❝ Taehyung es bastante tímido y se niega a interactuar con la gente de su alrededor lo mayor posible. Cada día que pasa es difícil para él tomar decisiones y llevarla acabo, porque está acostumbrado a abstraerse de lo que lo rodea para sumirse en su...
Una semana después de aquel desafortunado incidente con Jungkook, mi vida estaba comenzando a cambiar positivamente. La noticia de lo que me había sucedido fue una revolución en la ciudad y recibí muchas llamadas y visitas. No me sentí cómoda ser el centro de atención, pero estaba segura que con el tiempo se terminaría todo en cuestión de días.
Mi relación con Evan fue al principio reclamos por alejarme de él sin sentido, ya que lo único que deseaba era que siguiéramos siendo amigos. Entonces, me abrí un poco más accediendo a ser unidos y por extraño que suene era confortador tener a alguien más a mi lado.
Un día Tae Hyung, mi madre y yo fuimos al cementerio a visitar a Eíder y le llevamos un digno ramo de flores como esas que ganan los certámenes de belleza y le colocamos sobre su tumba. Nos quedamos parados por algunos minutos en silencio. Creo que mi madre y yo le hablábamos en silencio contándole las cosas a nuestra manera.
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— Tranquila, yo te sostengo. —me dijo Tae tomándome de la mano muy fuerte. Fuimos a la casa de mi padre muy cerca de Ulsan donde vivíamos. La verdad es que estaba muy nerviosa y lo único que me mantenía en pie era la protección que me brindaba Tae Hyung en ese momento. Deseaba mucho que mi padre conociera a mi novio y fuimos con esa idea. Finalmente, cuando estuvimos los tres me quede sin palabras; pero, Tae se armó de valor para romper el silencio incómodo que nos rodeaba. — Buenas tardes, soy el novio de Morana. Me llamo, Kim Tae Hyung. —le tendió la mano para saludarlo y noté sus mejillas ruborizadas.
— No sabía que ya tenías un novio. —murmuro mirándome con la intriga que se reflejaba en sus ojos.
— No te lo he dicho antes porque creí que no te preocupabas por mí. —solté sinceramente; sin ánimos de comenzar una discusión, sin embargo, mi padre suspiro hondo ante mis palabras.
—Yo jamás deje de preocuparme por ti. —pauso y bajo la mirada. — Simplemente no me sentía con el derecho de quedarme a tu lado. —hablo mi padre y quería dejar salir lo que tenía guardado, porque sabía a lo que se refería. Era Eíder.
— Lo siento papá, todo fue mi culpa. —sentencié y él me observo horrorizado y negó con la cabeza.
— Por supuesto que no es así, ¿Por qué pensaría eso? —contesto con firmeza, aunque se lo veía desconcertado por la manera de decirle lo que pensaba. — Después de lo que sucedió con Eíder no pude quedarme con ustedes, porque me odiaba por haberlas descuidado. Si no me hubiera ausentado por tanto tiempo, sino hubiera fingido que estabas bien cuando le prestábamos tanta atención a tu hermana por ser la menor, si no hubiera sido tan mal padre ella seguiría aquí con nosotros y tú no habrías tenido que pasar por aquella experiencia tan traumática. —se notaba su agonía y pronto me lance para abrazarlo. Por fin fuimos honestos cada uno y supimos lo que el otro sentía.
— No lo sabía papá. —dije hundida en su pecho. — Lo siento tanto.
— Lamento haberte hecho creer eso. Jamás podría culparte por eso hija. Tú también eres mi pequeña. —menciono y mis ojos se llenaron de lágrimas, dejando ir el resentimiento justo como Tae Hyung me había enseñado, ya que finalmente pude comprender que todas las personas tienen defectos y viven sus propios problemas, así como la mala comunicación que siempre termina destruyendo la confianza y los sentimientos. Era una creyente que existían las segundas oportunidades. Después de algunos segundos me soltó y poso la mirada en Tae Hyung. — Así que eres el novio de mi hija.
— Sí señor. —respondió rápidamente.
— Pues, bienvenido a la familia. —soltó mi padre dándole una palmadita en la espalda. — Pasen, vamos a la sala a conversar y me cuentas cómo se conocieron.
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