Capítulo 10

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—¿Quieres que te traiga algo? —preguntó, mirando como Seungwan cortaba con precisión las verduras sobre la tabla de picar —¿Bubble tea?

—¡Si, Hyunnie, el de siempre, por favor! —dijo con alegría mientras terminaba de preparar el guisado para la cena.

—Bien, pero antes, por favor llama a Seulgi —dijo con algo de preocupación por la bailarina, antes de salir del departamento.

Seungwan se había estado refugiando en su hogar durante días. El hecho de que no le quisiera contar del todo la razón, más allá de un: «Se me hace más fácil salir al trabajo contigo desde tu departamento», la preocupaba.

Ella no solía ser tan cerrada para contarle lo que le acongojaba.

—¿Y esa osa tonta porque no contesta? —murmuró algo fastidiada la rubia.

Varios tonos sonaron hasta que se escuchó como contestaron, o más bien, se escuchó como tomaron la llamada, sin embargo, seguido a eso se oyó un golpe estruendoso y la llamada finalizó.

Seungwan se acarició la oreja derecha por la molestia que le había provocado.

—¡Maldición, Seulgi! ¡Te llamo y pasa esto! –gruñó, mientras volvía a su quehacer en la cocina y dejaba todo hecho a la espera que Joohyun volviera con las compras.

Se recostó un momento en los almohadones del piso.

Con la mirada fija en el techo, suspiró profunda y pausadamente, intentando relajar sus extremidades, que durante esos días habían estado expuestas a las tensiones habituales de su trabajo.

No sabía si sentirse bendecida por tener mucho trabajo —lo que era equivalente a muchos más ingresos económicos— o sentirse en desgracia por no tener tiempo ni para ir a la academia.

Afortunadamente podía recuperar las clases, sólo tendría que esforzarse el doble... o el triple.

Sabía que la verdadera desgracia, que la mantenía en un estado ansioso e indeseable, era el hecho de no poder aclarar lo que había sucedido con Sooyoung.

Tenía una extraña inquietud por la confusión de todo el asunto, pero también una extraña calma por no tener que ver a la alta mujer de cabellos negros, ojos profundos...

—Y labios suaves... —murmuró, tocando con su pulgar su labio inferior, el cual había sido apresado entre los de la mujer pelinegra.

Le quemaban los labios recordando los besos que habían compartido aquella tarde.

—No debería sentirme así, solamente fue una estupidez.

«...deberíamos practicar algunas escenas por adelantado». Recordar textualmente las palabras de Sooyoung hizo que el sonrojo se le subiera hasta las orejas.

—Es únicamente para una estúpida obra, Seungwan —se dijo a sí misma, mientras se miraba a través del espejo del baño con la cara empapada.

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

—¿Quieres que te ayude?

—Me asustaste —murmuró con alivio a aquella figura conocida —. Ten, carga esto, por favor. —Le pasó las bolsas mientras aseguraba las puertas del vehículo —. Gracias.

—Lindo auto —dijo Sooyoung acompañando a Joohyun desde el aparcadero de su edificio.

—Sooyoung, ¿qué haces aquí? —dijo la chica con curiosidad.

—Da la casualidad de que somos casi vecinas.

—Oh, ¿vives en algún departamento de estos? –preguntó algo extrañada, ya que nunca la había visto por ahí.

Si quieres abrazarme solo dilo. [Wenjoy]Where stories live. Discover now