Culpable © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |

CAPÍTULO IX

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Morana

Corrí lo más que pude hasta llegar al fondo del jardín antes de presentarme con el señor Will. En mi mente pasaron muchas cosas sobre lo que me había dejado Boy G, pero para mi sorpresa solo había un montón de flores. Intente rebuscar entre las plantas para ver si había algo oculto.

Una de las masetas contenía una flor llamada Oro, que captó mi atención ya que no era la estación preferente y me causo bastante sorpresa encontrar debajo de ella una carta. La tome y cuando me apresure en abrirla note que era otra foto del mismo sitio en años atrás, cuando era encargada de cuidar las flores en otros de mis castigos. Sin dudarlo, le di vuelta a la foto, donde contenía un mensaje:

❝ Todavía puedo recordar el día que te conocí. Tan indomable, bonita e insensata. Siempre has estado por encima de todos, aunque los demás no lo vean así. Siempre he esperado poder hablar contigo y conocerte. Poder vernos sin complicaciones ni nada. Lástima que esté tan atrapado en este mundo que no encuentro manera de alcanzarte. Boy G. ❞

Pase mis dedos por la delegada y elegante letras y me pregunte qué tipo de chico sería, pues tenía una caligrafía asombrosa. Y no sé porque pensé en Tae Hyung cuando me lo encontraba todo el tiempo, ya sea en su motocicleta entregando comida en otro de sus trabajos.

— ¿Qué es lo que tienes en tus manos con tanto anhelo?

— Me asustaste. —dije mientras escondía la foto detrás de mi espalda.

Jung Kook me miro interesado en qué era lo que ocultaba, pero, luego entendió que no tenía ni un derecho en preguntar con mi particular gesto de molesta. Él se llevó las manos a sus bolsillos de su pantalón y fingió no darse cuenta.

— Lo siento. Te vi distraída y solo quería decirte que el encargado ya nos dio la tarea del día de hoy. —me informa y pude recobrar el aire unos segundos después. El que él se acercara a mí sin previo aviso me desconcertaba, puesto que nunca tuvimos nada que ver; en lo cual cuando mostraba interés era solo para complicar las cosas. — Ten esto, es tuyo. —me tendió los trapeadores para limpiar las ventanas de vidrio. — Yo tampoco estoy contento, pero te aseguro que hoy no me escaparé. —afirma y en un momento creí que cumpliría con lo mínimo. Él sacude la cabeza y comienza a seguirme por el pasillo; y por mucho que me pese ese día nos tocaba los baños. — Odio esto. —murmura Jung Kook mientras se colocaba sus guantes plásticos. — Es la tarea más asquerosa que me ha tocado realizar. 

Sonreí por escucharlo y no agregue más nada. Comenzamos las tareas, cada uno en sus áreas respectivos y recordé la última charla que tuve con Jung Kook y era la oportunidad de redimirme.

— ¡Oye! lamento lo del otro día. Elijamos el libro y trabajemos en ello ¿Te parece? —propuse y un breve silencio incómodo hubo entre nosotros. Pero, él continúo fregando los pisos resignado. Seguro no estaba dispuesto a dejar pasar mi antigua actitud que tuve en clases esa vez.

Al terminar con la tarea con los baños reluciente; fuimos a guardar las cosas en la bodega sin mediar palabras. Cuando lo hicimos me acomodaba el cabello un poco y me prepare para salir del sitio. Sin embargo, Jung Kook me detuvo del brazo.

— Espera, ¿Nos vemos el lunes a la salida? —pregunta y entendí la indirecta. Asentí al respecto y me despedí de él. Fui hasta la oficina del señor Will a buscar la última firma que necesitaba para dejar por fin los castigos. 

Cuando estaba saliendo me topé con un chico de frente que estaba bloqueando mi camino a propósito.

— ¡Hola! —era aquel chico de bonita sonrisa del otro día. Evan. Le dedique mi sonrisa que salió como robotizada y extraña. — Te vi salir de la oficina del viejo Will. —lo miré un momento mientras caminaba junto a mí y cualquiera en su sano juicio después de aquel incidente con Agnes, esté no volvería a hablarme, aunque para mí eso era demasiado sospechoso.