Capítulo 51

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Toda la planta baja olía a arroz frito con kimchi, y al bulgogi recalentado de la mañana. Bum levantaba la cuchara con el guisado, llevándose grandes bocados a la boca, mientras observaba con ligera incomodidad a su hijo y a Choi Hanwon conversando enérgicamente desde lados opuestos de la diminuta mesa de madera. El tamaño de los muebles en la casa era tal que hacían parecer al hombre un gigante de proporciones casi absurdas. "Espero que mi Jungwoo sea más alto que yo, cuando crezca..." pensaba el desanimado omega, meditando sobre su débil herencia genética que percibía en el pequeño. "¿Llegará a ser tan alto como él?" Las estridentes carcajadas del beta y de su pequeño hijo lo tomaron por sorpresa, y lo hicieron dar un pequeño respingo sobre su silla. 

Contra todo pronóstico, Hanwon había aceptado la oferta de Bum para quedarse a comer. 

-- Oh, mi abuela pasará el resto de la tarde en casa de la señora Jung, la tendera de la carnicería. Hoy se transmite el último capítulo del drama que ven, así que querían verlo juntas, por lo que planeaba ir afuera a comer. 

Había dicho el hombre, cuando Bum le había inquirido sobre si su abuela lo estaría esperando. Le había resultado incómodo entonces, tener que preparar un lugar extra en la mesa para él, pero decidió verlo por el lado positivo y pensar que era la ocasión perfecta para devolverle la cortesía de haberlos llevado a casa, y de haber jugado toda la tarde con su hijo. 

No obstante, ahora que había podido convivir más con él, se daba cuenta de lo absurdo que era pensar que podría ser Oh Sangwoo. El hombre frente a él no tenía los gélidos ojos ni el amenazante semblante del padre de Jungwoo. Su voz era cálida, y escucharlo reír era acogedor. No albergaba un solo ápice de peligro en su ser. Ahora estaba seguro que no era él. Y su corazón descansaba con tranquilidad. No podía esperar a ver a Yang Seungbae, para decirle lo equivocados que habían estado. ¿Cómo era que le decían a personas como él? ¿Doppelgangers? De cualquier manera, el único problema de que él no fuese Sangwoo, era que en ese caso, él aún debía estar en algún lugar de Corea. Asechando. Esperando por un momento para volver. Tal vez buscándolos a él y a Jungwoo. Pensar en esa posibilidad le heló la sangre, y reprimió un escalofrío que escaló por toda su espalda. 

-- Ah, ¿Son las seis ya? Qué rápido pasa el tiempo -- Escuchó decir a Hanwon de pronto, interrumpiendo su animado intercambio con el infante -- Mi abuela llegará a casa en media hora, creo que será mejor que me vaya yendo.

-- ¿Quée? ¡Noooo, no se vaya señor Choi! -- Protestó Jungwoo, y mientras tanto él como su padre miraban cómo el hombre se ponía de pie.

-- Lo siento amiguito, pero aún tengo que hacer las cuentas del día -- Le contestó, dando un último sorbo a su vaso de té.

Bum se levantó al mismo tiempo.

-- Gracias por traernos a casa de nuevo. Y por hacerle compañía a mi hijo mientras terminaba de cocinar -- Dijo, mientras lo acompañaba hasta la puerta.

-- ¿Volverá mañana para que podamos jugar de nuevo? -- Inquirió Jungwoo, aferrándose a la pierna de Hanwon y mirando hacia arriba, con ojos de cachorrito.

-- Tal vez otro día, pequeño -- Replicó el hombre, posando una mano sobre su cabeza, y sacudiendo su castaño cabello con una sonrisa -- Gracias por la comida, todo estuvo delicioso -- Agregó, mirando a Bum, quien automáticamente desvió la mirada.

-- S-Sí... no fue nada. -- Sentía el color llegar a sus mejillas, y esperaba que no lo pudiese notar. 

Una vez Choi se hubo retirado, y Bum y Jungwoo lo despidieron desde la entrada de la casa, era tiempo de lavar los platos y recoger la mesa. "¿Qué está mal conmigo?" Pensó mientras se ponía a la tarea 

-- Jungwoo-yah, No haz hecho la tarea que el profesor So Hee les dejó para mañana, ¿Verdad? -- Dijo, intentando desviar sus pensamientos -- Sube a tu cuarto a hacerla mientras yo limpio todo esto. 

-- Aaaaawwwrgghhhhh -- Se quejó el pequeño, dejando caer su cuerpo a los lados erráticamente, como si fuese un espagueti cocido sacado de la olla -- No quieroooooo -- Siguió diciendo, con su voz arrastrada y aguda.

-- Jungwoo, ve a hacer tu tarea -- Dijo el omega, poniéndose las manos en la cadera, con un porte más firme -- El señor Yang te dejará de traer regalos de Seúl si se entera que no haces tus deberes.

-- Hmmmrrgggg -- Refunfuñó -- Ya voooooy.  

Y aún emitiendo los característicos gruñidos de protesta de un niño de 5 años, subió lánguidamente por las escaleras, en dirección a su cuarto. 

Una vez se aseguró que su hijo estuviese ocupándose de su tarea, Bum comenzó a levantar la mesa, y a amontonar los platos sucios junto al lavabo de la cocina para después lavarlos. Mientras hacía eso, pensaba en si debía dejar la muestra del cabello en un buzón público, o si era mejor llevarla personalmente a la oficina postal para que fuese enviada rápidamente. Sin dudar demasiado, se decidió por la segunda opción. Miró hacia un costado de la sala, en el escritorio donde había dejado el cabello, metido en un sobre de papel dentro de uno de los cajones. "¿No será mucho cabello?" Se preguntó a si mismo, recordando el mechón entero que le había sido entregado por Hanwon en la mañana. Y es que, seguramente no sería natural encontrar un mechón de pelo, de la nada, dentro de la basura de una persona común. Seungbae definitivamente se preguntaría cómo habría logrado obtener semejante cantidad. Y eso lo haría preocuparse aún más. 

De pronto, se le ocurrió una idea. Tomó el vaso que había utilizado Hanwon de la mesa, y observó en las comisuras del traste. Mirándolo contra el haz de luz del foco de la cocina, podía ver un rastro de los labios marcado en el recipiente. Y ya sin líquido en su interior, parecía tener un poco de saliva seca en ese mismo lugar donde había puesto la boca. Entonces, rápidamente, lo depositó en una bolsa de plástico, junto al sobre de cabello, al cual le extrajo la mitad del contenido. Pensando en lo que diría al policía para justificar de dónde había obtenido ambas muestras. 

____________

Era la mañana del día siguiente. Sentía los ojos pesados y los párpados rígidos. Un bostezo lo hizo abrir la boca ampliamente al mismo tiempo en que cerraba la puerta de su automóvil con él adentro, delante del volante. 

Había pasado toda la noche metido en la computadora. Alternando entre la base de datos de la policía y la base de datos del servicio militar de Corea. Había recibido algo de ayuda de Ji Hyun para acceder a la última, y aunque hubiese preferido que éste hiciese la investigación por él, hacerlo personalmente le había ayudado a obtener una visión más integral de la información que estaba buscando. Tomó el vaso de café del portavasos bajo el tablero del auto, y mientras daba un sorbo, abrió, con la otra mano, un folder amarillo que yacía sobre el asiento del copiloto. Después de un interminable torrente de datos e información, puso su dedo sobre uno de los párrafos inferiores de una de las hojas. En éste, una dirección con destino a Busan, y un nombre a lado figuraban en el lienzo blanco. "Familia Choi" 

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