Capítulo 44: Sin límites.

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¿Alguien podría decirme qué pasó anoche?

Ruedo un poco en la cama hasta chocar con un cuerpo quien ante esto se mueve y saca la cabeza de entre las cobijas. Su cabello marrón claro está despeinado y sus mejillas están rojas.

—Buenos días. —murmura sonriendo.

Es muy linda, de hecho tiene un cierto parecido a Alison, tal vez por eso la traje anoche. Le sonrío con frialdad y me lavanto buscando algo con lo cual cubrirme.

—Tengo varias cosas que hacer, ¿te importaría...

—Por supuesto. —murmura cubriéndose con las cobijas para comenzar a vestirse. No logro recordar cómo logré traerla anoche ni como me terminé acostando con ella.

Tras colocarme unas bragas y uno de mis t-shirt, salgo a la cocina y comienzo a buscar entre los gabinetes para dar con alguna pastilla para el dolor de cabeza. Gruño al no encontrar nada, ni siquiera una botella de agua en el refrigerador, que de hecho está completamente vacío, al igual que la despensa, es lógico, nadie vive aquí.

Escucho unos pasos y luego alguien abre la puerta del departamento. Me estirun poco y salgo a ver, Drew quien está de pies en la puerta examina atentamente a la modelo, sí lo acabo de recordar, es una modelo, de hecho ha salido en algunos anuncios y vídeos musicales.

¿Cuál es su nombre? 

—Buenos días. —la voz de Drew suena bastante molesta, lo cual está, su pie derecho golpea impaciente la madera del suelo y su rostro es la clara descripción del disgusto.

Ya me voy. —Me avisa tras dejar un corto beso en mi mejilla. —Fue un placer. —me sonríe sensualmente antes de alejarse y salir del departamento. Drew frunce las cejas antes de cerrar la puerta tras el último paso fuera de la chica.

—Supuse que te dolería la cabeza, y que no habría nada aquí para calmarlo; así que te trahe esto. —Murmura con enojo y deja unas bolsas sobre la mesa de centro.

—Anda, dilo. —le ordeno fatigada. La conozco tan bien que sé lo que está pensando ahora, la verdad me siento tan cansada que me daría igual lo que vaya a decir.

—No. —se niega cruzando los brazos. Arqueo una ceja mientras la veo roja por lo que está conteniendo. —¿A dónde quieres llegar?

Alzo los hombros restándole importancia. De una de las bolsas tomo un analgésico y una botella con agua, a pasos pesados voy a la cocina por un vaso para volver al salón y sentarme en el sofá.

—Esa chica se parece bastante a... —Alzo los ojos encontrándome con los suyos y ante mi expresión se reserva el nombre. —¿Sabes qué? Si así pretendes superarla, déjame aclararte que no lo lograrás.

—Gracias por el consejo, que no te pedí. —Murmuro tras el último trago del vaso. Sabe horrible. Si no fuera Drew se habría ofendido por mi comentario, pero como es ella me toma de los hombros y me sacude con fuerza.

—Tomaste demasiado anoche, Billie. —me recuerda enojada. —Te fuiste con una chica que probablemente ni recuerdes su nombre y tuviste sexo con ella. Estás actuando sin límites.

—No se gana el premio a la artista del año todos los días. —sacudo mis hombros logrando liberarme de mi amiga. —Además estoy soltera y no la llevé a mi casa.

Drew ríe con fuerza. Está molesta por mi comportamiento, pero no puedo justificarme, quería hacer eso y claramente anoche no estaba completamente consciente de mis acciones.

—No, no la llevaste a tu casa. —dice con sarcasmo. —Pero la trajiste al departamento de tu ex novia, que casualmente tiene una parecido con ella. Ahora que lo pienso no tiene nada de malo.

En mi pielWhere stories live. Discover now