XXVI: La expresión de un alma enamorada

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Aún había una disputa vigorosa entre mis emociones. Al día siguiente, mi energía era sublime, mis ganas de surgir estaban por las nubes y la distimia estaba casi en el subsuelo. Todo era correcto. 

Desde que conocí a California, mi personalidad fue yendo a mejor poco a poco. No sufría recaídas, las cuales eran frecuentes antes de arribar a San Francisco. Me parecía todo tan de película que me daba temor imaginar algún escenario negativo.

California era el tipo de persona que prioriza el bienestar de sus amigos, pareja y/o familia por encima de todo. Yo podría vivir con que no lo hiciese, pero (para qué negarlo) me encanta que así sea. Su radiante cabello rojizo que roza el anaranjado y sus otras mil características indecibles, me traían ahí, así, como ella quiere que esté.

Luego de soñar despierto un buen rato, el teléfono móvil me volvió a la realidad. Era un WhatsApp de Jungle. En este redacta que la próxima terapia sería en dos días y me recordó no olvidar las hojas donde está el historial médico.

La Estación | Una historia de desahogoWhere stories live. Discover now