Capítulo 23

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Mirar a Seulgi pasearse de un lado a otro por el pasillo era incómodo y frustrante. La pelinegra rumeaba quejas que no podían ser escuchadas del todo por Yerim.

Esperaba que Sooyoung y Seungwan pudieran despedirse sin un poco de remordimiento. A pesar de todo confiaba en el amor que Sooyoung tenía por su unnie, aunque no podría ver la realización del cariño que se tenían, esperaba de todo corazón que ambas encontraran un poco de paz en esa conversación.

—Yeri —susurró Seulgi muy cerca de ella.

No sabía en qué momento  la pelinegra había detenido su errático andar. La joven se encontraba a un lado de ella, apoyada en su espalda, en la misma pared.

Yerim volteó a verla encontrándose con esa mirada de preocupación que últimamente la mayor le daba casi a diario.

No le gustaba que la mirara de esa manera.

Era su culpa, había estado evidentemente deprimida por haber quebrado la relación de amistad con Sooyoung. Seulgi era una persona demasiado perceptiva, podía ver a través de ella con mucha facilidad.

—Puedes contarme lo que te sucede si eso te hace sentir mejor —mencionó con una sonrisa tenue y comprensiva.

Yerim desvió su mirada rápidamente. Emitió un rápido «nada, no es nada», que desconcertó unos momentos a Seulgi.

—Mentirosa —dijo Seulgi, en un susurro que molesto a Yerim —. Si te vas a convertir en una ostra por estar herida, tienes que saber que no pienso dejar de ser insistente contigo, aunque quieras apartarme de tu lado.

—Lo sé —dijo, emitiendo una pequeña vocecita —. Lo siento —murmuró arrepentida por su terquedad —. Yo... yo no quiero que te apartes de mí, unnie.

No lo había dicho con burla esta vez, Seulgi se había dado cuenta de ello, pues la miraba tan avergonzada como Yerim lo estaba.

El momento incómodo que había surgido entre ellas fue interrumpido por un portazo desde el fondo del pasillo.

Sooyoung caminaba hacia ellas llorando amargamente. Pasó a un lado sin siquiera mirarlas.

Yerim intentó alcanzarla, sin embargo, se quedó a medio camino de correr detrás de Sooyoung, cuando la pelinegra simplemente le dedicó un «no me sigas», que la dejó de piedra en medio del pasillo.

Nunca había visto tanto dolor en los ojos de su amiga. Si no hubiera sido por Seulgi, que la rodeó por la cintura en el momento preciso, se hubiera quedado inmersa en aquella sensación de desesperación que la había embargado. El calor de Seulgi contra su espalda la dejó completamente desconcentrada de ello. 

—Vamos, Yeri —dijo la mayor, apretándola un poco más contra ella.

Seulgi prácticamente la arrastró dentro del departamento.

No sabía que escena era peor, si el rostro entristecido de Sooyoung o Seungwan ahogándose en su propio llanto.

—Unnie —murmuró la castaña, tratando de llamar la atención de la mujer frente a ella.

Seungwan estaba echa un ovillo contra sus propias rodillas, ocultando su rostro mientras lloraba tan audiblemente que a Yerim se le puso la piel de gallina.

Seulgi abrazaba a su amiga y le susurraba que todo estaría bien. Yerim se dedicó a hacer lo mismo. 

Seungwan estaba completamente en otro mundo, lo único que podían hacer era acompañarla y esperar que su llanto cesara.

Si quieres abrazarme solo dilo. [Wenjoy]Where stories live. Discover now