MENTIRAS

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Un silencio abrumador inundaba todo el lugar, ningún león respiraba siquiera ante lo que acababan de ver. Incluso algunos creían que solo se trataba de un sueño, uno muy bizzaro.

Pero no, frente a ellos había pasado lo que sería la peor masacre jamás vista en la casería de alfas. Dónde un solo alfa estaba parado sobre los cuerpos sin vida de lo que eran al menos unos 50 alfas jóvenes y un par un poco mayores.

El primero en salir de su estupor fue Gaara, quien se levantó de su asiento y empezó a aplaudir con jubiló, siendo imitado por los que reaccionaron al sonido y lo imitaron.

Kushina sonrió con prepotencia al ver que Naruto logro impresionar a Gaara y al Aburame en su pelea. Realmente su hijo había sacado su lado más sádico ese día para poder ganar de tal manera, y al parecer el premio que pronto recibiría Naruto lo tenía muy ansioso y feliz, vaya imbécil pensó Kushina.

- Eh ahí señores, el futuro líder del clan de los leones rojos - presento Kushina con fingido orgullo al señalar a Naruto, quien estaba caminando hasta ella.

Gaara se pasó las manos por su cabello rojo en un intento de peinarlos mejor y mirar a Naruto con anhelo. Para el rubio y los dos líderes de los clanes no estaba escondido que Gaara sentía cierto interés en él, pero era algo que a Naruto realmente le daba asco y le importaba una mierda.

Pero las que no perdían el tiempo eran algunas leonas al ver pasar a ese alfa frente a ellas y que despedía demasiada feromona dominante, por eso no dudaban en llamar a Naruto entre gemidos y suspiros en un intento que este las tomara para coger o aceptará alguna como amante.

Y aunque Naruto estaba ya en los 17 años y era un alfa atractivo, alto y musculoso, las mujeres u Omegas no le llamaban la atención ni un poco. Al contrario repudiaba como gemían su nombre mientras soltaban ese asqueroso olor a urgidas.

- Felicidades por tu logro, sabía que lo lograrías - dijo Gaara al tener al rubio frente a él, quien le hizo una leve reverencia no porque lo respetará sino porque el pelirrojo era líder de los leones blancos. Además deseaba ser buen visto por los líderes para que estos le dieran el apoyo que necesitaba para subir al liderazgo.

- Nunca nos decepcionas joven Naruto - expreso el Aburame al ver que el rubio también lo reverencio.

Kushina no dejo de ver a su bastardo en ningún momento, incluso cuando esté se despidió para ir a probar algo del banquete que fue preparado para el ganador, osea él.

Naruto solo quería comer rápido, beber un poco eh irse a casa para estar con Sasuke. Ya que este al estar creciendo ya se aburría de estar tanto tiempo encerrado, quizás al llegar podría llevarlo a la mansión o jugar con él un poco en el jardín trasero.

Aunque debía comprarle algunos dulces y juguetes ahora que iba para el clan, seguro Sasuke se pondría muy contento. Era lo que pasaba por la mente de Naruto cuando todo rastro de alegría se esfumo cuando sintió la presencia de ese repulsivo ser a su lado.

- Todos estás realmente felices de saber que en un año más tú serás mi sucesor, ¿No te alegras de saber que con esta batalla por fin te vieran digno de ser un líder? -. Naruto dejo de masticar su pedazo de carne antes de ver a su madre, quien bebia un poco de vino en una muy fina copa.

- Por eso es que represento al clan, ¿No es así? Oh es que acaso te da miedo volverte nada cuando sea yo quien tome tu lugar -. Kushina no pudo suprimir una pequeña risa llena de burla y cinismo que hizo que Naruto se pusiera a la defensiva. - ¿Acaso tú....

No pudo terminar la oración al ver que Kushina tenía una expresión de locura pura dirigida solo para él. Logrando Naruto retrocediera por inercia mientras negaba con la cabeza al no creer aquello.

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