QUE ME PERMITIÓ ESTAR CONTIGO

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Cuando Kushina camino por el clan, se sorprendió al ver que había muchos destrozos en algunas casas. La verdad ella pensó que al ser un clan de leones, quienes se movían por instinto, tendrían bien sometidos a los intrusos. Vaya sorpresa que se llevó al ver que la masacre que se estaba llevando a cabo en medio de la plaza era por culpa de sólo 5 Panteras negras.

Al ver que habían varios trozos de carne regados por donde sea, soltó su presencia. Logrando que todos los presentes, se detuvieran y vieran a su líder.

--Que está pasando aquí -- su voz fue tan ronca, que logró que los leones se arrodillaran en el suelo en muestra de respeto.

–¡Quiero saber donde esta! – había gritado aquella azabache al notar a la líder del clan al fin frente a ella –¡Quiero saber donde lo tienen! --.

Kushina de inmediato le echo un vistazo rápido a la azabache. Sorprendiendose de ver que la Omega estaba realmente buena.

"No dudo que tu cachorro cuando crezca, sea tan sexy como tú" pensó con lascivia, mientras se relamia los labios de manera sensual.

–Porque debería yo saber donde está tu estúpida cría – fue la respuesta simple de Kushina, percatandose del error que hizo al decir aquello.

Mikoto estaba igual que todos los demás cuando escucharon a la Alfa.

--Tu, ¿como sabes que es un cachorro? -- pregunto aún sin creerlo, hasta que su lado materno salió con garras --¡Damelo maldita hija de perra! -- Mikoto perdió los estribos y se lanzó con odio a Kushina, quien fue cuidada por los demás Alfas leones que le impidieron a la azabache acercarse más a su líder.

–Creo que aquí todos los presentes sabemos que es una cría lo que buscas, pero al parecer tú no -- se burló la pelirroja al ver los intentos de Mikoto por safarse del agarre de los Alfas. --Estas lactando, hueles a miedo y ansiedad y eso sólo se presenta cuando la cría está lejos de ti, ¿oh me equivocó? -- sus palabras lograron que las dudas de que ella lo tenía, se disiparan para los otros leones. Pero Mikoto no era estúpida, ella sabía que su cachorro estaba ahí.

--¡No mientas maldita!...¡Tú lo tienes, dame a Sasuke! -- la carcajada que soltó Kushina, crispo los nervios de la azabache.

-- ¿Mentir? ¿qué ganó yo mintiendo? Oh es que ¿alguno de ustedes tiene a la cría de esta pantera negra, y no tiene huevos para confesarlo? -- al ver que lejos de los leones que estaban gritando que no, habían dos que se escabulleron de ahí, entonces supo quienes eran los culpables.

–¡Por favor!..¡Ustedes son seres repugnantes, asquerosos, sádicos malditos, ¿Crees que creeré en tu palabra? --.

Aquellas palabras hicieron que Kushina caminara hasta estar cerca de la azabache, quien a pesar de tener esa presencia tan intimidante frente a ella, no bajo la mirada, al contrario, se la sostuvo.

--Somos todo lo que dijiste y hasta más, ¿pero mentirosos? Nosotros no ganamos nada mintiendo, querida -- y sin aviso, lamio la mejilla de Mikoto, logrando que está hiciera una mueca de asco. --Nosotros tenemos lo que queremos, cuando queremos y como queremos. ¿Por qué mentir entonces? --.

--Si claro, como si tu asqueroso y podrido clan no traficara con Omegas de otros clanes. ¿Oh es que realmente no lo sabías? Eso sí seria tonto siendo tu la líder, lo eres, ¿verdad? -- las palabras de Mikoto hicieron que Kushina fuera la que está vez se enojara.

--Hagamos un trato tú y yo. Buscaremos en todo el clan y en cada una de las casas a tu cachorro. Si este está aquí, yo te entrego mi cabeza -- ante sus palabras, los demás leones se opusieron, pero basto una mirada de Kushina para callarlos -- Pero, si no está aquí, tu cabeza estará en mis manos. ¿Trato? -- cuando Mikoto estaba por estrechar la mano de Kushina, sus guardias personales se lo impidieron.

TU MI LUNA Where stories live. Discover now