Capitulo 19

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BRENDA

ESTUPIDA — grita mi conciencia

Lo sé, eso es lo peor.

Solo que amarlo no es algo voluntario; no sé qué me hace más daño...si amarlo y odiarlo. A pesar de todo lo amo y aunque duela lo que paso, sé que soy débil y lo voy a perdonar, sé que lastimosamente mi corazón depende tanto de él que lo voy a perdonar.

—Ya pareces una de esas locas pensando en perdonarlo — me recrimina mi conciencia

—Y ¿qué quieres que haga? si yo no elegí a quien amar.

—Pues deberías estar como toda chica dolida, deberías estar llorando y no estar aquí pensando en ese mujeriego que solo te ha lastimado.

Ya parezco loca hablando con mi conciencia.

Es que deberás me habla, cuando menos quiero que alguien me hable ahí llega ella toda pendeja a joderme la vida con sus pinches comentarios, que al fin y al cabo son ciertos de algún modo...bueno la verdad es que siempre tiene razón solo que yo no la escucho porque tengo miedo a que sean verdad las cosas que me dice.

Solo soy una chica que está enamorada y no sabe qué hacer con su vida, que prácticamente fue vendida y ahora que me he enamorado de mi comprador no sé qué hacer si no recibo el mismo amor que yo le doy.

—¿En qué tanto piensas princesa? —Me dice Benjamín entrando en la habitación.

—En nada — digo con la mirada perdida.

—Brenda, dime lo que te está rondando por esa cabecita tuya — me dice él

No le puedo decir que pienso que soy una estúpida por pensar en perdonar a su hermano.

—Solo estaba pensando en Christian, no sé cómo esta y tampoco sé cómo se siente al respecto. Lo sé y no lo digas; sé que no me merece, pero yo no elegí amarlo, mi corazón se enamoró solito sin alma propia.

No le estoy diciendo en lo que pensaba, pero si en que me siento preocupada por lo que siento y no saber cómo manejarlo.

—¿Quieres que lo llame? — me pregunta 

—Enserio. ¿lo harás? — le digo yo asombrada

—Por ti haría cualquier cosa — me dice él y agarra su teléfono.

Veo como Benjamín marca el número de Christian y lo pone en altavoz...solo ha sonado un pitido y ya contesto.

—Hola Benjamín, ¿paso algo con Brenda? ¿tiene algo? dime algo que me estoy preocupando — dice Christian y se nota angustiado.

—No pasa nada con ella, pero yo necesito saber que mierda te pasaba a ti para dejarla en ese estado — dice Benjamín alterado.

—No tengo perdón por lo que hice, la he dañado más que a nadie y ella no tiene la culpa de nada; solo soy yo y mis estúpidos celos sin razón alguna, mis estúpidas inseguridades y el pensar que ella será igual que Laura.

—En tu vida la vuelvas a comparar con Laura, Brenda es un ángel y Laura una víbora que te enveneno.

—Cuídala por mí, yo solo le hago daño.

—Tienen que hablar y aunque quisiera que ella no te perdone, yo no tengo nada que opinar solo apoyarla porque yo si la quiero y también se lo demuestro, no como otros que dicen quererla y solo la lastiman.

—Cuídala por favor, Benjamín, cuídala como si tu vida dependiera de ello — dice Christian y cuelga.

No puedo evitar sollozar, sé que no debería, pero me deja mucho que pensar lo que ha dicho y necesito saber lo que piensa, necesito saber lo que siente y sobre todo necesito saber si hay una misera pisca de amor de él hacia mí.

—Benjamín eres como un hermano para mí, sabes lo mucho que te quiero y aprecio lo que haces por mi — digo entre sollozos.

Benjamín me abraza y solo acaricia mi cabello.

—Gracias — le digo mientras siento ese calor familiar con él. 

***

Me duele que Christian no me haya llamado, ya es una semana que llevo en casa de sus padres y a pesar de que nadie ha preguntado nada, me siento incomoda y abrumada. Necesito respuestas y sé que a pesar de lo mucho que Benjamín me quiere, no me dirá nada que involucre la vida personal de su hermano.

Hace una semana es que no voy al colegio, mis profesores deben estar preocupados y en especial Natt, ella debe estar super preocupada, no le he dicho nada y sé que cuando la vea pegara el grito al cielo por desaparecerme de esa manera.

—En que tanto piensas — pregunta Benjamín entrando a la habitación.

—regresare al departamento, es una decisión ya tomada. 

—Está bien princesa, yo mismo te llevare y sabes que si necesitas algo no dudes en llamarme.

Asiento.

Me despido de todos en casa y me subo al auto de Benjamín. El trayecto se hace corto y los nervios se hacen cada vez más grandes.

No puedo negar que tengo miedo de entrar a ese departamento, son demasiadas cosas de las cuales me puedo sorprender.

1.- Encontrarlo con otra mujer.

2.- Encontrarlo tomado y molesto.

3.- Que simplemente me diga que todo fue una actuación y que nunca me amo.

—Estoy para ti siempre, llámame a cualquier hora y yo vendré a buscarte — asiento y Ben me da un beso en la frente.

Bajo del auto y con los nervios de punta avanzo hacia el edificio donde se encuentra aquel hombre que es mi esposo, compañero de vida y el ladrón de mi corazón.

Subo las escaleras a paso lento y al llegar a la puerta del departamento, las manos me tiemblan al intentar abrir la puerta.

— Cálmate Brenda, tú puedes — me digo en voz baja y respiro repetidas veces.

Avanzo por el departamento y veo todo desordenado, lo cual es raro, muy raro.

—Brenda, regresaste — me dice un Christian borracho y tambaleándose.

—¿Porque estas tomando?

—Porque soy un idiota, un idiota que no supera que su ex lo engaño y que piensa que todas las mujeres son iguales, y que por eso solo te hace daño.

—Deberías darte un baño y dormir; luego vamos a conversar.

—Perdóname mi amor, sé que no merezco ni que me mires, soy muy poca cosa para ti que solo eres luz, pero eres mi luz y sin ti no me siento completo, me haces falta mi vida, te juro que me haces falta — dice Christian entre lágrimas y pesar de intentar retener las mías no lo logro.

—Te perdono, te perdono, pero igual hay cosas que debemos aclarar Chris.



Una firma y un papelWhere stories live. Discover now