DE COMO TE CONOCÍ

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Pequeños quejidos de dolor soltó Naruto al abrir los ojos y tener directamente los rayos del sol pegando su rostro. Sólo pudo ladear la cara al no tener fuerzas ni para colocar su ante brazo sobre su vista.

Hubiera deseado quedarse todo el día en la cama y reponer al menos la fuerza mínima, pero el hambre que sentía podía mas. Así que soltando un suspiro cansado se levantó de la cama soltando quejidos de dolor por el esfuerzo y camino a la puerta de su habitación.

Pero al abrirla y ser poseedor de un muy desarrollado olfato, fruncio la nariz al captar un aroma a vainilla, el cual se mezclaba con fresas. Hizo una mueca de asco al saber que Minato había entrado en celo y su madre estaría ya follandoselo en algún lugar de la casa.

Ese pensamiento hizo que todo deseo de comer se le esfumara, así que giro sobre sus talones y camino a la ventana. Al abrirla trago saliva al ver que alto se veía desde donde estaba, pero el aroma a sexo empezó a inundar el lugar. Eso hizo que sin dudar saltará, aunque el dolor al caer al suelo fuera mil veces peor que tener cuchillos enterrados por todo el cuerpo.

Espero un rato en la misma posición hasta que el dolor disminuyó un poco y pudo avanzar, algo bueno porque los gemidos de Minato ya se escuchaban por doquier.

Al ver frente a él la puerta principal de su mansión, la abrió con dificultad al estar está echa de puro caoba. Y salió sin dudar, viendo el clan de leones frente a él.

Pero conforme caminaba por las calles, peor se ponía de humor.  Porque se supone que escapó de casa para no oler o escuchar gemidos por sexo, pero en cualquier callejón o calle habia leones cogiendose a los Omegas, incluso se veian orgías con betas y Omegas. Sintió un poco de pena por los betas, ya que estos sólo servían para ser cogidos por una gran cantidad de Alfas leones al día.

Suspiro al ver que en el clan de leones reinaba la promiscuidad, la lujuria y el deseo. Donde follar ya era algo tan normal y cotidiano que no ponían atención a nadie que lo hacia a simple vista.

--¡Naruto! -- aquel llamado hizo que se detuviera y buscará al dueño de aquella voz.

--Shikamaru -- respondió al ver al fin quien era --Que milagro que te veo -- agregó, pero alejándose por instinto al ver que el azabache tenia intensión de abrazarlo.

--Si, pero mira como estas -- dijo al referirse a los raspones, golpes y moretones que tenia el rubio por todo el cuerpo --Seguro tu mamá te entreno hasta que te crujieran los huesos, ¿o me equivoco? -- preguntó un poco preocupado por su amigo.

--Ya sabes lo normal-- dijo como restandole importancia a aquello -- y dime que tal, que has echo en este tiempo que no nos hemos visto -- quiso saber con un poco de curiosidad.

Lástima que la respuesta no llegó porque un Alfa azabache llegó por detrás de Shimamaru y le tocó el brazo, haciendo que el Nara volteara la cabeza para saber quien era.

--Shikamaru vamos, debemos ir a casa -- ordeno aquel león, quien en ningún momento dejo de ver a Naruto.

--Si papá, nos vemos Naruto -- se despidió aquel azabache siguiendo a su padre Alfa.

Naruto sólo se despidió con la mano, aunque el Omega no lo vio. Solto un gran suspiro al ver que territoriales eran algunos padres con sus crias, asi que sin perder más tiempo siguió su camino sin rumbo por el momento.

Pero estaba tan perdido en sus pensamientos, que cuando se percato, estaba en un lugar que no conocía de aquel distrito.

Estaba por regresar por donde vino, pero unos sollozos lo detuvieron. Busco de donde provenían, y al ver que estos salían de un callejón se acercó a paso lento y vio que los gemidos lastimeros salian de un contenedor de basura.

Abrió la tapa de manera lenta al no saber que había dentro, pero lo primero que vio fueron unos ojos negros realmente hipnotizantes, y el dueño de esos ojos era una cría de pantera negra, uno que aun olía a leche.

Al ver que el pequeño empezó a gruñirle y lanzar pequeños arañazos, reviro los ojos y se alejó de ahí. Pero un aroma a rabia, odio, sangre y hostilidad le llegó al olfato, eso hizo que se detuviera.

De nuevo regreso a donde estaba el cachorro y miro como el pequeño empezaba a temblar, seguro porque sentía la hostilidad tan cerca de él.

--Ven vamos -- ofreció su mano para sacar al cachorro de aproximadamente 3 años del bote de basura.

Pero lo único que recibió fue una mordida y unos arañazos en su brazo. El cual sangro porque las heridas del día anterior se abrieron otra vez.

--¡Imbécil! -- exclamó Naruto enojado, al ver que por intentar ser bueno recibió otra vez daño. Retiro su brazo y miro mal al mocoso, estaba por dejarlo ahí y que se jodiera, pero al escuchar las voces más cerca y el cachorro azabache tembló aún más fuerte, además de esconderse en la basura. Sintió un deja vú, uno que lo hizo apretar fuerte la mandíbula.

-- Elige mocoso, oh ellos o yo -- pronunció metiendo su mano de nuevo en aquel bote de basura.

El pequeño animal no dudo esta vez y con todo el miedo que sentía, se aferró al brazo canela.

Naruto al ver que nuevas heridas se mostraban en su brazo, lo hizo aguantar el dolor de aquellas garras enterradas en su piel.

-- Es mejor que nos vayamos oh créeme que no serás sólo tú el que sufra -- susurro al cargar como pudo al cachorro y correr con todas sus fuerzas lejos de ahí.

Pero aunque corría y se escabullia por donde creía era fácil perderlos, se frustró cuando supo que aquellos sujetos les seguían pisando los talones, y si continuaban así en poco tiempo serían atrapados.

Hasta que vio al pequeño y se detuvo en seco. Lo empezó a olfatear y noto aquel sutil aroma a leche.

-- Claro, por eso no los pierdo -- susurro, y sin perder más tiempo agarró al pequeño para empezar a quitarle la ropa.

Este al sentirse atacado, no dudo en defenderse como podía, incluso chillaba muy fuerte como pidiendo auxilio.

-- Callate idiota, si sigues así nos van a descubrir. Solo quiero hacer esto -- dijo Naruto al aventar toda la ropa del pequeño a una alcantarilla y pregnar lo más que podía su aroma en este. Intentando eliminar el aroma ajeno del menor.

Al ver que ya estaba más o menos, abrió su chamarra naranja y metió al pequeño ya desnudo en ella y correr otra vez.

Esperando tener éxito en perder a esos idiotas que lo seguían. Aunque aún no entendía que hacia otra raza en el clan de los leones, y menos cuando su madre aborrecia la existencia de indeseados en su amado clan. Hasta que una idea le inundó la mente.

"Seguro fuiste comprado para ser un esclavo sexual, y te escapaste, si no, no se para que mas podrías estar aquí" pensó al mirar al cachorro, el cual no era nada feo. Bueno, había muchos enfermos en ese clan, así que podía pasar de todo si llegabas a manos equivocadas.

Cuando al fin reconoció algunas calles se alegro realmente, corrió con cautela por el lugar, intentando no enseñar al mocoso. Porque sabía que no habría poder humano que lo ayudará a protegerlo de los leones si estos lo veían.
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Aquí está otro cap

Gracias por leer.

TU MI LUNA Where stories live. Discover now