FINAL

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Morana

Cuando la puerta se abrió me percate que alguien había ido a mi rescate y me alivie que otra persona estuviera en el lugar para sacarlo de encima a Jungkook.

— ¿Qué demonios haces aquí? —espeto él enojado, mientras miraba a Agnes entrando con su cara de asesina.

— Deteniendo a psicópatas. —espeto ella. — Mi pasatiempo favorito. —seguido de eso detrás de ella se encontraba varios policías que se acercaron rápido a Jungkook y comenzaron a esposarlo.

— ¿Qué se piensan que están haciendo? Han entrado a mi propiedad sin permiso, esto no se quedará así.

— Si quieres acusarme de algo hazlo, pero de una vez te digo que no te servirá de nada, estaré afuera en un segundo por la influencias de mi padre y me aseguraré de castigarte en tu contra para que tu vida se acabe para siempre. Eres culpable, por hacer esto y algunas cosas más que usaré en tu contra. —amenazó Agnes y la pelea verbal entre ambos seguía. Yo continuaba en el suelo sin capacidad física para incorporarme. Una mujer policía se acercó donde yacía y me abrazó para brindarme apoyo y que pudiera caminar hasta la patrulla.

— No te preocupes preciosa, nos encargaremos de él. —dijo la mujer. Cuando pude verme los brazos nuevamente encontré hematomas; y cuando me los toqué me di cuenta que todo eso que viví era tan real como el dolor que experimente por desconfiar de Tae Hyung. Pensar en él me dio más ganas de llorar.

— ¿Qué demonios te pasa, Ana? Te volviste una loca. —Agnes, me hablo como si estuviera mal de la cabeza. Me quede callada mientras mis ojos posaban del otro lado de ventanilla.

— ¿Cómo sabias que estaba acá? —murmure.

— Te vi conversar con el lunático en las gradas de la escuela y cuando te vi subir a su auto pensé que algo estaba mal. Así que llamé a la policía mientras los seguí cuando después escuché tus gritos y entre. Acabe allanando propiedad privada por tu descuido. —menciono dejándome desconcertada; y jamás imagine de todas las personas en el mundo que sería ella quién me salvaría.

— ¿Por qué?... ¿Por qué lo hiciste? —la miré intentando saber más.

— ¿No te lo había dicho antes? Detesto cuando alguien que no sea yo se meta contigo. Eso no está permitido, me hace sentir una infinidad de envidia. —ultimo, Agnes. 

Poco tiempo después me entero que se había encargado de manejar la situación poniéndolos alertas a los policías en repleta histeria. Cuando llegamos a la estación de policía, me dejaron a lado de una oficina al cuidado de un psicólogo, mientras esperaba a mi madre.

— ¡Morana! —escuche cuando entró de golpe mi madre con el rostro pálido buscándome con desesperación. Cuando me encontró corrió hasta donde estaba y me envolvió en sus brazos. Su pecho apoyado en el mío se podía sentir el latido acelerado de su corazón. Debió estar muy asustada, o tal vez aterrada recordando el dolor cuando murió Eíder seguramente. La culpa me carcomía por no ser cuidadosa ese día.

— Mamá me estas asfixiando.

— Lo siento mi vida. —dijo mientras tomaba mi rostro con sus temblorosas manos y me observa. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. — Cuando llamarón y me contaron lo que sucedió, pensé que me moría. Me alegro que estés bien. Sin ti no podría seguir. —ella me volvió abrazar y sollozó en mi hombro. No estaba acostumbrada a ese tipo de demostración de afecto, pero era mi madre en lo cual ese tiempo se había hecho más cercana y libre de hablar con ella. Coloqué mi mano en su espalda y comencé algunas caricias pequeñas y dulces como consuelo.

Culpable © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |Onde histórias criam vida. Descubra agora