Capítulo 3

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—Afortunadamente no te quedó alguna marca —dijo Joohyun mientras le aplicaba un poco de ungüento en la zona del accidente.

—Todavía me pica un poco —dijo haciendo una mueca cada vez que los dedos de su compañera pasaban por su abdomen.

—Un poco de maquillaje y estarás bien. Deja que se seque. —Sopló un poco la zona provocando unas cosquillas en Seungwan.

—Gracias Irene —dijo la rubia usando el apodo de la pelinegra.

Estampó un pequeño beso en la mejilla derecha de la mayor y se rio en su cara cuando las mejillas de Joohyun evidentemente comenzaban a brillar con un sonrojo.

—¡Nunca voy a poder acostumbrarme a esto! —gritó avergonzada la pelinegra mientras se limpiaba la mejilla con fingido asco.

Claro que no le había molestado, claro que no, pero no era el momento para que su compañera se diera cuenta de cómo realmente le afectaban sus gestos cariñosos.

—Srta. Bae y Srta. Son. —Una voz desde la entrada del camerino las llamaba. Era una persona del staff —. Tienen veinte minutos para cambiarse e ingresar al set.

Se cambiaron en unos minutos, les aplicaron maquillaje y para fortuna de Seungwan las prendas que vestiría no contemplaban mostrar el lugar donde Joohyun le había aplicado el medicamento.

—¡Srta. Sooyoung! ¡Mire aquí! —Se escuchó un grito desde el otro lado del set.

Seungwan miró de reojo como Sooyoung posaba con cada orden que el fotógrafo le daba.

No era la primera vez que se encontraban trabajando en el mismo espacio. Después de todo Sooyoung igual pertenecía a una compañía de entretenimiento.

Debía admitir que si había algo que envidiaba de esa chica, eran esas largas piernas que tenía. Sus proporciones eran perfectas en general.

Sintió como si la garganta y los labios se le secaran.

—Seungwan —susurró Joohyun antes de tomarle el mentón para que la mirara —Mira hacia el frente.

Recuperó la compostura y siguió con su trabajo. El fotógrafo que estaba trabajando con ellas no era amigable, mejor no hacerlo enojar.

De alguna manera sabía que se encontrarían con la alta muchacha, era inevitable y Joohyun también lo sabía. Sucedía a menudo y a la mayor incomodaba el hecho de que el aire se helara alrededor de esas dos cuando ambas se encontraban en la misma habitación.

—Deberías madurar —soltó de pronto la pelinegra mientras se cambiaban en los camerinos, a unos metros de la otra pelinegra más alta.

Seungwan hizo un puchero y la miró a través del gran espejo frente a ellas. Joohyun frunció el ceño.

Eso no era justo.

—Te invito a comer, para que se te quite esa cara. —Un sonoro beso en su mejilla y el chasquido del mismo se escuchó —. ¡Oye!

—¡Sunbaenim, usted es tan linda conmigo! —dijo haciendo el ridículo, a propósito, frente a ella — ¡Cuando crezca ganaré mucho dinero y le compraré un puesto de tteokbokki!

—Ya no creciste, Wendy.

—Tú tampoco, Irene.

—¡Oye!

Joohyun rio más fuerte cuando en su efusividad característica Seungwan la alzó en un abrazo, ante la inquisitiva mirada de las demás personas del staff.

A ambas no le importaba. Ambas no eran como ellos.

Siempre había sido cariñosa y Joohyun solo tenía que evitar que se le notara lo mucho que le gustaba que su compañera se acercara.

Si quieres abrazarme solo dilo. [Wenjoy]Where stories live. Discover now