UN NUEVO AMANECER

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Al ser ya bastante noche, Naruto lo abrazo mientras el pequeño cayó dormido en sus brazos.

- Descuida, yo te protejo - susurro al recordar que desde que conoció a Sasuke, siempre lo protegió de su madre, de Minato o de quien sea que pudiera lastimarlo.
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A pesar de que Naruto no estaba en un lugar conocido, aún así pudo descansar tranquilamente al saber que cuando abriera los ojos no estaría su madre ahí, viéndolo directamente con esa expresión que odiaba con todo su ser.

Los primeros rayos del sol se colaron por la cueva, dando directo en el rostro de Naruto, quien frunció su rostro antes de abrir despacio los ojos y ver la cueva que poco a poco se iluminaba más gracias a la luz solar.

El rubio miro sus brazos, dónde estaba descansando Sasuke pacíficamente, sonrió al ver esas mejillas regordetas y expresión relajada.

Pero toda paz que sintió fue fugas cuando recordó que ahora que no estaba en los territorios del clan, su vida daría un gran giro porque ya estaba por su cuenta y a esa hora del día lo más probable es que jamás podría regresar porque ni bien lo vieran, le darían caza hasta matarlo.

Bueno le daba igual, ya que en su puta vida regresaría y si lo hacía, sería para arrancarle la cabeza a esa perra de mierda que era su madre.

Pero al sentir que su adrenalina se estaba descontrolando, inhaló profundamente eh intento calmarse.

- Vamos despierta gatito, es hora de desayunar - pidió con voz suave y Sasuke al ser movido de un lado a otro solo murmuró cosas que el rubio no entendió mientras se acurrucaba en su mismo lugar para poder seguir durmiendo. - Que lástima que no quieras despertar para desayunar está rica leche de chocolate con barras de cereal y relleno de jalea -.

Naruto casi se ríe a carcajadas al ver que Sasuke se levantó de una y empezó a mover su colita de un lado a otro ansioso de comer.

Naruto sonrió y le dió a Sasuke lo prometido y en un silencio cómodo, ambos empezaron a desayunar sin prisas y con tranquilidad, aunque la mente del rubio estaba echo un caos.

Pero Sasuke estaba feliz de saber qué no tenía que estar encerrado en la casa del árbol, era bonito si, pero se aburría de estar todo el día metido ahí o esperar a que Naruto llegará y fueran a la mansión.

- Cuando termines de desayunar nos vamos a ir a cazar -. Sasuke al escuchar eso no dudo en comerse todo de golpe y beber su leche con rapidez.

-¡Listo! - exclamó al pararse y sonreír con alegría al desear saber que podía cazar por ahí.

Naruto le dió su última mordida a su carne seca y jalo una de las mochilas, aquella que tenía la ropa de Sasuke.

- Ven, te voy a poner algo más cómodo para que andes -. Sasuke se empezó a quitar la ropa mientras Naruto le buscaba algo con que pudiera moverse con facilidad y al mismo tiempo fuera cómoda.

Sasuke al estar listo no dudo en salir corriendo hasta la entrada de la cueva, se sorprendió de ver qué el agua no había bajado aún de la tormenta anterior.

- Vamos es hora - Naruto lo abrazo y de un salto bajo de esa cueva, dónde dudo en bajar a Sasuke al suelo al notar que el agua lodosa le llegaba hasta las rodillas.

- Bájame, bájame - pidió el azabache al creer que podía caminar en el lodo pero Naruto nego con la cabeza mientras empezaba su andar, sin soltar al pequeño que se removía entre sus brazos y pedía ser bajado.

Pero el sonido de unas ramas romperse, alertó a los dos, sorprendiendose de ver a una liebre mediana que con sus patas y hocico movía algunas ramas, quizás en busca de su antigua madriguera.

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