🌞Capítulo 10 🌞

58 10 9
                                    

CHRISTIAN

Hoy es lunes, despertarme temprano ya es algo común para mí.

Veo a Brenda que se mueve con pereza por el cuarto.

—Buenos días dormilona — la saludo

—Que de buenos tienen — dice ella aun con los ojos cerrados.

—Anda báñate, para que luego comas algo y así poder llevarte a la estudiar y luego ireme yo también a estudiar — le digo con un tono que ni yo sé cómo es.

—Okey — contesta ella con una sonrisa que involuntariamente respondo igual.

Bajo a tomar desayuno y saludo a mi nana.

—Nana Cecilia, buenos días — la saludo mientras le doy un abrazo.

—Mi niño, se ve que hoy amaneciste de buen humor — me dice ella

—Se podría decir que si — respondo y me rio.

—¿Qué te preparo para desayunar? — me pregunta con la sonrisa más linda en su rostro.

—Un jugo de naranja, una taza de café y una tostada por favor nana.

—Ahora mismo mi niño.

—Nana, para Brenda le haces un jugo de naranja, un vaso de leche y unas donas de chocolate — le digo algo inseguro porque no se si le agrade eso.

—Si mi niño, yo lo preparo — me dice mi nana y se pone a preparar el desayuno para ambos.

Han pasado 10 minutos y veo a Brenda bajar con su mochila ya arreglada.

—Buenos días, Cecilia, ¿Qué hay de desayunar? muero de hambre — dice Brenda con cierto dramatismo en su voz.

—Buenos días, señora — contesta mi nana, a lo que Brenda la mira aterrada.

—¿Señora?, no, no y no, solo dime Brenda; me niego a ser señora con solo 18 años — dice ella haciéndose la ofendida

—Como usted guste — responde mi nana con amabilidad.

El desayuno trascurrió de lo más raro para mí, nunca me había reído tanto.

—Ya nos vemos nana — le dije dándole un beso en la cabeza.

—Adiós Cecilia — dice Brenda sonriente.

—Que tenga buen día seño...—estaba diciendo mi nana, pero se retractó — digo señorita Brenda.

Brenda sube de copiloto y yo también me subo en el carro.

—No me gusta que me digan señora — dice Brenda haciendo morros y hace que se vea adorable.

—Pero eso es lo que eres ahora, eres la señora de Anderson — le dije mirando sus carnosos labios.

Brenda se dio cuenta de donde estaba mi mirada y se sonrojo a mas no poder.

—Lo mejor será que no hablemos de este tema — dice ella mirando por la ventanilla de su lado.

—Como gusté señora Anderson — digo para fastidiarla.

***

Estoy en la universidad y todos mis compañeros me miran de una forma extraña y se porque es; no es una novedad para nadie que me haya casado.

—Hola Daimon, ¿sabes por qué me miran de ese modo? — pregunto, aunque ya se la respuesta.

—Hermano, te has casado, ¿Cómo quieres que te miren? — me dice Daimon.

Ya sabía de sobra que se enterarían y que a estas alturas todos lo sabrían, pero mirarme de esta forma es muy extraño.

—Pues si estoy casado, pero no amarrado — le digo sacándole una carcajada.

Una firma y un papelWhere stories live. Discover now