Capítulo 40

8.3K 1K 304
                                    


Nota de la autora:

Chiquitxs, les tengo un anuncio. Acabo de publicar un trabajo original titulado "MATELOTAGE" está en mi perfil por si lo quieren ir a checar. No les digo de qué trata para no alargar esta nota, pero es omegaverse, de género policial, thriller, misterio y ciencia ficción. Obviamente, una de las partes principales de la trama es el BL. Pero está clasificado como contenido adulto debido a que habrá escenas explícitas, por lo que tal vez quieran cambiar su edad para que wattpad lxs deje acceder a la historia. O no sé cómo funcione esa clasificación la verdad. Llevo un capítulo pero continuaré subiendo los demás de manera intercalada con éste fic y el de pintor nocturno. Espero que les guste si se animan a leerlo. 

Sin más que decir, disfruten!!


________________


En el buró tenía solamente los folders del caso que había revisado anoche. La lámpara estaba del otro lado. No había ningún objeto que pudiese utilizar como un arma cerca de él. Por aquello, optó por rodar para caer al otro lado del colchón y escudarse con la cama. Así tal vez podría ganar algo de tiempo para lanzar la sábana en el aire, obstruyendo la visión de su atacante, y lanzarse por la ventana. O incluso intentar quitarle el arma. Todo aquello lo pensó en apenas una fracción de segundo. 

Como si fuese una ráfaga, giró su cuerpo hacia la izquierda y cayó al piso. De inmediato tomó la sábana del colchón y cuando se disponía a lanzarla en el aire, lo escuchó.

-- ¡BANG! ¡Está muerto señor Yang!

Seguido de una risita juguetona. 

El corazón se le detuvo por un momento, mientras levantaba la cabeza para ver al otro lado. 

Jungwoo se hallaba parado ahí, aún vistiendo su pijama de franela azul con estrellitas amarillas, calzando sus pequeñas pantuflas de oso. En sus manos, un arma de juguete color azul, de proporciones ridículas.

Seungbae suspiró profundamente y dejó escapar el aire por su boca, aliviado.

-- Jungwoo, no hagas eso... -- Le dijo, recargándose contra la pared -- Casi me da un infarto...

-- ¡Jungwoo! -- Exclamó Bum, entrando a la habitación -- ¡Te dije que no lo hicieras! Despertaste al señor Yang, no tienes remedio.

Cargó al niño entre sus brazos y miró al policía, que se veía estupefacto. 

-- Lo siento tanto, quería estrenar el juguete que le regalaste ayer y...

¿Era acaso ese el juguete que venía dentro de la caja? Ni siquiera recordaba cómo lucía por fuera. Pero sobre todo, ¿De verdad era necesario que una arma de mentira sin municiones tuviera seguro? En su colcha se percató de la brillante figura neón de un proyectil plástico. 

-- No... está bien, no pasa nada.

-- ¿Lo vez papá? ¡El señor Yang es muy genial! -- Clamó el pequeño, levantando los brazos sobre su cabeza 

-- Sí, cariño. Lo sé, lo sé -- respondió el omega, sonriendo dulcemente -- Lo dejaremos para que pueda seguir descansando. Ayer tuvo un viaje largo, ¿No es así, Seungbae?

Éste se incorporó, poniendo una mano sobre el colchón, el cual se hundió por el peso de su cuerpo. 

-- No hace falta, ya estaba despierto -- Hurgó en el cajón del buró y sacó sus gafas.

-- Si es así, el desayuno está listo. Puedes bajar cuando gustes.

-- ¡Jugaremos por la tarde a policías y ladrones! -- Anunció Jungwoo, mirando con ojos brillantes al policía.

-- Seguro, amiguito -- Le contestó, enternecido -- Pero haz caso a tu padre. Si le das más problemas de aquí al almuerzo, no podremos jugar. ¿Está bien? 

-- ¡Trato! ¡Wuuuuuu! -- El niño exclamaba, mientras  Bum se lo llevaba de vuelta al primer piso. 

Después de aquél susto de muerte, se sentó en la orilla de la cama y miró por la ventana. La altura era considerable, y las tejas que se interponían entre él y el suelo seguramente le habrían roto las costillas al caer. Se estremeció. 

Tras lavarse el rostro y rasurarse, se arregló el cabello hacia atrás lo mejor que pudo y bajó a la cocina para desayunar. El infante se hallaba sentado a la mesa, dibujando a lado de sus platos ya vacíos, en un amplio cuaderno blanco con un juego de crayones de colores mientras tarareaba una canción que seguramente le habrían enseñado en el jardín de niños. Movía sus dos piecitos alegremente, pues no alcanzaban el suelo.

-- Ya te he servido, puedes sentarte -- Dijo Bum, sonriente, sentado al otro lado. 

Efectivamente, los platos estaban dispuestos cuidadosamente en la mesa, y el omega ya había comenzado a desayunar tranquilamente. 

-- Gracias, Yoon Bum -- Dijo el oficial, procediendo a hacer eso mismo. 

Mientras comía, sentía como la luz del sol se colaba por la ventana de la sala, justo a lado de la cocina pues no había pared que separara ambas secciones de la casa. Aún escuchaba el canto de los pájaros y tras las cortinas, que a diferencia de anoche, ahora se hallaban abiertas, contempló el verde de los árboles y del campo que rodeaba a la casa. Se sentía en una cabaña, dentro de un cuento de hadas. Y la compañía tanto de Jungwoo como de Bum le traía una inmensa sensación de bienestar. De plenitud. ¿Era así cómo se debía de sentir una familia? ¿Estaba equivocado en pensar en ellos de esa manera? Después de todo, eran su responsabilidad profesional. Pero ahora se habían vuelto parte de su vida. 

Miró a Bum. Había ganado un poco de peso desde aquél día en que había sido rescatado. Pero sólo un poco. Como si naturalmente su complexión fuese así. Delgada, pequeña y frágil. Sus mejillas eran redondas y sus manos eran delicadas. Su piel, antes exageradamente pálida por la ausencia de exposición al sol, ahora era de un saludable color carne, como debía de ser. En cuanto a Jungwoo, él siempre había sido un niño vigoroso y resistente. A menudo jugaba en el campo, corriendo y trepando pequeños árboles que abundaban en el área. También le iba muy bien en la escuela, y le alegraba saber que no estaba sometido a la intensa e implacable presión que vivían los niños de su edad en las grandes ciudades como Busan o Seúl. 

Y por esa razón, debido a que ambos vivían en un lugar tan pacífico, rodeados de vida y naturaleza, le dolía tener que hacerle cierta propuesta a Bum.

-- ¿Hoy tienes clases, campeón? -- Le preguntó al niño, después de tragar el bocado de arroz que masticaba.

El pequeño asintió 

-- ¡Haremos pinturas con las manos! !Y habrá un concurso para los que sepan todas las consonantes y las vocales¡

-- Hey, eso se oye muy bien -- Volteó hacia Bum -- Puedo llevarlo a la escuela si quieres. No tengo nada que hacer por el momento. 

-- Oh, ¿Estás seguro? Pensé que estarías cansado por manejar toda la tarde de ayer.

-- Claro, no hay problema. Ha pasado tiempo desde que lo acompañé. 

-- ¡YAY! ¡Hagamos carreras para ver quién llega primero! -- Exclamó Jungwoo, lleno de entusiasmo.

-- Bien, si ambos insisten -- Sonrió -- Ahora ve a cambiarte mientras el señor Yang termina de desayunar. 

El pequeño acató la indicación y sin rechistar, subió escaleras arriba, agarrándose del barandal de madera. 

-- Una semana, huh... -- Dijo Bum, mirando hacia los platos de comida 

-- Sí, una semana.

-- Ha pasado tiempo desde la última vez que pasaste más de dos días aquí.

-- Lo sé... -- Contestó Seungbae, depositando su cuchara en el cuenco de la sopa -- Yoon Bum... -- Agregó, adquiriendo un tono más serio.

-- ¿Si?

-- Vengan conmigo a Seúl...

KILLING STALKING OMEGAVERSE FICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora