Capítulo 7

1.7K 174 30
                                    



Zabdiel de Jesús

Durante las primeras horas del vuelo mantenemos unas conversación agradable, la chica no quería decir demasiado es como si tuviera que sacarle la palabras con una cuchara.

—¿Tienes algún libro para leer?— pregunta mientras se acomodaba en el asiento.

—¿Te gusta leer?— pregunto mientras saco mi teléfono del bolsillo.

—Uhm si... Tengo un par de libros en casa y siempre que puedo los leo, releo en realidad.— se corrige al final—. Antes tenía la oportunidad de ir a la biblioteca y poder leer allí sin necesidad de comprar libros o algo por el estilo... Pero ahora no, me paso la mayor parte del día trabajando.

Entro a la App de libros en mi teléfono mientras la escucho hablar, mis ojos se concentran en la gran cantidad de libros clásicos en la página principal.

—¿Qué tipo de libro te gusta?— le preguntó mientras busco las categorías—. ¿Romance? ¿Misterio?

—No tengo los gustos definidos, me sirve cualquier tipo de libro.

Despego los ojos de la pantalla para centrarlos en ella, doy un ligero asentimiento y le extiendo el teléfono.

Ella me mira confusa durante unos instantes, le indico que lo tome y cuando lo hace sus ojos se iluminan.

—Puedes leer todos los que quieras.— indico encogiéndome de hombros.

—Algunos hay que pagarlos...

—No te preocupes por eso, no me importa gastarme el dinero en ello.

Además, los libros no estaban tan caros...

—Sé que no es lo mismo que leer en físico pero es lo único que puedo ofrecerte en estos momentos, cuando lleguemos a Grecia podemos buscar una librería e ir a comprar.

—No es necesario.— murmura por lo bajo.

Nota mental: Comprarle libros a esta chica.

—Gracias por esto.— susurra mientras centra su vista en la pantalla.

—No es nada.— respondo con una sonrisa en los labios.

Intento mirar por la ventana del avión pero es muy difícil no volver la mirada a ella, pequeños mechones de color negro caían por su rostro. Tuve que contener las ganas de tomarlos con mis dedos y llevarlos detrás de su oreja.

Keshia alzó la mirada en cuanto se dio cuenta que la estaba mirando. Tal vez no debería de ser tan obvio...

—Iré a por mi MacBook.— informo mientras me levanto, ella no dice nada al respecto y de cierto modo se lo agradezco.

Era preciosa, no había duda en eso, y estaba seguro que me sería complicado convivir con ella durante estos días. No por ella, pero me conozco lo suficientemente bien como para saber que es cuestión de tiempo que la chica me empiece a atraer.

No es lo correcto.

A partir de hoy trabajaba para mi y por lo tanto debía de actuar como un jefe ejemplar, responsable.

Vuelvo a mi lugar con el Mac en las manos, tal vez era momento de enviarle un correo a Ricky Méndez después de semanas sin tener contacto con él.

Nada más abrir el correo veo una docena e mensajes, empiezo a leer desde los menos importantes hasta los más, dejándome la emoción para el final.

—¿Qué diablos?— cuestiono en voz alta sin siquiera darme cuenta.

—¿Ha habido algún problema?— pregunta la suave voz de mi acompañante.

—Descuida, solo un pequeño error...— murmuro al ver la carpeta que Ricky Méndez había compartido conmigo.

Esto no era nada del trabajo, ni siquiera tenía pinta de ser algo que se pudiera compartir. De hecho era algo privado, en todos los sentidos de la palabra.

¿Por qué se supone que me había enviado estas cosas...?

No había nada más en el mensaje, ni siquiera una frase explicando el motivo o la razón.

Tragué saliva intentando pasar por alto el mensaje, sabía que me había puesto pálido de solo verlo pero necesitaba fingir que nada había pasado. Por último, entro al mensaje más reciente, uno que me había enviado Richard. El documento llevaba un par de fotos de la joven que tenía enfrente por lo que estaba seguro de lo que trataba el mensaje.

Lugar y fecha de nacimiento: 8/10/1996, Ciudad de México.

Familiares: Víctor Miller (hermano)
Sus progenitores fallecieron hace diez años en un trágico incendio ocasionado por el gas de la cocina de la vivienda.

Empleo: Camarera en el bar S.XIX

Estudios: Tras terminar la educación secundaria obligatoria cursó una FP de grado medio de Administrativo.

Detengo mi lectura de inmediato, la chica es administrativa y se gana la vida trabajando en un lugar de tan mala fama. No iba a permitir por nada del mundo que trabajara en el servicio cuando podía estar trabajando de algo mucho mejor.

—Keshia.— la llamo, no obtengo respuesta así que alzo la mirada. La encuentro con el teléfono en su regazo mientras que sus ojos están cerrados de par en par, sus labios se encuentran entreabiertos y su respiración es tranquila—. Descansa, linda... Hablaremos de esto cuando lleguemos a Grecia.

No puedo contenerme a la hora de inclinarme para besar su mejilla, no me molesto siquiera en tomar nuevamente mi teléfono. Simplemente me quedo observándola unos instantes más, sus pestañas rozaban sus mejillas, me recordaban a las de Joel.

Tal vez era algo típico de los mexicanos, tener unas pestañas tan hermosas y dignas de admirar...

Magnate De JesúsWhere stories live. Discover now