💦Capítulo 2💦

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—Hijo; hoy conocerás a tu futura esposa — me dice mi padre muy convencido de que yo aceptare. Y como no hacerlo, soy el mayor de los Anderson, mis otros hermanos tienen 17 y 12 años, no saben lo que es la vida.

—Si padre, pero aun no entiendo el porqué del casamiento — pregunto

—Esas son cosas que no conversare contigo por el momento — dice dando por sentado su decisión. 

—Eso quiere decir que más adelante me las harás saber — digo curioso

—Christian solo alístate — dice mi padre, dejándome solo

Me visto como siempre lo hago; un traje negro, una camisa blanca y una corbata azul oscuro.

Tengo 20 años y desde que tuve conciencia sabía cuál sería mi futuro, liderar el imperio de los Anderson. Mi deber es mantener las relaciones a flote, por ende, debo siempre vestir para la ocasión.

***

Llegamos a una casa muy bonita y nos abre una señora de unos 50 años aproximadamente.

—Buenas tardes, soy Christian Anderson — me presento y le doy la mano como saludo.

—Joven buenas tardes, pase — me dice la señora y me deja pasar.

—Joven Christian es un honor que este en mi casa — me dice mi futuro suegro.

—Señor Clark, no he venido a socializar, ¿Dónde está su hija? — pregunto, mirando toda la casa buscando rastro de la joven Clark.

—Aquí estoy joven Anderson — escucho como ella habla y volteo a verla.

Puede que tenga 18 años, pero no lo parece; su estatura es pequeña y tiene cara de niña mimada; es hermosa eso no se puede negar, su piel es blanca y brilla como la porcelana, sus ojos son color café y su cabello rizado color cobrizo.

—Yo soy Brenda Clark, su futura esposa — dice muy firme, es algo bueno que lo haya aceptado rápido.

—Muy bien, ya te conozco así que me voy — digo y solo pienso en largarme.

Avanzo a paso rápido y antes de abrir la puerta siento como su pequeña mano agarra mi brazo.

—¿No te enseñaron a ser educado? — dice ella algo enojada.

—¿Perdón? — pregunto algo irritado.

—Mira sé que recién me conoces y que ya nos vamos a casar, pero no puedes ser un poco más educado — dice Brenda y parece irritada. Sus mejillas están rojas y sus ojos están entrecerrados.

—¿Y qué deseas que haga? — pregunto algo sonriente.

—No lo sé, pero trata de tener modales — dice y se sonroja de la nada.

Parece que la pequeña Clark no es inmune a mis encantos y obviamente voy a sacar provecho de eso. 

—Mañana te recojo a la salida de tu colegio y vemos que hacemos — sin darle oportunidad a responder me acerco y le doy un beso en la comisura de sus labios.

Salgo de la casa de los Clark sin dejar de tener el sin sabor de no haber probado los labios de la dulce niña del señor Clark. Tal vez no sea una mala idea después de todo.

Al llegara a casa estaciono mi auto y me dirijo a mi habitación.

—Idiota, ¿cómo te fue con la chiquilla? — preguntó mi hermano Benjamín

—Ni tan chiquilla, es mayor que tu así que respétala — le digo.

Me tiro a mi cama solo queriendo dormir.

Una firma y un papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora