Capítulo 21

433 33 12
                                    


Hanna

— Tengamos una cita.

Dejo de mirar los vestidos y me giro hacía la entrada. Él me mira con una sonrisa y dejo de mirar su rostro para concentrarme en su cuerpo húmedo por la ducha que acaba de darse.

— Te afeitaste. — Avanzo hacía él acariciando su mandíbula suave.

— Anoche te quejaste de que picaba. — Susurra y sonrió sin poder evitarlo.

— Si, pero te veías cómo un sexy leñador, ¿Sabes? — Acaricio su pecho duro y bajo mi mano por su abdomen deslizando mis dedos hacía el camino oscuro que lleva al tesoro escondido bajo la toalla.

Se da cuenta de mis intenciones y toma mi mano llevándola a su hombro obligándome a alzar la mirada.

— Necesito una respuesta.

— ¿No necesitas que me arrodille? Creo que esa necesidad me gusta más.

Adrien me mira sonriendo de lado.

— ¿Quieres seguir, cielo? ¿No fue suficiente para ti una noche de reencuentro? No creo que puedas caminar si seguimos.

Niego sonriendo y rodeo su cuello apegándome más a su cuerpo.

— Solo tendré suficiente de ti cuando ya no se te pare más.

— Eres tan cruel, Hanna Morgan. — Ríe y junta nuestros labios con cariño, mientras sus manos bajan a mi culo y tira del elástico de mi tanga para luego soltarlo contra mi piel.

»— Por eso tendremos una cita, paso por ti a las ocho a la Torre Millennium.

— Penthouse, ya me mudé a él.

— Pasó por ti a las ocho al Penthouse entonces.

Deja un beso en mi frente y luego entra al armario al otro lado de la habitación. Frunzo el ceño apoyándome en el marco de mi armario.

— ¿Qué somos? ¿Adolescentes? A las diez o no voy.

— Ocho o... — Deja caer la toalla con una sonrisa pícara. — Nada de esto.

Bajo mi mirada a su entrepierna sonriendo.

— Cerdo, ¿Quién eres tú y qué hiciste con mi príncipe azul tímido?

— Nunca fui tímido, cielo. Así que más te vale estar lista a las ocho, o te dejare sin tu juguete favorito. — Señala su miembro con sus ojos y se da media vuelta dejándome ver su culo caliente y duro.

— Eres un idiota. — Rio mordiendo el labio y voy por uno de los vestidos con una sonrisa.

Una cita con Adrien Volkov, suena a mucho sexo, sexo en todas las malditas posiciones.

🚬🚬🚬🚬

Sus ojos están tan abiertos, que creo que sus globos oculares van a salirse en cualquier momento. Sus mejillas tan rojas que parecen quemaduras de primer grado. Y su labio inferior tiembla tanto, que pareciera que está tratando de decir algo, cuando en realidad solo está sorprendida.

Le doy un trago a mi vaso de zumo de fresa.

— Alice, no es para sorprenderse tanto.

— ¡Tu estas diciendo que mi familia soltó la peste negra! ¿¡Cómo quieres qué no me sorprenda!?

— ¡Pero fue hace años! Es como si yo me sorprendiera de qué mi tátara, tátara, tátara, tátara, bisabuelo, robo un banco, o qué mi tátara, tátara, tátara, tátara, abuela, fuera prostituta. Eso no define quien soy ahora... ¿O sí? — Frunzo ligeramente el ceño y ella bebe con desesperación de su vaso.

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now