Forty

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Desperté a las 12:30 de la tarde. Wow, dormí más de 14 horas. Bueno, ya me hacía falta, hoy era mi día libre y ya no tenía más tareas por entregar, me lo merecía.

—Buenas noches, señorita— dijo mamá mientras iba llegando a la cocina. Me fulminó con la mirada.

—Hola ¿qué tal?— sonreí evitando su mirada.

—Hice hot cakes, sólo que ya están un poco fríos, caliéntalos en el microondas, iré a comprar despensa con tu padre, que de hecho, ya me está esperando en el auto. Al rato venimos, si vas a salir, cierras muy bien todo ¿ok?— me dio un beso en la frente y se marchó.

Calenté mi comida y me puse a pensar en cosas sin sentido. Hoy no tenía planeado hacer algo.

Subí a mi habitación y me metí a bañar, mi cadera aún dolía por el golpe de ayer. Cuando salí, vi la pomada que me había dado Jaesung, así que decidí ponerme para ver si me funcionaba. Me cambié y arreglé un poco mi cuarto. Mis papás se iban a tardar bastante, ya que siempre que salen de compras, tardan hasta 3-4 horas y apenas hace una hora que se fueron. Pff.

Tocaron la puerta.

Me sorprendí un poco ¿quién podrá ser? bajé rápidamente. Vi por rabillo de la puerta y era Kevin.

—¡Moon!— me lancé hacia él.

—Wow, hola— soltó una pequeña risilla.

—Ayer no fuiste a la escuela y dieron los resultados del examen de mate—

—Sí, lo que pasa es que mamá se puso algo mal y pues papá va a trabajar y no había quién la cuidara y pues el día de ayer no le vi muy importante ir— me miró.

—Ay ¿cómo está? ¿todo bien?— dije preocupada.

—Sí, ya está mucho mejor, no te preocupes. Sólo que le dio migraña y una pequeña infección en el estómago, pero ya le dieron medicamento y todo bien. Ayer fui como su niñero y me puse a hacerle su comida, le ayudé a limpiar y pues cuidé de ella— me sonrió.

—Vaya, serás muy buen esposo en el futuro— reí.

—Así es. Afortunada la chica que llegue a estar conmigo— me guiñó un ojo.

—En efecto, muy buena suerte tendrá— él sólo asintió sonriendo.

—Bueno, cualquier cosas que necesiten, no duden en decirme— volví a hablar y sonreí un poco más aliviada.

—Gracias— apretó mi mejilla.

—¿Qué harás hoy?— me preguntó.

—Nada, como siempre— lo invité a pasar y él negó.

—Salgamos, así que ve por tu bolso y corre, aquí te espero— me hizo un ademán con sus manos para que fuera y yo sólo levanté una ceja confundida. Bueno, igual le hice caso y fui.

—Ajá ¿adónde vamos?— llegué y cerré todo. Nos fuimos caminando hacia una dirección que yo desconocía.

—A ninguna parte— me sonrió.

—¿Eh?— dije confundida.

—Sólo caminemos y ya, en el transcurso veremos qué hacemos—

Solté un suspiro y sólo lo seguí. Nos pusimos a hablar sobre cosas de la vida, de nuestras crisis existenciales, etc. Al final, llegamos a una conclusión y nos preguntamos en si en verdad estamos viviendo como tal o sólo somos parte de un juego y alguien nos está controlando y por eso a veces las cosas no son como parecen. No sé, siempre me he preguntado eso. Cosas raras.

« Aléjate de mí || H. Hyunjin »Where stories live. Discover now