MANIPULAR ES MÍ ESPECIALIDAD (22)

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La fiesta había terminado y con eso toda clase de celebración, una que la verdad Kushina no le dió importancia o gusto para pasársela bien, ya que su mente estaba en lo que le había dicho a Naruto en aquella tarde.

Por eso a la primera hora de la mañana, tomo rumbo a su clan con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Al parecer sus jugadas le salían bien sin importar a quien se las hiciera.

Pero ni bien llegó a las puertas de su clan, los leones de su distrito al verla pasar, la saludaban con alegría y felicitaban por otra victoria de Naruto en la cacería de alfas. Ella aceptaba con gusto los regalos que le daban para su hijo, aún cuando sabía que quizás este ya se encontraba muy lejos del territorio con ese mocoso Uchiha.

Cuando llegó a su mansión, tenía muchas botellas del mejor vino y obsequios de oro que otros leones le dieron como regalos, unos que terminó tirando. Para ella todo eso era basura y nada más, al ser poseedora de una enorme eh incontable fortuna de monedas de oro y joyas preciosas, lo que alguien le regalará solo eran baratijas de cuarta.

Pero antes de abrir la puerta de su hermosa mansión, miro hacia donde sabía estaba el escondite de su bastardo y ese mocoso azabache. Sonrío al tener una idea, así que en vez de entrar a su casa, camino por su amplio jardín con dirección a ese escondite secreto. Uno que Naruto le oculto por tantos años y si no hubiera sido por el descuido del mocoso, jamás hubiera encontrado el lugar.

La verdad le daba crédito al ingenio de su hijo al tener su guarida secreta justamente al fondo de aquel pequeño bosque lleno de árboles y maleza. Claro que sí veía con detenimiento, cosa que jamás tuvo la necesidad de hacer, hubiera visto que aquel claro que había dentro del pequeño bosque y el árbol al fondo del lugar con grietas raras y muy frondoso, le daba un aspecto extraño al panorama.

Al estar frente a ese enorme y viejo árbol, en vez de buscar alguna entrada o puerta secreta, prefirió romper la madera con un fuerte zarpazo. No era una persona con paciencia y jamás lo sería, así que al ver que su golpe logro destruir el árbol y con eso este mostró su interior, sonrió.

No tardo nada en hacer un agujero lo suficientemente grande para entrar, pero ni bien piso el interior del lugar, se sorprendió de ver todo aquello. Por fuera el lugar se veía simple y lleno de yerba, pero por dentro estaba muy bien ambientado, limpio y cabía perfectamente una cama matrimonial, una mesa y dos sillas, así como varias repisas repletas de cuentos infantiles y libros para colorear.

A pesar de no olfatear profundamente aquel lugar, aún así sabía que el aire estaba lleno del aroma de Naruto y Sasuke, demostrando que ese lugar era habitado por esos dos desde hace tanto tiempo.

Frunció el ceño al ver aquella cama grande con sábanas blancas, adornada con varios peluches de diferentes colores y formas, pero un peluche en especial le llamo la atención. Este era un gato negro un poco más grande que el resto de peluches, el cual tenía un moño rojo atado en el cuello.

Camino hasta el afelpado juguete y lo sujeto con fuerza, deformando el pobre peluche entre sus garras, solo para ver qué el aroma del mocoso estaba muy impregnado en el, quizás porque el peluche era algo que Sasuke ocupaba para dormir.

Aventó el gatito negro contra una pared antes de seguir viendo todo lo que había ahí. El baño con esa tina enorme, aquella regadera, juguetes para bañera, esponjas, jabones y shampoo's especiales para niños, toallas y sandalias infantiles eran todo lo que había en ese cuarto de baño.

Salió de ahí al no aguantar tanta cursilería y camino hasta lo que según era una cocina, aunque está tenía varias repisas con condimentos, comidas en lata y frascos, así como una mesa con dos sillas y varios utensilios infantiles, el lugar estaba impecable y seguro para que un mocoso caminara por ahí.

TU MI LUNA Where stories live. Discover now