42. Apariencias que Engañan

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La humedad del jardín terminó por despejar el agobio que había sentido durante la discusión con Dereck

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La humedad del jardín terminó por despejar el agobio que había sentido durante la discusión con Dereck. Miré hacia todos lados en su búsqueda, paseando entre las personas que se movían en todas direcciones, pero lo único que encontré a medio camino fue a mis compañeros de fiesta.

Me desconcertó ver que el ánimo de todos ellos no se asemejaba al de hacía un rato. Ni siquiera estaban bailando, ni bebiendo, ni riendo. Todos, incluida la fiestera de Susan, presentaban unas largas muecas de desgana.

—¿Qué se supone que ha pasado? —me preguntó Sean, tirando de mi brazo para poder hablar sin que nos oyeran los demás.

Me percaté entonces de que la mayoría de los invitados se encontraban recogiendo los restos de basura, limpiando y guardando el alcohol. La música había incluso dejado de sonar y algunos ya estaban desalojando la fiesta.

—¿Por qué se están yendo todos? —pregunté, ignorando sin querer su inicial pregunta—. Si la fiesta aún...

—Pensaba que tú tendrías la respuesta. —Suspiró—. Ha sido cosa de Dereck y, ya sabes... su malhumor.

Sean me explicó que hacía unos sencillos diez minutos Dereck había salido de la casa hecho un energúmeno, gritando el nombre de Adam e incluso le había dado una patada a una silla con rabia. Había formado un buen escándalo, alertando a todos los presentes de su cólera. Y cuando se hubo dado cuenta de que Adam ya se había ido, acabó diciendo que la fiesta había terminado para todos.

—Así que nos ha echado —prosiguió—. He intentado hablar con él y que me contara qué le pasaba... pero ya sabes cómo es. Me ha mandado a la mierda y al final se ha ido.

—¿Se ha ido? —repetí, intentando asimilar todo lo que me había perdido en tan poco tiempo—. ¿A dónde?

Me pasé una mano por mi cabello echándolo ligeramente hacia atrás, un gesto que estaba segura de que me lo habría pegado Dereck. Todo ese agobio que había conseguido disipar, estaba volviendo a mí recordándome que todo ese desastre, la ira de Dereck y que se estropeara parte de su fiesta de cumpleaños había sido culpa mía e indirectamente de Adam.

—Eso mismo me pregunto yo. Solo sé que se ha largado. —Resopló y volvió a mirarme en busca de respuestas—. ¿Y bien...? ¿qué ha pasado?

Le conté por encima todo lo que Adam me había dicho, mis dudas iniciales y la discusión que había tenido con Dereck, mientras que Sean se quedaba callado, atendiendo a cada detalle.

—Lo he fastidiado todo, lo sé. No tendría que haber desconfiado tan rápido...

—Pero en cierta manera es comprensible... yo te entiendo. Adam siempre ha sido un tío legal, descoloca mucho que hable mal de Dereck sin motivo... —dijo, igual de confundido que yo, por lo que agradecí enormemente sus palabras. Al parecer no era la única que habría caído de lleno en el falso encanto de Adam—. Pero déjame darte un consejo: No dejes que ninguna persona ajena opine o se entrometa en vuestra relación. Quienes estáis en ella, quienes la vivís... sois vosotros dos. Nadie más. Si quieres arreglar las cosas con Dereck, deberías de ir buscarle. Que vea que no tienes dudas, que le crees a él y que te has dado cuenta de tu error...

Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]Where stories live. Discover now