JAMÁS PERMITIRÉ QUÉ MANCHEN LA LUZ QUE ERES PARA MI

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La alarma que había puesto según él hace poco, le aviso que era momento de irse de ahí.

Aunque su cuerpo le dolía horrible y sentía como tenía varios huesos fracturados o fuera de su lugar, no le importó, debía ir a ver a Sasuke lo más pronto posible.

Pero primero debía ir a la cocina y buscar algo que llevarle al cachorro, quien seguro estaría harto ya de comer sólo galletas y leche en caja.

Y todo eso debía hacerlo rápido antes de que Kushina estuviera despierta y en el peor de los casos, lograr que Rasa no viera lo que estaba haciendo y preguntará cosas que no le importaban.

Lástima que soño muy pronto, porque al entrar a la cocina, Kushina estaba tomando café en su lugar del comedor.

Paso a su lado y fue directo al refrigerador, viendo que había mucha carne y postres que a Sasuke le encantarían.

Así que con bolsa en mano, metió un poco de todo y los postres los acomodó lo mejor que pudo para no tirarlos. Cuando escuchó la voz de Rasa.

La curiosidad pudo más que él, al acercarse a la puerta y ver como de uno de los cuartos que estaban frente a la sala, salía Rasa mientras acomodaba su ropa y Minato salía detrás de él con la cabeza hacia abajo.

-- Te lo dije, ningún Omega es digno de conservar -- susurró Kushina al pasar al lado de Naruto eh ir hacia Rasa a saludarlo como si el meterse con su Omega, no significara nada para la ella, y la verdad, no lo era.

Naruto en cambio, retrocedió en sus pasos y salió de la cocina por la puerta de atrás. Mientras sentía asco y repulsión por Minato.

Se supone que el era Omega de Kushina y está lo atendia en la cama y en los lujos, entonces, ¿por qué dejaba que otro Alfa lo tocará y marcará con su aroma, cuando ya tenía una pareja?.

Luego recordó lo que su mamá le había dicho de los Omegas, y que estos sólo piensan con las piernas.

--¿Naruto? -- al escuchar su nombre en esa infantil voz, lo hizo regresar en si y ver a Sasuke frente a él. Realmente estaba tan perdido en sus pensamientos, que no se dio cuenta cuando llegó.

No dudo en dejar las bolsas en el suelo y abrazar al cachorro, quien respondió el abrazo muy feliz.

-- Te extrañe mucho Naruto --. La confesión aceleró el corazón del rubio, quien sonrió desde lo más profundo de su ser.

--Tambien yo mi pequeño cachorro, no sabes cuanto te extrañe -- susurró con voz quebrada. Él realmente adoraba a su pequeña y pura luz. Y sin importar a cuantos tuviera que matar, ni cuanto se debía condenar, el protegeria a Sasuke con su propia vida si era necesario, para que este siempre conservará esa luz que reflejaban sus ojos onix.
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La noche había caído y Sasuke no dudo en acurrucarse lo más que pudo a Naruto en la cama, para poder dormir mientras olía su aroma a canela y sentía ese calor que le brindada paz y seguridad.

Naruto por su parte, miraba el techo de su pequeña guarida, mientras acariciaba los cabellos del cachorro con una ternura que nunca pensó poseer.

Estaba demasiado pensativo, ya que sabía que si Rasa estaba en el clan, era porque ya pronto empezaría otra vez la cacería de Alfas.

Otra vez donde él debía desatar eso que no quería despertar, por el miedo de no regresar en sí y lastimar a Sasuke si es que lo veía, oh en el peor de los casos, ser odiado por su cachorro al ver en que se convirtió.

Sonrió ante lo irónico que era la situación en ese momento, porque él era entrenado por su madre a tal nivel de crueldad, simplemente por el echo de que Kushina deseaba desatar los más bajos instintos de Naruto, para así al fin lograr crear el Alfa perfecto.

Lo que no sabía está, era que Naruto los había despertado hace poco y por miedo de ser algo que asustara a Sasuke, lo mantenía oculto y dormido en lo más profundo de su ser. Ya que realmente él no deseaba ser odiado por lo que más quería en su horrible y asquerosa vida. No importaba si tenía que sufrir cosas horribles oh dolorosas en el camino, nunca de los nuncas, mientras estuviera Sasuke junto a él, dejaría que este viera lo que había dentro de él.

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Aquí está otro cap

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Nos leemos

Se me cuidan

Adiós

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