EL INICIÓ

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El clan de leones, era el mas poderoso de los 4 distritos. Ningún clan se oponía o se revelaba contra aquellos Alfas.

Si lo hacían, era evidente que todos terminarían muertos, degollados o en el peor de los casos, siendo la puta de todos esos leones.

Pero a pesar de ser los más poderosos, aún así estos obedecían a un Alfa supremo.

Kushina Uzumaki, era el nombre de aquella Leona Alfa, líder del clan de esos sádicos. Peli roja, de ojos verde oscuro, de piel blanca, muy hermosa, si no la mas hermosa de todas las leonas.

Pero aunque su belleza mostraba fragilidad, todo eso era una fachada, porque ella era muy poderosa, tanto así que cuando un Alfa entraba en celo y quería poseerla.

Ella lo podía sujetar del cuello y arrancarle la traquea sin problema, aunque el león fuera Alfa eh incluso más alto que ella. Cosa que amaba hacer la peli roja, porque se bañaba de la sangre ajena y disfrutaba mostrar su gran poder.

Todos los leones la admiraban, ademas de que ella tenía a un muy hermoso Omega rubio de ojos azules. Su nombre era Minato Namikaze.

El Omega era alguien sumiso y muy tranquilo, quien siempre estaba dispuesto y listo para su Alfa.

Ambos con el paso de los años lograron procrear un bebé, pero la alegría no duró nada cuando se supo que el cachorro había salido Alfa.

Cualquier clan, al tener cachorros. Era obvio que deseaban a los Alfas con vehemencia. Al ser estos futuros lideres de la manada o clan, además de futuros guerreros o guardianes.

Pero en el caso del clan de los leones, estos odiaban y despreciaban a los cachorros Alfas. Tanto era el odio hacia estos, que los torturaban hasta matarlos, los abandonaban al nacer en cualquier zona peligrosa o se los daban de comer a los buitres.

Pero, ¿Por qué se odiaba tanto a los bebés Alfas? Los leones eran seres demasiado territoriales, y tener a un nuevo Alfa significaría ceder de su dominio o poder de su pequeña familia, ademas de que estos al crecer podrían matarlos aún siendo sus propios padres eh incluso quitarles sus Omegas. Por eso preferían eliminar a los indeseados.

Pero todo eso era muy diferente si nacía un Omega, porque eso significaba que el clan iba a crecer, y si la propia cría nacía y crecia muy linda, podrían reclamarla como pareja, engendrando con sus propias crías a leones más lindos.

Para los Leones eso era algo maravilloso, pero a otros clanes eso les resultaba repugnante y hasta grotesco. Aunque sólo lo pensaban, porque apreciaban demasiado su vida como para andar gritando eso a los 4 vientos.

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Kushina se sacudió el polvo que tenia en las manos, viendo con indiferencia a su cachorro. Quien se encontraba en el suelo con arañazos en brazos, cara y espalda, mientras escupia un poco de sangre.

-Terminamos por hoy, Naruto - pronunció la Alfa con aquella voz fría que la caracterizaba como líder. Al ver que su cachorro ya no podia dar más en el entrenamiento.

Naruto logró asentir como pudo ante las palabras de su madre antes de verla irse. Al no tener ya fuerza para ponerse de pie, se arrastró hasta llegar debajo del árbol más cercano y descansar un poco.

Moverse siquiera lo necesario, le hacia abrir las heridas, las cuales sangraban por el mínimo esfuerzo echo.

Suspiro de manera cansada, recordando que siempre era lo mismo cuando entrenaba con su mamá. Ella se detenía cuando lo veía desmayado o casi muerto.

Hace tiempo se preguntaba porque su propia madre, lo golpeaba, lo evitaba, lo abandonaba. Hasta que un día supo que era tratado así, por su condición de Alfa.

A los Alfas jóvenes se les veía como una amenaza para los Alfas veteranos, sintiendo estos miedo de ser quitados de sus lujos y comodidades que tenían. Entonces supo que no era sólo él, sino todo aquel que nacía Alfa en aquel clan.

Fue en ese momento que por su infantil mente paso el deseo de haber nacido Omega. Deseo que se extinguió al saber que les pasaba a ellos en el clan, aunque la infancia de ellos era más tranquila y dulce, al llegar su primer celo eran reclamados por sus propios padres o tíos para ser la madre de sus crías, sin darles derecho a enamorarse o elegir ellos mismos a su pareja. Por eso aunque sufría torturas o entrenamientos horribles, se alegraba el haber nacido Alfa.

Cuando noto que el sol se estaba escondiendo, se levantó con la poca fuerza que logró reunir y camino al interior de su casa. Un tanto feliz de ocupar su patio trasero como lugar de entrenamiento.

En cada paso que daba, dejaba manchas de sangre en el suelo, intentaba no arrastrar los pies pero ver las escaleras que lo conducían a la segunda planta le hicieron el trabajo difícil.

Empezó a subir con dificultad, pero al ir a medio camino, fruncio el ceño al ver a Minato bajar. Lo ignoró como siempre y siguió de largo.

Dejando a Minato con una expresión triste al ver a su cachorro así de lastimado eh indiferente al verlo.

-¡Minato, que haces ahí. Ven ya! - ordeno Kushina al ver a su Omega parado en las escaleras.

El rubio no tardó en obedecer al llamado de su Alfa. Sabiendo que tenía poca paciencia.

-Mañana empieza la semana de tu celo, espero y esta vez si puedas darme mi tan ansiado Omega - expreso con resentimiento -pero si no lo haces, me daré cuenta que no sirves ni para engendrar. Y entonces tendré que tener otro Omega que si me de mis crías que tanto ansió -.

-Esta vez si saldrá tu amado Omega, enserio esta vez si - susurro Minato, con la mirada baja al saber que significaría eso. Él seria subajado a ser amante, mientras Kushina presentaría a otro Omega como su pareja oficial.

-Eso espero, o ya veraz que te haré lo peor que puedas llegar a pensar - susurro en respuesta Kushina, saliendo de aquella sala.

Dejando a Minato con un temblor en su cuerpo, apretando su abdomen plano.

-Por favor, no quiero perder a Kushina, por favor. Solo esta vez dame una cría que sea Omega, por favor - susurro para si mismo deseando con todo su corazón que está vez pudiera tener a su bebé.
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Aquí está el primer cap

Gracias por leer.

Nos leemos

TU MI LUNA Where stories live. Discover now