Capítulo 16

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Ambas volvieron en sí después de aquel momento tan intenso.

Los aplausos eran ensordecedores.

Con torpeza Seungwan y Sooyoung entrelazaron sus manos junto con las de sus demás compañeros, mientras reverenciaban casi por inercia al público que se había levantado a aplaudirles.

Recibieron torpemente los ramos de flores de manos de sus profesoras encargadas, quienes las felicitaban orgullosas.

—No se preocupen, lo hicieron excelente —les murmuró la directora de la obra —. Superaron mis expectativas. —Les sonrió —. Si hay algún reclamo, yo me haré cargo —mencionó, palmeando fuertemente la espalda de Seungwan, quien se encogía con cada palmada.

—Solo es actuación profesora, no tendría que haber reclamos —dijo Sooyoung, bajándole el perfil a lo sucedido.

El beso había sido increíble. No se podía comparar con aquel beso que se habían dado en su primera salida. No había sido actuado y esperaba que Seungwan se diera cuenta de ello, aunque sea un poco.

—Siempre hay personas exageradas y caprichosas. La libertad de expresión en el teatro tiene sus costos, Sooyoung. —Hizo alusión a la obvia intolerancia por ciertos temas —. Solamente preocúpense de celebrar esta noche —dijo, guiñándole un ojo a ambas.

La sonrisa de esa mujer desconcertaba a Seungwan y avergonzaba a Sooyoung. Su mentora era una persona observadora. Sooyoung nunca podría engañarla.

—¿Me perdí de algo? —preguntó Seungwan, cuando la mujer abandonó el escenario. Sooyoung parecía haberse quedado de piedra.

—A veces habla cosas sin sentido, no le hagas caso —dijo sepultando el tema ahí mismo.

Antes de que pudieran seguir hablando, sus demás compañeros y algunos profesores se habían acercado a felicitarlas. Debían también sacarse las fotografías oficiales del evento y además contestar algunas preguntas para el periódico de la academia.

Seungwan estaba hambrienta, cansada y solo quería dejar reposar su cuerpo sobre su cama por al menos unos dos días. Agradecía internamente a Sooyoung por haberse encargado de los eventos posteriores a la obra.

Le cohibían las preguntas incómodas que se hacían con respecto a ellas: se estaban asumiendo situaciones que no eran reales. Ciertamente ellas no tenían una relación —como todos parecían asumir, de pronto y repentinamente—, sin embargo, lo único real de todo lo acontecido había sido el beso.

¡El maldito beso que Seungwan había estado preparando en su mente por una semana, para que fuese lo más actuado posible!

«Tenías que actuar, Seungwan... ¡Actuar!».

Recordó como Sooyoung, quien yacía sobre el suelo, en los últimos momentos de su «final feliz» —sí, porque la maestra había cambiado el final trágico que se había previsto —, la había tomado por el rostro, y había juntado sus labios tan fervientemente, que el aliento se le había escapado en un solo movimiento.

Los labios de Sooyoung no se habían quedado estáticos como los suyos. Buscó el contacto firme y húmedo, hasta que Seungwan reaccionó, siguiendo el compás tan maravillosamente que sus lenguas no tardaron en encontrarse, agitándose dentro de la boca de la otra.

Cuando Seungwan abrió los ojos, después de sentir como Sooyoung se separaba de ella, pudo notar que la sombra del telón ya las cubría. Se quedaron mirando y Seungwan se perdió en los orbes de la pelinegra. Sooyoung solo tenía que aproximarse nuevamente y Seungwan la recibiría sin resistencia alguna.

«Chicas, sepárense, el telón ya va a subir». Aquel había sido el susurro —no tan susurro— de unas de sus compañeras. Ambas habían caído en cuenta de los aplausos unos segundos después.

Si quieres abrazarme solo dilo. [Wenjoy]Where stories live. Discover now