin borrar su sonrisa de victoria.

Al cabo de media hora y con autorización de aterrizaje llegaron a la ciudad parisina, tan pronto como bajaron del helicóptero ya tenían un auto y un chofer a su disposición. María José siempre había tenido una fascinación por esta ciudad catalogada como una de las ciudades mas bonitas del mundo pero sabía que no podía darse el lujo de turistear aunque sea un par de minutos, cada segundo estando ahí eran contados.

Mi Ilusión Es Estar Contigo - CACHÉ | TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora