CAPÍTULO XVII

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Morana

Aquel chico que creí conocer de repente actuaba de manera extraña. Jungkook parecía tener miles de reproches que hacerme y jamás me imagine que se sintiera así.

¿De verdad fui desagradable con él?

Después de pensarlo llegue a la conclusión que él estaba equivocado. Además, siempre que nos cruzábamos los caminos actuaba como si fuéramos amigos y eso no era tan cierto.

Volví a los sentidos cuando me percaté que mi muñeca estaba sujetada por, Agnes.

— ¿Qué demonios haces sola con ese idiota? —Agnes estaba molesta por el tono de voz. — Creí que te alejaste de mí por ser una perra; pero ahora viéndote jugar con Jungkook solo me confirmas que eres una estúpida. —me recrimino y me dejo descolocada por lo caritativa que estaba haciendo conmigo.

— ¿Tú dando clases de moral? —declare de manera sarcástica. — Te agradezco por sacarme de esa situación incómoda, pero no creo que te deba nada. Ya he hecho mucho por ti en el pasado. —refute. Me di vuelta para alejarme de ella, pues esa chica que alguna vez llamé amiga, era como una bomba de tiempo y nunca sabias que crisis le podía surgir.

— ¿Hasta cuándo dejaras de actuar que eres una buena persona? –—grito. — Eres tan basura y mala como todos nosotros, Ana. —me tensé y deseaba con todas mis fuerzas darle una golpiza. Ella me conocía mis reacciones y disfrutaba con gran placer cuando sus palabras causaban el efecto que deseaba. Pero no quería darle el gusto, ya no me sentía sola como antes. Estaba acompañada de Evan, que no me criticaba ni intentaba que hiciera algo malo para tener una amistad. Él al igual que Hunter eran confidentes y me comprendían a su manera. No iba a volver a repetir esos errores. Ya era tiempo de dejar mi tormentoso pasado.

Camine hasta llegar a la gran fogata dejándola atrás. Cuando llegue todos los presentes, ni siquiera se atrevían a mirarme, porque Agnes les había dicho a todos que me debían ignorar. Me alivio en gran parte por lo menos me cole entre la multitud y sin sufrir ningún tipo de agresión.

Pero sabía que Agnes me seguía, por las caras de preocupación de algunos que observaban a mis espaldas. Y cuando me gire efectivamente lo estaba haciendo. Estaba cansada de ella y no pensaba aguantarlo.

— Déjame en paz. —dije cuando me detuve a verla. — No ves que soy tratada como un fantasma. Escucho como la gente se burla de mí y ni hablar como me hacen la vida imposible en todo momento en la escuela. ¿Qué más quieres? Sé que te sientes superior y feliz con tu macabro comportamiento, pero yo nunca experimente eso. Si fui tu marioneta para tus fechorías y en el fondo creí que en algún momento cambiarias. Enserio, pensé que era una etapa de la adolescencia, pero jamás pensé que irías tan lejos con todo. Me di cuenta que amas estar encima de todos. —le dije sin mucho tacto. Su sonrisa de satisfacción de borro al instante y pronto su rostro se tornó oscuro. Era tan lamentable hacer un circo frente a todos, pero estaba cansada de cuidar mi espalda. Alguien debía parar con esta locura.

— Jamás imagine que fueras tan miserable a mi lado. —sarcasmo puro en su voz. — Por lo menos yo no maté a nadie, no soy una asesina como tú. —sentenció de manera más fría. En otro momento me hubiera quebrado, pero después de confesarme con Tae Hyung me sentí libre de conciencia, para mí ya era por lo menos un consuelo. Entonces, le dediqué una sonrisa sardónica. Su confusión se notaba en su expresión pues no le estaba saliendo las cosas como a ella le gustaba. Humillarme.

Entonces le respondí como Morana Birn siempre debió ser hace mucho tiempo.

— Sí, tienes razón. Asesine a mi hermana por mi ineptitud, pero nunca fue intencional. Sin embargo, tú hiciste la vida imposible a tu hermanastra porque nunca te agrado la idea que tu madre se volviera a casar; y menos te esperabas de ser hija única a pasara a tener una hermana y compartir el amor de tu madre con alguien más. —le grite su verdad. — Por culpa tuya Jenna tuvo múltiples intentos de suicidios. —solté al final. Ese era su secreto que nadie conocía. Su hermanastra Jenna, deseó no haber nacido por su culpa. Así de perversa era. Jenna le costó tanto levantarse luego de que Agnes la atormentara y esparcir rumores sobre su persona que pensó que era mejor no continuar con su vida. Y lo peor de todo es que Agnes jamás sintió remordimiento y la siguió hostigando para que en verdad acabara con su vida definitivamente. — Siempre creíste que deshaciéndote de Jenna, tu lugar sería de vuelto otra vez. Nunca lo vas a lograr porque dejaste una familia rota por tu veneno. Nadie te amaría, aún así si solamente fueras la última mujer del mundo. —me quede pensando en lo parecida que éramos las dos. Dos niñas luchando por conseguir un poco de afecto. — Eres peor que yo. Ella ni siquiera lleva tu sangre, pero tu madre la prefería más que a ti. —al fin logre sacar la verdad y si pensaba que ella era cruel y poderosa yo enojada era aún peor. Tenía frente a mí a la maestra y todos estos años aprendí a su lado a ser la persona más horrible que ataca a los demás de manera muy personal. Debía ser clara que estaba cansada de que creyera que podía manejarme a su antojo. — Esta claro que somos una basura; pero por lo menos estoy intentando seguir adelante, aunque la culpa de lo que sucedió con mi hermana jamás pueda quitarme. Estoy harta de ti y todo lo que conlleva estar a tu lado. —le señale.

Estaba exhausta con la confrontación que me dolía el pecho y no quería continuar discutiendo con ella. No quería otro tipo de guerra. Lo único que quería es liberar tanto dolor y drama sin ánimos de pelear y que se terminaran las burlas. No más odio.

Deseaba con todo mi corazón que pudiera seguir adelante con su vida de manera tranquila y honesta. En el fondo la quería como una hermana, pero no sé si ella alguna vez me aprecio de la misma manera.

— Me pagaras esta humillación, perra. —murmuro dolida.

— Parece que al final no entendiste nada. —negué con la cabeza y me alejé dejando a Agnes por primera vez indefensa; se reflejaba en su rostro. Era la típica expresión de una chica confundida que no tenía ni la menor idea de qué estaba haciendo. La comprendía porque estuve de ese lado del mundo. 

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Culpable © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |Where stories live. Discover now