CAPÍTULO XIX

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Morana

El silencio en mi habitación era indescriptible. Creí en un momento que me regañaría, pero, todo lo que salió de su boca me dejo pasmada.

— Hola, ¿Quieren cenar?—preguntó mi madre de manera tan relajada. No podía ni articular una respuesta y ante ese dilema Tae Hyung contesto primero.

— ¡Me encantaría! —respondió tímidamente. Le dedique una mirada asesina mientras que mi madre le sonrió con ligereza y salió diciendo que nos esperaba en cinco minutos. Miré cuando cerraba la puerta imaginando que en cualquier momento ella regresaría con la idea de encontrarnos en una situación comprometedora, pero no ocurrió.

— No puedo creer que le digieras que sí. —murmure. Le había dicho innumerables veces que me pasaba todo el tiempo evitándola, sin embargo, Tae Hyung se tomó las molestias de traicionarme.

— Si yo pude hablar con mi tía después de todo, tú podrías hacer lo mismo. —dijo en un suspiro.

— No es una buena idea.

— Mora... —dudo. — No soy quién para meterme en tu vida, pero considero que deberías hacer el intento ya que vives con ella un poco de cordialidad; no te estoy diciendo que actúes como familia, pero haz el intento. —insistió con tanta valentía que antes nunca lo había visto. Lo observé durante algunos minutos tratando de entender la nueva postura de él y pensé seriamente que se debía al nuevo corte de cabello, aunque era demasiado absurdo. No quería discutir con Tae.

— Está bien. —respondí, porque no quería romper esa ilusión que me preporcionaba ya que seguro todo eso saldría mal.

Y cuando transcurrió algunas horas la cena sorpresivamente salió mejor de lo que me imagine. La verdad es que no había dicho nada para no poner un ambiente extraño y que la charla entre mi madre y Tae Hyung fuera agradable. Los nervios previos cuando baje por las escaleras hacia el comedor desaparecieron cuando nos recibió con una sonrisa a los dos. Hace tiempo que no me sentía libre, porque no intente de mantener la muralla impenetrable para protegerme de todos.

Al finalizar, ayudamos entre los dos a levantar la mesa y mi madre nos dejó libre diciendo que ella se encargaría de lavar los platos sucios.

— Te dije que saldría todo bien. —dice Tae una vez fuera de la casa. Tome sus cabellos con ambas manos y lo despeine.

— Ahora eres un sabiondo. —él sonrió ante mi comentario. Era muy lindo sonriendo.

— Oye, nunca has sido sabia en esto. —replico y le di un golpe en su brazo intentando lucir enfadada. Pero lo cierto es que no podía enojarme con él. Era muy bueno conmigo. Y pronto nos acercamos hasta su motocicleta. — ¿Harás lo que te dije? —pregunto. Exhale con fuerza bajando la vista, mientras movía mis pies pensando.

— Tengo miedo de ser rechazada y que los buenos recuerdos de Boy G se esfumen. —confesé. Era lo que más me preocupaba que el chico de los mensajes digiera algo hiriente y terminara cerrándome por completo y no permitir a nadie entrar a mi vida. — Además, si voy al baile seré ridiculizada ya que no van a perder la oportunidad para hacerme quedar mal frente a todos. Ya te dije cómo es Agnes. —hablé mientras él me miró un momento y luego posó una mano en mi hombro.

— No vivas pensando en lo podría pasar. Ninguno de los dos conocemos el futuro, así que simplemente ve y descúbrelo.

La forma en que él insistía sobre el tema me ponía en estado de alerta. No quería asistir al baile, más bien preferiría estar en su compañía haciendo cosas divertidas, o hacer actividad caritativas. Pero no pude mencionarlo. Si tenía la única opción de ir al baile lo invitaría a ir conmigo, pues se notaba sus ganas de ir al evento. Así que asentí con la idea de pensarlo y trataría hasta el último momento de conocer al chico, Boy G.

Culpable © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |Where stories live. Discover now