TE ENSEÑE MI LUGAR SECRETO

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Naruto no podía estar más que feliz al ver por fin el enorme portón que lo dividía del clan y su mansión.

Con fuerza abrió la puerta y entró, viendo por todos lados si no había alguien que lo siguió. Suspiro de alivio al ver que nada de eso pasó.

Cerró de nueva cuenta su puerta y camino por el enorme lugar que veía, olfateando por si no había algún sirviente cerca. Percatandose que lo único que seguía por el lugar era el aroma a sexo.

Fruncio la nariz y camino lejos de la mansión, alegrandose de tener un lugar secreto donde pasar aquellos días donde su madre se cogia al Omega.

El pequeño azabache sólo veía curioso todo por donde pasaban, olfateando un aroma en el aire que lo hizo mover su colita de pantera.

--Creeme que no es nada al aroma que olfateas -- susurro al ver al azabache, riendo al ver que este ladeo la cabeza al no entender. --Dejalo así, mejor dime que tal te parece mi lugar secreto --.

La pequeña pantera al ser bajado al suelo, miro con asombró el enorme árbol que estaba frente a él. Viendo que Naruto camino hasta una rama y la movió con fuerza, logrando abrir una grieta en el árbol.

--Vamos pasa -- invitación que el pequeño no dudo en aceptar, maravillandose al ver que dentro de lo que parecía un simple árbol, era una enorme cueva con una cama, estantes, sábanas, y otras pequeñas puertas. --Este lugar nadie lo sabía sólo yo, claro que también ahora tú. ¡Por eso es perfecto! -- no pudo evitar gritar al ver que por fin tenía a alguien con quien compartir aquel secreto -- al estar lejos de la mansión, Kushina nunca viene por aquí. La servidumbre no sale de la casa, por eso este lugar nadie lo ah visto. ¿Te gusta? Eh...Bueno -- se rasco la nuca un tanto incómodo de no saber como decir aquello --yo me llamo Naruto, ¿tú tienes algún nombre?..¿Recuerdas algo? No, creo que no. Mmmm, ¿al menos sabes hablar? --.

El pequeño cachorro que ahora se encontraba saltando en la cama, se detuvo al escuchar al rubio. Por lo que bajo y aun estando desnudo camino hasta él.

--Mamá me llama Sasuke, Sasuke -- volvió a repetir, pero esta vez señalandose.

-- ¿Sasuke? Bueno, algún ... -- se detuvo al ver que el pequeño estaba haciendo un pequeño puchero eh intentaba no llorar.

Lo sabía, el cachorro estaba extrañando a su madre. Pero, ¿qué podía hacer él, cuando hace tanto dejo de querer a la suya?.

--Ven Sasuke, ¿te parece si buscamos en mi baúl algo de comer? --. Ante la mención de comida, el pequeño asintió y pasando sus manitas en sus ojos, se retiró las lágrimas que tenía acumuladas.

Naruto sonrió ante tal gesto, pero al ver al pequeño desnudo, desvió el rostro en busca de alguna prenda que este pudiera portar o en el peor de los casos este se resfriaria.

--Antes de comer, vamos a bañarte y te pones esto --. Sasuke al ver aquel pequeño pans negro y playera azul marino, se vio a si mismo y noto que olía feo. Por eso no puso resistencia cuando el rubio le agarró la mano y lo llevo a otra puerta.

Los ojos de Sasuke no se podían abrir más al ver aquel baño, para él era algo increíble. De la rama del árbol, Naruto había echo un hueco para poder almacenar agua. Dejando así un ecológico y bonito baño para bañarse.

No dudo en correr hasta lo que era la tina y se metió de golpe, sacando por su chapuzón una gran cantidad de agua limpia y fría.

Naruto camino hasta él y empezó a lavarle el cabello con shampoo que se trajo de su mansión. Viendo que Sasuke estaba jugando uno que otro patito de hule que él mismo jugaba cuando se bañaba ahí.

Ante la inocencia del pequeño, Naruto olvidó un poco lo que habían pasado hace rato.

Lástima que la burbuja se rompió cuando Sasuke soltó un gran estornudo.

--Ven, es hora de salir --. Sasuke asintió y dejando que Naruto lo cargara, salieron del baño y fueron a donde estaba la enorme cama del rubio.

Naruto dejo a Sasuke en el colchón y lo empezó a secar, viendo que el azabache no se quejaba para nada de lo que hacia.

La ropa se le puso a Sasuke, sintiendo este un alivio de al fin tener algo limpio sobre él.

--Ahora vamos a ver que hay para comer --.

El pequeño se acomodó en la cama y vio con ilusión como varios paquetes de galletas, bolsas de chucherías y cajas de leches de varios sabores se dejaban frente a él.

--Agarra lo que gustes -- invito Naruto, viendo que el pequeño no dudo en agarrar un paquete de galletas y una caja de leche de sabor fresa.

El rubio agarró una bolsa de cereal y empezó a comer, recordando que lo único que no le habían quitado era el gusto por las chucherías.

--¿Sabes? Nunca eh estado con alguien por tanto tiempo. La verdad se siente un poco extraño -- susurro al ver a Sasuke, quien tenía la boca llena de galletas y lo miraba sin entender nada.

Naruto no lo iba a demostrar, pero la verdad es que no sabía que hacer con el cachorro. Por un arranque de no sabe aún que, lo salvó y llevo a su guarida secreta. Pero, ¿qué haría mañana? Oh, ¿qué haría cuando el celo de su madre se acabará y tendría él (Naruto) regresar a la mansión? No podía dejar a Sasuke sólo en el lugar, por lo que tarde o temprano su madre sabría de la existencia del cachorro de pantera.

Naruto seguía en su debate mental, hasta que escuchó un gemido lastimero. Al ver a Sasuke, noto que estaba llorando.

--¿Extrañas a tu mamá? -- aunque lo pregunto, sabía que la respuesta era si. -- La verdad hace tanto que a la mía ya no la veo así, sólo me da miedo y la odio a partes iguales --. Aquellas palabras las soltó desde lo profundo de su corazón, que sin darse cuenta derramó un par de lágrimas. Las cuales no dudo en limpiar de manera rápida. --¿Eh? -- al ver que Sasuke lo abrazo, se sintió incómodo.

Quería alejarlo, decirle que no había necesidad de muestras de afecto. Pero el pequeño ronquido que soltó Sasuke, hizo a Naruto soltar un pequeño suspiro.

Cargo al azabache y lo acomodó mejor en la cama, lo tapó y se sentó a un lado de él.

--Mañana será otro día Sasuke -- susurró al ver que el pequeño derramaba lágrimas entre sueños.
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TU MI LUNA Where stories live. Discover now