Capítulo 21

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Vengo a publicar a riesgo de que me odien por el final de este capítulo :v <3 estoy preparada para sus mejores insultos ;* 

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La muchacha solía ser tan enérgica e implacablemente animada que verla de esa manera era algo impactante: no solo miraba al suelo tan fijamente que hacía pensar a las presentes que había algo interesante en él, sino que sus ojos se veían algo vidriosos; su respiración agitada y aquella mueca de dolor, tampoco ayudaban a disipar mayormente las percepciones negativas que las demás tenían en ese momento.

Las quejas de Seulgi y lo pasado recientemente tenían a las tres amigas en el borde de un abismo de sentimientos encontrados y desesperanzadores.

—¡Chaebol de mierda y sus costumbres de mierda! ¿Qué acaso no se dan cuenta que el mundo no gira alrededor de ellos? —exclamó Seulgi, con todo la rabia que le quedaba después de los alegatos, en un monólogo, que ha había mantenido desde que habían llegado a su departamento —. ¡Esa gente simplemente debería desaparecer!

—¡Seul! —Seungwan llamó su atención con un grito que hizo saltar de sus lugares tanto a Seulgi como a Yerim —. ¡Cuida tus palabras!

Seulgi se cruzó de brazos e hizo un gesto de enfado mucho más evidente. Sabía que estaba siendo una estúpida al catalogar a todas esas personas como seres despreciables. El claro ejemplo de ello, era esa castaña que se encontraba sentada delante de donde ella se encontraba de pie, de la cual no podía observar con claridad su rostro pues ahora sea había echado a llorar, e intentaba secar aquellas gruesas lágrimas torpemente.

—Yerimie. —Seulgi se acercó después de un segundo a su lado —. No te odio, ¿sabes? No es de ti de quien hablo —dijo acariciando la espalda de la más joven —. No creo que seas una mala persona solo por tener dinero.

Seungwan suspiró pesadamente, viendo como la interacción entre ambas chicas parecía no ir del todo bien. Yerim no dejaba de llorar.

No sabía si las palabras de Seulgi le habían afectado también, de la misma manera que le había afectado lo sucedido algunas horas atrás. De lo que estaba segura era que la situación realmente estaba sobrepasando los límites del sentido común.

—Iré a conseguir algo de comer. No tengo nada aquí —dijo Seulgi, yendo hacia la entrada de su hogar —. Caminaré un rato también y volveré lo más pronto posible —dijo rápidamente antes de desaparecer por la puerta y dejar un beso en la frente de Yerim, y despedirse con una triste sonrisa dirigida a Seungwan.

La rubia acarició los cabellos de la más joven, y limpio con cuidado los restos de lágrimas que habían en sus mejillas. La abrazó y la castaña se aferró a ella durante largos minutos, sin decir nada más que aquellos pequeños sollozos que no la dejaban respirar.

—¿Por qué no lloras, unnie? —preguntó Yerim, tomando por sorpresa a Seungwan con aquella pregunta hecha en medio de su pecho —. ¿No duele?

Si Son Seungwan pudiera describir lo doloroso que se sentía... Saber exactamente las razones por la que Sooyoung se había mantenido tan alejada y misteriosa, le hacían sentir como si le hubieran incrustado un hierro al rojo vivo en medio del pecho, que se había quedado ahí y que hacía subir aquel calor abrazador hasta su garganta.

Ni siquiera podía soltar algún sollozo, sentía como si algo le apretara a dos manos el cuello. Se sentía sofocada, cansada, decepcionada y con el corazón a punto de reventarle. Sentía mucho, pero las lágrimas no salían, y le hubiera gustado que así fuese, sin embargo, no brotaban y no podía sentirse mal por el hecho de no poder expresarse de la manera más natural del mundo.

Si quieres abrazarme solo dilo. [Wenjoy]Where stories live. Discover now