46. No te fíes de nadie

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Había llegado la época de exámenes

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Había llegado la época de exámenes. Esas semanas que conseguían ponerme de muy mala uva y que me hacían tener una constante tensión acumulada sobre mis hombros. Unos días en los que ni siquiera el ambiente en el apartamento parecía ser el mismo. Todo era... monótono y aburrido. Nuestras tardes se resumían en estar encerrados en nuestras respectivas habitaciones estudiando y solo salíamos de vez en cuando a la cocina para picotear entre horas. En cierta manera agradecí tener a Abby conmigo, pues así mis tardes de estudio se hacían más llevaderas y entretenidas.

Por suerte, ya era viernes y esa mañana había hecho mi tercer examen. Ahora solo me quedaban cinco más y después podría disfrutar de unas merecidas vacaciones.

—¿Por qué no puedes venir? Trevor dice que la fiesta va a ser una pasada, no te la puedes perder. —Oí la voz de mi amiga, mientras yo trataba de seguir leyendo esa novela de terror de Stephen King que tanto me fascinaba. Era de mis favoritas—. Nat... te estoy hablando.

—Y yo estoy leyendo —repliqué, sin apartar mi vista de las páginas del libro.

—Natalie.

Me obligó a mirarla, levantando mi mentón de las tensas líneas del libro. Sus constantes interrupciones a lo largo de la última media hora me estaban impidiendo seguir el hilo de la escena y odiaba cuando no me dejaban leer con tranquilidad. Fuese quien fuese.

—En serio, ¿por qué no puedes venir y hacerme compañía? Te necesito en esa fiesta.

—Porque he quedado con Dereck para cenar... hace días que no pasamos tiempo juntos de verdad y vamos a aprovechar que vais a esa fiesta para escaquearnos —expliqué, intentando no sonar muy borde. Quería seguir leyendo no explicarle las razones por las que no asistía a esa fiesta—. Además, el lunes tenemos examen. No es buena idea pasarme el sábado de resaca si quiero estudiar.

Mi amiga resopló y estaba segura de que acababa de poner una mueca de burla, pero ni siquiera la miré. Proseguí con mi intento de leer y al menos llegar al final de la página. Desde hacía media hora no había podido avanzar ni un solo párrafo en la lectura.

—En fin tú te lo pierdes. Pero bueno, entiendo que quieras estar con tu novio.

No paré a contestar, pero no pude evitar observar de reojo por unos segundos cómo mi amiga volvía a remover las prendas de su maleta, arrugándolas en su interior hasta que sacó por fin la falda que estaba buscando.

—¿Y qué me dices de esta? —preguntó, frustrándome. No parecía entender que en mis sesiones de lectura necesitaba silencio, no que alguien me hablara cada cinco minutos.

—Abby... ¿no comprendes que estoy leyendo?

—¿Y tú no comprendes que necesito tu ayuda?

Lo que le pasaba era que estaba muy nerviosa, puesto que no estaba acostumbrada a quedarse prendada de un chico tan rápido ni tan fácilmente. Según me había comentado, Trevor le había presentado a un amigo suyo llamado Josh, cuyo físico le había entrado enseguida por los ojos y, tras una muy breve charla con él, ya se habían dado los números. Desde entonces habían estado hablando vía mensaje y esa misma noche iban a verse de nuevo en una fiesta a la que todos habíamos sido invitados.

Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]Where stories live. Discover now