Capítulo 33: Pasado.

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—Billie, cálmate. —me pide mi hermano viéndome dar vueltas por toda la habitación.

No hemos dormido y los ojos me harden por las lágrimas que he derramado desde anoche. Finneas ha estado hablando pero no le he prestado atención porque estoy centrada en ella. Las emociones dentro de mí se descontrolaron al igual que los movimientos involuntarios que emite mi cuerpo y eso es lo que preocupa al pelirrojo.

—El vuelo saldrá en una hora, debemos irnos. —me recuerda.

Pará él lo de anoche solo fue una confusión que se volvieron comunes al poco tiempo de la supuesta muerte de Alison, la vez primera que pasó estaba en el escenario y juré haberla visto sonriendo donde solía quedarse durante mis presentaciones, las otras veces tendía a imaginarla en lugares que solía estar con frecuencia. Pero esta es diferente a las otras veces, la pude tocar, la vi a los ojos, era ella.

—Suficiente. —murmura Finneas y me sacude por los hombros obligándome a mirarlo. —Volveremos a Los Angeles e iremos al psicólogo.

—¡Te dije que no es una alucinación! ¡La vi Finneas! ¡Era Alison!

—¡No Billie! ¡Alison murió hace cuatro años y tú la viste en un ataud sin vida! ¡Es momento de que la dejes atrás y que sigas con tu vida! —Exclama dejándome sorprendida por lo que ha dicho.

¿Y si realmente la imaginé?

—Pero, yo la toqué y tenía el tatuaje. —Susurro sintiendo un nudo en mi garganta. —Tú la viste Finn.

—El doctor dijo que esto podía pasar. —miro fijamente a mi hermano con las lágrimas mojando mis mejilas sin cesar. —No debimos presionarte para que conocieras a alguien más, lo siento, de alguna manera te empujé a esto.

Y aquí viene otra vez.

Niego con la cabeza y me alejo de él hasta llegar a la cama donde me acuesto con el pequeño cojín de satén que aunque no tiene su olor me recuerda a ella.

El teléfono de la habitación ha comenzado a sonar, ni siquiera lo miro porque no pretendo contestar, por lo que Finneas contesta.

—Billie, es de recepción, dicen que necesitan decirte algo. —Niego en respuesta.

Escucho como oprime un botón y luego un pitido, mi hermano dice algo y luego hace silencio.

Señorita O'Connell, hay alguien quien está preguntando por usted, dicen que querrá recibirla. —cierro los ojos y niego con la cabeza. —¿Puede repetirme su nombre?

» Alison, Alison Martínez. —Es ella, reconozco perfectamente su voz.

Me levanto de un salto de la cama y miro a Finneas quien se ha quedado estático viendo el teléfono.

¿Sigue ahí? ¿La dejo...

—¡Sí! —Grito corriendo a la puerta con todos mis sentimientos encontrados.

Escucho los pasos de Finneas detrás de mí, él también reconoció su voz por lo que no ha dicho nada. Cuando me detengo frente al ascensor presiono el botón de bajar pero luego me percato de que viene subiendo por el cuarto piso.

Puedo sentir como la sangre corre por mis venas quemando tras su paso, mis latidos por poco se detienen cuando los números se detienen y las puertas se abren dejándome verla.

—Hola. —Dice forzando una tímida sonrisa en sus labios. —Billie.

Dejo salir todo el aire que he estado conteniendo y me abalanzo sobre ella para estrecharla entre mis brazos. Puede que su olor no sea el mismo, pero aún tiene esa esencia que caracteriza a cada persona.

En mi pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora