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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗖𝗜𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗬 𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘

Te Amo Ran-ge

Qie Ran nunca había sido faltado al respeto de esta manera antes, especialmente no por una chica. Zhao Huan fue la primera mujer que lo tocó de esta manera frotando descaradamente sus palmas contra su firme espalda como un alfarero que moldea arcilla. Un sentimiento glacial dirigido por el disgusto se extendió desde su punto de contacto directamente a su cerebro, lo que le hizo fruncir el ceño con disgusto. Con gran dificultad, la apartó antes de mirar su prenda empapada en lágrimas.

"Tsk", dijo sintiendo que la humedad se filtraba a través de la tela humedeciendo su piel, "un dolor en el trasero". Tiró de la tela empapada hacia adelante para que no se pegara a su piel. No pudo soportarlo más y decidió alejarse para poder cambiarse la ropa mojada.

Zhao Huan se congeló por un momento después de ser empujado con dureza por Qie Ran. Sintió un dolor punzante en la boca del estómago después de haber sido tratada de esta manera, pero no parecía preocupada, especialmente cuando recordó cómo Qie Ran estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por ella. Con este pensamiento, finalmente se relajó y reanudó su expresión desgarradora. Al ver lo incómodo que estaba Qie Ran con su ropa mojada, se apresuró a acercarse con un pañuelo de seda para ayudarlo a secar el parche húmedo.

"Lo siento mucho, Ran-ge, simplemente ... No pude controlarme. Déjame ayudarte", dijo con los ojos llenos de lágrimas mientras limpiaba las lágrimas que dejó en Qie Ran con manos temblorosas. Qie Ran había tenido suficiente de sus manos salvajes y le agarró la muñeca con tanta fuerza con una expresión significativa.

Sus ojos se encontraron con los brillantes ojos expectantes de Zhao Huan mirándolo en trance. Aunque había estado llorando, su maquillaje permanecía intacto con los ojos inyectados en sangre y los labios regordetes color cereza ligeramente entreabiertos. Se veía lo suficientemente atractiva como para hacer que el corazón de cualquier hombre palpitara. Desafortunadamente, para ella, el hombre por el que hizo todo esto la estaba mirando con una cara helada destinada a congelarla.

Qie Ran la apartó por segunda vez y se volvió para irse mientras decía: "Lleva a tu señorita a casa a descansar y asegúrate de que nunca vuelva a poner un pie en esta propiedad. Es muy inapropiado", le dijo al sirviente en un tono de voz. tono imperativo desdeñoso que no está dispuesto a tratar más con Zhao Huan. No tuvo la paciencia para mirarla, especialmente después de que ella le arruinó todo. Si no fuera por el incidente del bandido, Lin Jin no le tendría tanto miedo y todavía lo visitaría.

No sabía que todo era el plan de Zhao Huan, pero sospechaba. Ella es la hija del primer ministro con tantos sirvientes a su disposición, entonces, ¿cómo podría huir sola y terminar en manos de bandidos? Si su mente no estuviera enfocada en Lin Jin, habría investigado más a fondo, especialmente interrogando a ese molesto Lee Jie. Su estado mental actual era errático y turbio, lo que no le permitía seguir adelante con el asunto, al menos no ahora.

Al verlo alejarse mientras le prohibía venir aquí nunca más, Zhao Huan rompió con su última pizca de racionalidad derritiéndose. Ella corrió para bloquear su camino mientras tomaba su mano fría en la de ella con un rostro pálido fantasmal. "Ran-ge, ¿por qué me haces esto? Todo lo que Lin Jin hace, lo puedo hacer por ti. No tienes que depender tanto de él. Te cocinaré tus comidas, lavaré tu ropa e incluso esa espada, Puedo darte una mejor ", le suplicó señalando la espada envainada que colgaba de su cintura," puedo hacerte feliz y darte todo lo que deseas ".

La expresión de Qie Ran permaneció fría e indiferente cuando se hizo a un lado para pasar junto a ella diciendo: "No me llames así nunca más", apático para responder a su sincera confesión. No estaba satisfecho con su comportamiento mimado, pero se contuvo por el bien de Lin Jin. Si va demasiado lejos, es posible que Lin Jin nunca vuelva a hablar con él. Qie Ran temía perder más si ponía un dedo sobre ella, lo cual no valía la pena.

Zhao Huan era tan terco como una mula y persistió. "¿Qué hay de especial en él que ni siquiera estás dispuesto a darme una oportunidad? Su comida es mediocre en el mejor de los casos y esa espada es un pedazo de basura comparado con el que puedo darte. Te amo Ran-ge, haré cualquier cosa por ti- ", dijo antes de ser golpeada repentinamente contra la pared con la mano de Qie Ran estrangulando su cuello. Sus ojos eran extremadamente aterradores, eran tan oscuros como una noche sin luna. Bajo la mirada asesina de Qie Ran, sintió un escalofrío hasta la médula al darse cuenta de que Qie Ran quería matarla aunque se estaba conteniendo como si algo lo restringiera.

Su terror se evaporó y fue reemplazado por una sonrisa feliz al pensar: 'Él se preocupa por mí, por eso no puede matarme'. En lugar de prestar atención a su advertencia, lo tomó como una señal de esperanza. Es seguro decir que cuando se trataba de Qie Ran, estaba tan ciega como un murciélago con un toque de locura. Ella levantó la mano y acarició suavemente su mejilla de una manera romántica mientras susurraba: "Tú y yo estamos destinados a estar juntos. Incluso si no te das cuenta ahora, está bien. Puedo esperarte", con una voz tierna con sus ojos entrecerrados lo miraban con un destello de obsesión.

Al escuchar a Zhao Huan insultar a Lin Jin, Qie Ran no pudo reprimirse más apretando su agarre para que se detuviera, pero la niña era tan terca y continuó diciendo tonterías incluso cuando su vida pendía de un hilo. Fortaleció su agarre hasta el punto de restringir el flujo de aire de Zhao Huan mientras se inclinaba más cerca para susurrarle algo al oído.

La sirvienta presenció todo y corrió para salvarla, pero Manchu la detuvo. Este asunto no tenía nada que ver con ella, solo saldría herida si intervenía ahora. Manchu sabía que Qie Ran no sería tan estúpida como para matarla, especialmente con sus antecedentes. Si mataba a Zhao Huan, ni siquiera toda la fuerza del clan Lin podría protegerlo. Las apuestas eran demasiado altas para Qie Ran. Perdería a las personas que le importaban, pero ella no valía tanto.

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(ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ᶜⁱⁿᶜᵘᵉⁿᵗᵃ ʸ ˢⁱᵉᵗᵉ ^^)