Capítulo 36

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Adrien

— Yo igual te quiero mucho.

Sonríe y comienza a lanzar besos a la pantalla.

No sabes cuánto me gustaría que estuvieras aquí y pasaras las fiestas con nosotros. — Hace un puchero.

— A mi igual me gustaría, pero mis padres quieren que la pase aquí.

Tania vuelve a hacer pucheros y termino cortando la video llamada luego de despedirme de toda su familia. Guardo mi móvil levantándome del cuarto en el que me encuentro y camino por la pequeña casa de madera escuchando como cruje con cada paso que doy.

Agatha se encuentra cocinando y cuando le pregunto por Hanna me señala la ventana. Me asomo en ella y veo a la rubia menor hablar por teléfono. Lleva en llamadas desde hace tres horas.

— ¿Sabes con quien habla tanto? — La abuela de Hanna me pregunta en un inglés básico.

— Creo que son llamadas de trabajo.

La mujer asiente sonriéndome y acaricia mi mejilla antes de seguir cocinando.

Salgo de la casa maravillándome con la vista de los extensos terrenos, y desvió la mirada hacia la preciosa mujer que está sentada en la vieja banca. Me acerco a ella y me mira sin colgar el móvil.

— Dile a Touma que acepte mi propuesta, y que si no está convencido, yo misma iré a Tokyo y él no quiere que yo vaya.

Sonrió y recuesto mi cuerpo sobre sus piernas viendo su rostro concentrado. Su mano libre acaricia mi frente y cierro los ojos cuando comienza a acariciar mi cabello.

»— Amanda, si quieres seguir con tu maldito empleo necesito que tengas más confianza, trabajas para Hanna Morgan, me reemplazas cuando estoy fuera, asique toma tus ovarios, lúcelos con orgullo y haz la mierda que te digo. Yo no puedo tener incompetentes en mi circulo de trabajo. Asique o tienes los ovarios para hablar con Touma o busco alguien que los tenga.

Corta la llamada suspirando y sonrió sabiendo que está molesta.

— No seas dura con Amanda, ha hecho un buen trabajo.

— No basta con hacer un buen trabajo, Adrien. Debes hacer lo imposible y un poco más. Si los Morgan tuviéramos ese pensamiento de que basta con hacer un buen trabajo, ¿Tienes idea donde estaríamos? En la puta mierda.

Está molesta por algo, y se está desquitando con Amanda.

— ¿Por qué estas molesta?

— No estoy molesta. — Bufa y abro uno de mis ojos viéndola. Rueda los ojos acariciando mi cabello. — No es nada importante para ti.

— Si es importante para ti también lo es para mí.

Hace una mueca dejándome en claro una vez más que ese tipo de pensamientos no le gustan para nada. Al rato decide abrir la boca.

— Después de las fiestas volverás a San Francisco y yo iré a Argentina. Quizás me quede allí uno o dos días, y luego debo ir a Tokyo... y lo que pasara más tarde, cambiara muchas cosas.

— ¿Qué pasara después? — Frunzo el ceño.

Hanna sonríe tomando mis mejillas e inclinándose hacia mi lame sus labios.

— No te diré, deberás quedar con la duda.

— Sabes que no puedes hacerme eso, voy a explotar, mi curiosidad no puede con la duda.

Rio y la beso alzándome hacia ella. Tomo su rostro y la beso con ansias acariciando su suave rostro. Hanna se aparta lentamente con una sonrisa en sus labios y mira atrás de mí.

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now