🔷Capítulo 3🔷

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BRENDA

Hoy me recogerá Christian así que mejor me pongo algo bonito, no quiero espantarlo desde la primera cita. Elijo un vestido rosado pegado hasta la cintura y lo demás es suelto, en la espalda tiene un hueco así que básicamente se nota toda mi espalda, y también elijo unas zapatillas tipo botines en color blanco. Me doy una ducha rápida de 5 minutos y me visto.

Mi cabello el día de hoy ha amanecido rebelde, pero con una plancha eso se soluciona o eso creo. Después de luchar 30 minutos con mi cabello no consigo que se me note bonito, el laceado me ha quedado fatal, lo mejor será hacerme unas ondas en una coleta alta.

Termino de vestirme y peinarme y salgo de mi habitación a tomar desayuno.

—Buenos días nana — saludo sonriente

—Buenos días mi niña — saluda mi nana

—Hoy si quiero más que solo un jugo nana — le digo y reviso las notificaciones que tengo.

Al revisar mi celular me doy cuenta de que tengo más de 100 mensajes de Natt, lo cual es muy raro porque ella no manda mensajes por lo general. Lo mejor será llamarla para poder entender porque mando tantos mensajes.

—Hola Natt, ¿porque me mandaste tantos mensajes? — pregunto curiosa

—Es que, no sé cómo decirte esto — me dice Natt y por el tono de su voz la noto algo nerviosa.

—Solo dímelo — la animo, pero no creo haber conseguido hacerlo.

—Cuando llegues al colegio hablamos — me dice y cuelga dejándome más confundida de lo que estaba.

Lo mejor será llegar rápido para aclarar esto.

Termino mi desayuno que consiste en un jugo de naranja, dos huevos sancochados, y leche con cereal.

Me despido de mi padre, de mi madre y me voy con William al colegio.

La trayectoria al colegio es igual que todos los días; William es como un segundo padre para mí, lo conozco desde que soy un feto literalmente, yo lo quiero un montón.

William tiene su familia obviamente, Teresa es un amor de persona y sus hijos ni que decir, en especial Aaron; tiene la piel bronceada, es alto, ojos azules, cabello castaño, es simplemente hermoso, mi amor platónico se podría decir y lo mejor de todo es que es muy educado, nunca trata mal a nadie, solo que es muy tímido.

La mayoría de las personas creen que yo soy aventada, pero no es verdad. Solo que soy muy segura de mí misma o eso intento todos los días, sinceramente a veces me siento como un pequeño cristal que se puede quebrar en cualquier momento, tengo días malo como buenos, pero no puedo dejar que la tristeza me consuma. Mejor me rio de lo malo y le saco más provecho a lo bueno.

Llego al colegio y veo a Natt, corro hacia ella.

—¿Qué es lo que me tenías que contar? — pregunto algo agitada.

—A la salida te cuento — me dice y veo que evita mi mirada.

Esto no está nada bien; que tan malo es lo que me dirá que no me dirige la mirada.

—Ok — le respondo con el ceño fruncido.

—¿Qué harías si te enteras de que tu padre o tu madre están en otra relación? — me pregunta de la nada.

Su pregunta me saca de onda, mis padres se aman demasiado, un engaño no está en su vocabulario; yo quisiera un amor como el de ellos.

—Eso nunca pasara Natt, mis padres se aman — le digo muy segura.

Una firma y un papelWhere stories live. Discover now