05| Verre renforcé

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Ps.

Dicen que la curiosidad mato al gato, ¿y si... en realidad el gato mato a la curiosidad?

Alik.

Es ella.

¿Qué hace aquí?

-¿Y usted quién diablos es?- pregunto a la defensiva con voz dura, aunque lo único que deseo saber es por qué está aquí, porque ya sé quién es.

No puedo pasar desapercibida su sonrisa arrogante, se ve tan confiada y altiva que si no fuera el dueño apostaría todo mi dinero a que ella lo es.

No responde solo ríe ligeramente, como si hubiera contado un chiste.

-Cuál es el chiste, para reírme - enarco una ceja-. No lo preguntaré otra vez,¿quién es usted?

Se pone de pie y camina hacia a mí con cautela, haciendo de sus caderas un vaivén sensual y peligroso, provocando que en cuestión de segundos mi polla reaccione. Algo inevitable ante la mujer que tengo en frente.

Lo único que se hace oír en la sala es el taconeo de sus zapatillas, el cual me remueve ansioso, obligándome a no apartar la mirada de esos ojos cautivadores.

-Un placer- me extiende el dorso de su delicada mano dejando ver el esmalte rojo en sus uñas - Darihan Rossetti, su nueva gerente de marketing.

Tiene que ser una jodida broma, ¿Cómo va a ser mi gerente?

-No puedo decir lo mismo- aclaro tajante- Veo que no conoce algo llamado puntualidad.

Mentira, es un placer.

Sonríe de lado bajando su mano al ver que no pienso hacer tal estupidez de besarle la mano, ¿acaso está en el siglo XIX o qué mierda?

Tenerla tan cerca está provocando que su perfume inunde mis más perversos pensamientos.

Ya imagino su olor entre mezclado con el mío y el éxtasis de nuestros cuerpos fusionados en uno solo.

Un perfume extraordinario.

Detallo su rostro y como lo dije antes, sus ojos están hechos para admirar, son tan profundos y caóticos como la misma tormenta, pero a la vez tan cálidos que incluso me sorprende dado el hecho de su actitud altanera, sus pestañas son largas y pobladas, su nariz es pequeña y respingada.

Y lo más importante labios gruesos, pero no demasiado, son del tamaño perfecto, dándole un contraste adecuado.

¿Qué mierdas estoy diciendo?

-No me hable de impuntualidad cuando la culpa la tiene su personal incompetente- Bufa, frunciendo ligeramente el ceño y dándose la vuelta para regresar a su lugar.

-Explíquese- ordeno, mientras me permito apreciar su esbelta figura.

Su vestido carmín se pega a ella y no puedo evitar recorrer sus piernas contorneadas y aprovecho para mirar lo que tanto deseaba. Negras de punta y suela roja. Qué exquisitez.

Si sigo así mi polla va a reventar.

Le doy una mirada a mi mejor amigo y este carga una sonrisa radiante, resaltando de más sus hoyuelos. Está disfrutando mi aturdimiento.

-No quieres que te mande a traer unas palomitas- bufo en ruso molesto.

-Si no es mucho pedir- ríe provocando que se le achiquen sus ojos- ah y una soda.

Ruedo los ojos ante su desfachatez.

-En mi oficina terminando la reunión.

Necesito saber cómo esta esto de que tendremos a una mujer entre el circulo. Él sabe que las normas de la empresa no permiten a las mujeres estar en rangos tan importantes en mi empresa. Así que no entiendo cómo pudo contratarla.

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