11| Mientes.

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Ps.

Di la verdad o alguien más la dirá en tu lugar.

Darihan R.

El sudor recorre mis sienes y cuello mientras reviso a mi lado alterada.

Anne está bien, yo estoy bien.

Solo fue una pesadilla, otra vez.

Nuevamente el estruendo se escucha y salgo de la habitación con cautela, el frio piso me eriza la piel.

El lugar esta oscuras y no hay indicio de que haya alguien.

No sé qué hora es, pero no debe tardar en amanecer por tanto me doy cuenta de que no he dormido tanto como lo sentí.

Termino de salir del largo pasillo para recibir la sala vacía, busco a mí al redor pero no encuentro a nadie.

Siento mi boca reseca, paso una de mis manos por mi frente limpiando el sudor mientras que el frio viento de la noche sopla mi cabello suelto provocando que mi cuerpo se estremezca.

Hago el amago de avanzar hacia la puerta de cristal que da a la terraza para cerrarla, pero me quedo estática ante la dura voz y el aliento cálido que golpea mi nuca.

—¿Qué hace despierta?

Me giro abruptamente quedando frente a frente, mis ojos quedan prendidos de sus labios firmes en una línea, por lo que me obligo a alzar mi rostro para mirar sus ojos inexpresables.

—Me dio sed —murmuro.

—La cocina no está por allá ­—responde seco.

Ruedo los ojos, trago saliva y bufo.

—Oh, créeme que lo sé, no estoy ciega.

—Bien.

No dice nada más, simplemente me pasa por un lado dirigiéndose a la terraza. Me giro y lo veo salir mientras me quedo como idiota parada en el mismo lugar. A través del cristal puedo ver su cuerpo cubierto en una fina camisa y un pantalón deportivo que le marca el trasero, mientras mira la ciudad y el mar.

Dudosa avanzo hasta salir y posicionarme a su lado, mientras el frio cala mis huesos y la humedad del sereno moja mis pies.

—Odio decir esto —hablo— pero no se dónde está la cocina y aunque soy curiosa no me gusta husmear en casas ajenas, ¿Me puedes decir dónde está?

Continua en la misma posición sin emitir un sonido, suspiro casada y tensa. Lo maldigo internamente, ¿cómo es que existen personas como él tan bipolares? Hace unas horas se ofreció a aclararme mis dudas y ahora, ahora ni siquiera habla.

Estoy por darme la vuelta e irme cuando habla.

—¿Cómo es que sabes disparar un arma y usar las cuchillas?— suelta sin anestesia.

Mi cuerpo se tensa inmediatamente, mientras siento como mi corazón se detiene y entonces me arrepiento de la mierda que hice.

—Suerte de novata.

Suelto indiferente tratando de continuar con mi camino, pero su agarre firme en mi muñeca me lo impide.

En cuestión de segundos me atrae a su cuerpo provocando que mis manos queden pegadas a su pecho por la cercanía. Su mano libre agarra mi nuca con fiereza provocando que mis labios se entreabran por la sorpresa y suelto un jadeo en el camino.

—Le he preguntado algo —habla entre dientes— y no le he dado permiso de marcharse.

Sus ojos suben y bajan escudriñando todo mi rostro, humedece sus labios mientras sus dedos acarician de manera circular mi nuca en un acto involuntario estremeciéndome por la sensación tan placentera.

Lienzo Ruso +18 © |Actualizándose lentamente|Where stories live. Discover now