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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗩𝗘𝗜𝗡𝗧𝗜𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢

el pequeño Meimei de Lin Jin

La escena en la que el maestro Lin había entrado desafortunadamente lo dejó sin palabras, pero lo que podría ser tan espantoso que ni siquiera pudo anunciar una sola palabra. Retrocedamos a diez minutos.

Qie Ran estaba acostado en la cama mirando a Lin Jin contando dinero en la mesa, observando inconscientemente sus exquisitos rasgos sin siquiera darse cuenta. Observó cómo sus pestañas oscuras parpadeaban mientras sus soñadores ojos estrellados señalaban concentrándose en la tarea que tenía entre manos. Su piel de porcelana impecable se hizo más evidente al reflejar los rayos del sol poniente.

Qie Ran estaba atrapado en su propia burbuja que de repente soltó: "Te veías tan bonita antes, por eso no deberías usar maquillaje", recostado perezosamente sobre su estómago con los ojos medio cerrados.

El cuero cabelludo de Wen Qi se entumeció ante la idea de que Qie Ran la llamara bonita y, como era de esperar, pateó la silla cercana. Qué clase de tonterías es esa. ¿Cómo se puede llamar bonito a un hombre? pensó volviéndose para mirarlo con ojos traviesos.

"Sabes que cualquier hombre puede verse un poco bonito con maquillaje. ¿Quieres intentarlo?" Dijo acercándose poco a poco a él como un psicópata jugando con su víctima.

Qie Ran de repente tuvo una mala premonición y rodó hacia el otro lado de la cama creando más distancia entre ellos. "Está bien, estaba equivocado. No debería haber dicho eso", dijo sonriendo nerviosamente tratando de convencer a Lin Jin.

"Qie Ran ven aquí para que pueda mostrarte cómo se ve ser bonita", dijo lanzándose a la cama para llegar a él con pólvora en la mano.

"Mira, estás derramando por todas partes. Solo cálmate, lo siento, ¿de acuerdo?" dijo mientras era perseguido por toda la habitación por un hombre loco con maquillaje en la mano.

"Será mejor que te rindas ahora, de lo contrario te vas a dormir en el suelo", amenazó Wen Qi empujando una silla a un lado yendo tras él. Dormir en el suelo no era de ninguna manera conveniente para Qie Ran, por lo tanto, dejó de correr, pero inmovilizó a Lin Jin contra la pared, sosteniendo firmemente su muñeca que tenía el polvo que finalmente lo obligó a soltarse.

Estaban tan cerca el uno del otro con su cálido aliento entrelazado, él estaba lo suficientemente cerca como para percibir una bocanada del agradable aroma de Lin Jin que lo grabó en su memoria. El corazón de Qie Ran comenzó a latir exponencialmente cuanto más tiempo permanecían en esta posición ambigua. La falta de aire siguió detrás con los ojos llenos de confusión. '¿Que pasa conmigo?' pensó luchando por calmarse.

Estaba a punto de dejar ir a Lin Jin cuando Lin Ming entró de repente en una escena así y dejó caer lo que estaba sosteniendo. "Qie Ran deja de intimidar a mi hermano. Bájate de él", dijo caminando hacia ellos.

Qie Ran dirigió su atención a Lin Jin sembrando discordia entre ellos. "¿No siempre has querido un poco de meimei?" preguntó con los ojos señalando el maquillaje.

Wen Qi estaba ansioso por vestir a Lin Ming como vistió a su hermano pequeño para colarse en un concurso de belleza a los quince años solo para ver chicas bonitas. "Agarras sus piernas si intenta huir", susurró un emocionado Wen Qi.

Libre del agarre de Qie Ran, agarró uno de los disfraces que había estado usando para algunas de las actuaciones y se lo entregó a Lin Ming diciendo: "Ming Ming, ¿puedes probártelo a tu hermano mayor, por favor?" En un tono tan suave que podría convencer a cualquiera de robar un banco.

El chico con un fuerte complejo de hermano no podía decir que no a eso, así que se lo puso sin pensarlo dos veces. Se veía tan incómodo ver a un tipo alto con un vestido que no le quedaba bien. Wen Qi y Qie Ran querían reír, pero se contuvieron, ya que eso era solo la mitad del plan.

"Está bien, ahora siéntate para que pueda completar la mirada", dijo Wen Qi acercándose a él, pero Lin Ming no era estúpido. No le importaba el vestido sino el maquillaje, no se atrevía a usar. Hermano complejo o no, eso no estaba sucediendo.

"Jin-ge, sabes que te amo, pero eso no está sucediendo", dijo Lin Ming caminando hacia atrás.

"Vamos, nadie verá, somos solo nosotros tres. ¡Ming Ming, ven aquí!" la última parte se dijo en un tono bastante autoritario ya que Wen Qi ya no lo estaba persuadiendo de esto.

Justo cuando pensó que podría escapar de un evento tan tortuoso, Qie Ran fue demasiado rápido para bloquear su camino. "¡Dage Ahhh!" Gritó Lin Ming mientras Lin Jin empolvaba generosamente su rostro.

Por lo tanto, el joven luchó con uno que lo sometió y el otro se ruborizó en las mejillas, pero debido a que luchó tanto, no lo hizo bien. Lin Ming parecía un payaso empapado en agua durante un acto de circo.

Esta es la escena en la que entró el Maestro Lin con Lin Ming boca abajo en el suelo, Qie Ran sujetándolo y Lin Jin poniéndole más maquillaje. "¡Padre, sálvame!" se quejó Lin Ming extendiendo la mano como si cayera hacia su muerte. Wen Qi y Qie Ran lo dejaron ir con la cabeza inclinada hacia abajo luciendo tan culpables como siempre.

"Jin, ¿cómo puedes hacerle esto a tu hermana?", Dijo el Maestro Lin sin darse cuenta de su error.

Lin Ming, que ahora estaba de pie detrás de él, escondiéndose de los dos matones, se quejó de sentirse mal, "Papá, soy un niño".

Los otros dos lucharon tan duro para reprimir su risa, que no fue tan difícil, especialmente cuando el Maestro Lin parecía querer matar a alguien. "Sí, eres un chico, ve a lavarte la cara y cambiarte ese vestido", dijo el Maestro Lin mirándolo mientras negaba con la cabeza y se quedaba sin habla.

Lin Ming se escabulló dejando solo una nube de polvo en caso de que su padre cambiara de opinión y lo castigara. "Ustedes dos, síganme a mi estudio en este instante", dijo el Maestro Lin en un tono autocrático mientras se giraba para liderar el camino.

'Los papás dan tanto miedo', pensó Wen Qi siguiéndolo con una mirada de remordimiento con la esperanza de convencer al juez Lin de que redujera el castigo.

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(ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ᵛᵉⁱⁿᵗⁱᶜⁱⁿᶜᵒ ^^)