Capitulo 11: Un pastel ahumado

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Renato había despertado, había pasado una semana y habían realizado algunas cazas y falsas invasiones a aldea de Pisces, que obviamente a ella también la beneficiaban porque mejoraría sus defensas. Habían salido bien de algunas y otras no tanto, cada vez mejoraban ambas partes, y eso los dejo felices a todos.

Los chicos quienes tenían su base en la costa disfrutaban la lejanía de la mayoría de las tribus, y las cercanas se llevaban bien con ellos, a pesar de solo ser 2 y ser pequeñas, se ayudaban entre sí.

Esa noche ellos mostraron sus datos, y ante ellos chequearon los datos de los demás, algo que nadie nunca había hecho antes, sus nombres, constelaciones, fechas de nacimiento y todos sus datos.

El hecho de verlo significaba que tendrían información de sus aliados, información que para muchos significaba una posible traición. Pero para ellos era un fortalecimiento de confianza. Y gracias a eso, lograron hacer mejores misiones y cazas.

Los chicos continuaron la semana hasta un día en especial, donde enviaron a Akila sola, con la excusa de que esta vez iría ella sola, pero todo era un truco para ellos hacer algo para esa noche.

Fueron a la otra tribu cercana. La tribu de los músicos que le habían pedido algunos materiales para hacer algo para Akila. Renato fue por algunas frutas y cuando se encontraron dejaron una nota a Akila que irían a cazar.

Pero en realidad se fueron a preparar un pastel. Sabían que ese día era el cumpleaños de Akila y le querían dar esa sorpresa, encontraron todos los materiales y seguido las instrucciones lo rellenaron con frutas y dejaron en vuelto en algún lugar de su refugio viendo que Akila no estaba.

Al guardarlo y buscar a Akila esta los sorprende con una cara muy rara.

—Chicos, algo pasó.

Ellos van directo detrás de Akila. Al llegar a ese lugar ven a dos personas en el suelo y uno de ellos era un niño. Omalu se acerca y le quita al Moribundo encima de ellos y el niño reacciona sacando dos espadas atacando sin ver a nadie.

Los chicos lo esquivan y lo detienen. El padre si había muerto por culpa del Moribundo y de esa gran herida detrás de la espalda que posiblemente lo provocó una flecha.

—Oye niño. ¿Qué te paso? —pregunta Omalu.

—Son enviados por ella.

—¿Quién es ella?

El niño se ve envuelto en una energía aguamarina que implosiona en sus espadas dejándolo inconsciente en el suelo. Akila al ver que la energía y las espadas desaparecen toca la frente del niño

Este tenía fiebre y Akila ve a los chicos para que la ayuden. Renato lo toma como si fuera un saco de papas y lo lleva al campamento dejándolo en una de las camas extra que tenían, Akila busca trapos que humedece con agua fría y se los coloca en la cabeza.

La fiebre del niño iba bajando pero la fuerza de la energía que manejaba que tan fuerte que aun no iba a despertar, al menos por ese día.

Renato busca el pastel y abriendo un agujero en la tierra con algunas brasas que aun estaban encendidas y coloca el pastel en ese agujero y lo tapa con algunas ramas y hojas.

Cuando Renato vuelve a ir con Omalu y Akila nota que ambos están muy preocupados. El niño estaba fuera o mejor dicho su imagen.

—Que... —Renato no pudo decir algo antes de sentir un golpe en su espalda.

—Sigue n su cama. Al parecer es un Horologium —espeta Omalu.

—El reloj, claro que sí.

Renato va al cuarto y le coloca su reloj dañado desde hace tiempo y cuando se lo coloca en el pecho todo acaba, Akila impresionada ve como toda la energía es absorbida por el reloj dañado.

—Todos ellos deben tener algún reloj porque se descontrolan al tener mucha energía temporal.

—¿Cómo sabes...? ¿Leíste el libro? —Pregunta Akila.

—Claro. Vengan vamos a...

Una explosión suena cerca y los chicos salen a revisar. Parecían venir de la tribu de Pisces, corren a revisar y pesadillas blancas atacaban las estructuras de madera como si buscaran algo.

Ya hartos de esas criaturas que habían atacado desde hace meses a todas las tribus pelean y atacan a todas

—Ya me hartaron.

Grita Akila liberando un humo morado muy fuerte y oscuro que comienza a ser olfateado por las pesadillas blancas y comienzan a moverse. Las demás que no habían olfateado se retuercen de la misma forma hasta que expulsan espuma por la boca.

Akila molesta por eso nota que más adentro de la isla, por su ubicación una pesadilla blanca que había muerto de la misma forma. Era súper grotesco el olor pero Akila nota que más adentro habían mas y mas pesadillas con espuma morada y algo de sangre por su boca.

—Al fin —dijo y suspiro.

Akila vuelve y habla con Pisces y sus amigos hasta que por fin vuelven al campamento donde se relajan, ellos comienzan a hablar hasta que se vuelve de noche y antes de casi irse a dormir Renato se acuerda del pastel y corriendo lo va a buscar.

Al conseguirlo no se había quemado pero estaba muy caliente y las frutas dentro estabas secas y marrones. Al picarlo botaba humo y su olor no era del todo desagradable.

Al dejarlo enfriar lo suficiente por la noche y al sorprender a Akila ella ríe.

—Feliz cumpleaños —dicen los dos chicos.

—Gracias chicos, pero... ¿Qué hicieron?

Ella toma un cuchillo de Omalu y pica un pedazo y al probarlo, el sabor era curioso, pero no era bueno.

—No sé quien les dio la receta. Pero esto se come frio.

Akila comienza a reír y tome otro pedazo.

—Pero... no esta tan mal

Se quedan por esa noche hablando ahí, cerca de la fogata y comen algodel pastel hasta que deciden domir.

I know I'm Not AloneWhere stories live. Discover now