Pero eso, pasó lo peor. Y caí en la peor etapa de mi fantástico trastorno. Por suerte, logré recuperarme muy rápidamente. Mis amigos y familiares estuvieron siempre apoyándome incondicionalmente, así que, gracias a ellos y a mi especialista, pude salir de aquel hueco.
Para mi suerte, luego de este triste acontecimiento, resurgí como nunca lo había hecho. Me sentí muy bien conmigo mismo y pude cambiar mi imagen de depresivo fácilmente. Fue uno de los mejores momentos de mi vida.
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La Estación | Una historia de desahogo
RomanceMatteo, un chico tímido y con grandes aspiraciones a convertirse en traductor, decide ir de visita a casa de su madre en San Francisco, California. Al llegar y salir de la estación de tren, la fuerte lluvia provocó que el chico se resguardara en una...